Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)

Crema Batida Para Dormir

Bien, voy a salirles con el cuento de que subo capítulos los Lunes y los Jueves, vale? Los fines de semana no sé si podré... pero mientras no les avise nada, tienen todo el derecho de exigirme capítulo los Lunes y Jueves!

Ahora, espero que les guste (porque saben que yo soy muy mala con ciertas cosas...)

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Tom me dio una de sus sonrisas pícaras y se humedeció los labios con alegría escrita en el rostro, le dio un trago a su cerveza sin quitarme la mirada de encima. Alzó las cejas y todo en su rostro reflejaba una expresión alegre aunque no podía sonreír con la cerveza en los labios.

Fuimos los primeros en levantarnos de la mesa y despedirnos, sus amigos abuchearon por unos segundos pero vi que le guiñaban cuando puso su brazo alrededor de mi cintura...supuse que sus amigos estaban imaginándose cosas sobre cómo pasaríamos el resto de nuestra noche.

- Nos veremos la semana que entra, ¿verdad? - me preguntó Daniel, uno de los amigos de Tom más jóvenes, ilusos y cercanos.

Parpadeé un par de veces, apretando los labios en una línea; de verdad me preguntaba por qué él no tenía novia. Era muy alto, aún más que Tom, tal vez de la estatura de Bill y compartía la característica de que era también muy delgado, aunque la elección que hacía con su ropa lo hacía ver escuálido a diferencia de Bill.

- Tú llevaras la carne, ¿no es cierto? - finalmente le sonreí.

Había partido el siguiente fin de semana y después de que los amigos de Tom se enteraron de que no solo sabía de deportes mi antiguo trabajo, sino que me gustaba; decidieron que su sitio favorito para reunirse a ver los partidos era nuestra casa. Utilizar la receta de mamá para el dip de queso para nachos no había hecho más que alentarlos a querer visitarnos más seguido también.

Salimos del restaurante y subimos al auto; Tom se detuvo en la tienda más cercana a casa y me obligó a quedarme en el auto a esperarlo. Cuando regresó llevaba una bolsa de plástico con el nombre y logo de la tienda; la puso en mi regazo antes de poner el auto en marcha.

Metí la mano en la bolsa y me reí al ver que el contenido era una botella de crema batida y una tableta de chocolate.

- El chocolate es para después. - Me dijo.

Me reí en voz baja y asentí, sintiéndome como una idiota.

- Claro...

Tom conducía como normalmente; no demasiado rápido, pero tampoco demasiado lento. Lo único que no podía evitar era poner su mano sobre mi pierna de vez en cuando entre los cambios de velocidad. Cuando llegamos a casa pensé que Tom dejaría de estar tan tranquilo, casi esperaba que se sacara la camiseta apenas estuviera cerrada la entrada, en cambio simplemente me puso un brazo sobre los hombros y me llevó hasta la cocina.

Vimos que Olly estuviera bien, nos saludó en la entrada y bailó a nuestro alrededor, moviendo la cola de lado a lado. Tom cogió la bolsa de la tienda y dejándome con el botecito metálico de crema batida se fue a la cocina.

- Espérame arriba. - Me dijo al dar unos pasos en dirección a la cocina.

Puse los ojos en blanco y dejé mi bolso en el sofá de la sala de camino a las escaleras. Deslicé la mano por el barandal negro mientras subía y cuando entré a la habitación dejé la crema batida encima de la mesita de noche.

¿Qué era exactamente lo que Tom tenía en mente?

No lo sabía y tenía emociones mezcladas al respecto mientras me quitaba el suéter y lo ponía en el cesto de la ropa sucia. Me tocaba lavar hasta el lunes; pero después de ver la cantidad de ropa acumulada, consideré que tendría que lavar el sábado.