Cuando Uno Gana Otro Pierde

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El serio Tom en la foto, pensando como el que pensó... porque así es uno cuando se sube a su moto de pensar. 

La verdad no entendí el episodio de la moto pero oooooo....kay, seguimos, gracias por su paciencia, yo solo desearía que mis profesores fueran igual de pacientes. 

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Nada con la pelea de Tom y Georg salió como debía... Todo empezó cuando llegamos a Alemania después de la boda, habíamos pasado casi un mes en Vegas como recién casados y después viajamos a Alemania a la casa que había rentado para entrenar cerca de Berlín.

Nuestra primera noche en aquella gran casa había sido larguísima, a Tom y a mi no nos daba sueño así que optamos por comportarnos como un par niños pequeños y nos pusimos los pijamas, preparados para ir a dormir, pero después de dar un par de vueltas en la cama Tom me preguntó si seguía despierta, nos levantamos y probamos la pantalla viendo una película en Netflix.

- ¡Ay, Tom! - Me quejé cuando él subió los pies a mi regazo. - ¡Que sí pesas!

- ¡Claro! - Me dijo con la cabeza en una almohada, estaba recostado cómodamente en la cama mientras veíamos "bajo el mismo techo". - Tu marido es un semental.

- Un bruto, querrás decir...

Le dirigí una mirada fastidiada y el me dirigió una divertida. Yo tenía puesta la camiseta de su juego de pijamas mientras que él llevaba los pantaloncillos.

- ¿Tienes hambre? - Me preguntó.

- ¿Por qué lo preguntas?

Se rió y luego se levantó de la cama, presionó el botón de pausa y me tendió la mano para que me levantara también. 

- Te pones de mal humor cuando tienes hambre.  - Me dijo.  - Y cuándo tienes sueño, ya que lo pienso creo que es por eso que no te gusta correr.

- ¡Es que se me caen los pantalones! - Le dije. 

- Bueno, pero ya levántate, ¿De qué tienes ganas? 

Me eché hacía atrás en la cama, cayendo sobre la almohada. Tom puso los ojos en blanco y echó la cadera hacia un lado cuando volvió a dirigirme la mirada. 

- Quiero pasta. - Le dije sin mirarlo, cerré los ojos. - Con queso, macarrones. 

Podía imaginarme a Tom echando la cabeza echando la cabeza hacia atrás cuando lo escuché gruñir. Él odiaba verme comer esa clase de cosas de las que él se mantenía alejado, aunque yo odiaba comer lo mismo que él. 

Abrí los ojos y me senté, nos miramos por un momento. 

- Te haré un sándwich de pechuga de pavo. - Le ofrecí. - Si tu me haces unos macarrones con queso. 

- Mejor hacemos dos sándwiches. - Sugirió. 

Negué con la cabeza y como una niña pequeña mantuve una sonrisa en el rostro. Me levanté de la cama y me adelanté a la cocina con Tom siguiéndome. 

Aquella casa era mucho más grande a la de Vegas, tenía dos pisos y dos habitaciones arriba, saliendo de nuestra habitación caminé por el pasillo hasta las escaleras y luego me quedé de pie sin saber en qué dirección estaba la cocina, apenas di un par de pasos hacia la izquierda cuando Tom me apretó por la cadera y me jaló en la dirección opuesta. 

Me reí de mi misma cuando fuimos a la cocina, pasando el comedor. 

- ¿De verdad quieres cenar macarrones? - Me preguntó con una expresión de asco. 

Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)Where stories live. Discover now