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Permanecí entre los brazos de Harry, rodeando su dije con mi mano, dentro de la de él.
-Harry, no quiero que nos impidan vernos.-murmuré.
-Voy a darte la llave de este departamento.-dijo.- Vamos a vernos siempre que puedas. Vamos a estar juntos. No pueden prohibirnos sentir.
-Harry, te quiero.-murmuré.
Él me miró, sonrió y se acercó a besarme. Después sacó su brazo de en torno a mi. Se desenganchó la cadena y la puso sobre mi pecho, para luego engancharlo a mi alrededor.
-Pero...
-Quiero que la conserves.-murmuró y quedó mejor frente a mi, rodeandome con ambos brazos.- Quiero que la tengas con vos mientras no podamos vernos.
Me pegué más a su cuerpo y sentí el calor en mis mejillas al recordar lo que habíamos hecho.
-Sos hermosa.-rió y volvió a besarme.-En todos tus aspectos. ¿Vamos a comprarte un vestido para hoy?-negué.-¿No, qué?
-No quiero ir ningún otro lugar.
-¿No?-preguntó y negué.
-Cuando volvamos van a separarnos.
Suspiró y me abrazó con más fuerza.
-Lo sé. Pero necesitamos ese vestido. Podrían sospechar.-dijo.-Vamos a ir juntos. Van a separarnos pero, cuando vayamos al programa, ya no pueden impedirlo. Soy tu entrenador, tengo que acompañarte en tu noche.-sonrió.
-¿Y si no gano?-pregunté.
-Si no ganas no importa, Cass. -recorrió mi espalda con sus dedos.- Mira, hay un primer puesto y un segundo puesto. Ninguno de los dos es malo. Haber llegado a esta instancia ya es increíble.
-Si no hubiera entrado en el programa, nunca nos hubiéramos conocido. -murmuré y lo miré. Me besó.
-Eso no sería nada lindo. Ahora, vamos a comprar lo que dijimos que íbamos a ir a comprar hace un largo rato.
-¿Van a sospechar? -pregunté.
-Ellos siempre piensan lo peor.-dijo, acariciando mi mejilla.- Seguro hasta creen que no vamos a volver. Solo... Cass, este tiene que ser nuestro secreto. Así vamos a poder vernos. Ahora...-sacó la llave de sus pantalones y la enganchó detrás de la púa.- Juro que vamos a estar acá mucho tiempo, juntos.
-Te quiero.-admiti nuevamente.
-Te quiero todavía más. Ahora, cambiate. Cass, hoy es la final.

...

El infierno se desató cuando llegamos. Louis gritaba, Niall gritaba, papá gritaba, mamá gritaba. Antes siquiera de que pudiera mirar a Harry, unas manos me tomaron por la cintura, apartandome. La respiración se atoró en mi garganta y alguien me alzó. Presioné una mano con fuerza, con los ojos cerrados y los gritos se acallaron al instante.
Me dieron mi inhalador y miré a mi alrededor.
-Perdón. -dije al policía, soltando su mano.
-Shh.-murmuró papá, besando mi cabeza.
Vi como Niall tomaba la bolsa y estiré mi mano.
-No lo veas.-pedí.
Entonces las miradas se volvieron hacia Harry.
-Andá con Niall.-pidió papá.
Obedecí, llevándome la bolsa conmigo. Su brazo me rodeó y me pegó a su pecho.
-¿Puedo hablar con Shiran?-pedí en un susurro. Me tendió el teléfono.-Shiran.
-Cass, ¿Qué pasa?-preguntó, asustado.
-Nosotros fuimos a comprar un vestido.-un sollozo se me escapó.-Y ahora hay policías en la casa y todos gritan. Shiran, no me gusta esto.-lloré.
-Tranquila, Cass. Voy a solucionar todo.
-¿Cómo? Estás en Libia y no podes volver. Quiero que vuelvas. -sentí los brazos de Niall en torno a mi.
-Cassie, no llores.-pidió Niall.
-Todos dicen eso.-dije, dejando el teléfono sobre la cama.- Todos pretenden que finja que todo está bien y que no llore, pero no puedo. Mi hermano se fue, todos pelean, hay policías, Louis me reta y mañana vamos a la casa de papá pero yo no quiero irme del último lugar en el que estuve con mi hermano. Y no quiero dejar a Harry. Porque él se siente mal porque todos lo tratan como si fuera a hacer algo malo. Era mejor cuando solo estábamos él, Shiran y yo.
Me metí en el baño con rapidez y cerré la puerta, sentándome contra esta, con las rodillas contra el pecho y los brazos en torno a mi cuerpo.
Oía voces aunque ya no sabía de quienes eran. Una mano logró abrir la puerta y entró mamá, aunque la mano no se apartó.
-Cassie, vení acá. -la abracé con fuerza, llorando.-Tranquila, cielo. Ya está. Nadie más va a pelear. No más gritos. Ya no voy a dejarlos gritar más.
-Dejame ir con Harry. -pedí.
Ella me miró unos instantes y asintió. Volteé, la puerta estaba abierta y él estaba ahí. Me aproximé y lo rodeé con mis brazos.
-Cass, si lloras, todo es un desastre. No puedo dejarte llorar, juré que no iba a dejar que todo fuera un desastre.-se me escapó una risita.-Así está mejor. ¿Queres ir con Liam? -asentí, sabiendo que es lo que él sugería que hiciera.
Los brazos de papá me tomaron antes de que me apartara de Harry. Volvió a alzarme y me sentí muy pequeñita. Era una nena chiquita y cansada.
-¿Pueden ocuparse de lo de abajo? -preguntó.-Por favor.
Escuché que la puerta se cerraba. Él se acostó en la cama pero no me soltó. Cantó bajito en mi oído hasta que, en algún momento de toda esa locura, me quedé dormida.

Wake up, Cassandra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora