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Nos habían guiado a todos hasta los camerinos, donde aguardariamos a que la luz volviera. Yo no soltaba a Shiran, aunque me pedían que lo hiciera. Permanecía aferrada a él con brazos y piernas.
-Cass.-pidió papá. Yo negué en el cuello de mi hermano y sentí que me aferraba con más fuerza luego del acto.- Cassandra, necesitamos que vengas acá.
-No.-musité.
Unos brazos me apartaron de Shiran, sin importar mi resistencia. Sentí el último tacto de sus dedos y empecé a ahogarme. No podían sacarme a Shiran ahora que lo había recuperado. No así. No podían apartarme de él.
-¿Cass?-escuché la voz de Niall.
Caí sobre mis rodillas y cerré los ojos, intentando recuperarme. Dejé de oírlos a todos y presioné la cruz de Harry con tanta fuerza que sentí como sus extremos se clavaban en mi piel. Alguien me dio el inhalador y pude volver a prestar atención a todos. Papá me sujetaba contra su pecho, acariciando mi pelo una y otra vez.
-¿Cass? Cass, respondeme. Cass, por favor. -dijo con la voz rota.
Alargué mi mano a su mejilla y bajé hasta descansarla en su pecho.
-Estoy bien.-musité.-¿Dónde está Shiran?
-Estoy acá. -dijo él. Besó mi cabeza.-Tranquila, Cass.
-No vas a irte, ¿Cierto? -pregunté.
-A ningún lado, hermanita. -aseguró.
Liberé el aire contenido y presioné la mano de papá, dejando que mi mejilla descansara contra su brazo.
-Ya está, Cassie. Tranquila, hijita. Todo va a estar bien, preciosa.
Me abracé a él con fuerza y permanecí allí, hasta que la luz volvió. No me solté cuando ocurrió, ni abrí mis ojos, solo permanecí inmóvil, mientras él avanzaba hacia algún lado.
-Cass.-llamó Shiran.
Ajusté mas mis brazos en torno a papá y él besó mi cabeza, sin decir nada.
-Te lastimaste. -dijo mamá.- Cassandra, abrí tu mano.-negué.- Cielo, te sale mucha sangre, necesito curarte.
-Me lo van a sacar.-musité.
Temía abrir los ojos y no ver a Shiran. Temía haber imaginado su voz. Me aterraba que no estuviera ahí. Entonces comencé a ahogarme otra vez y otros brazos me tomaron mientras susurraban una canción en mi oído. Y no se escuchaba como si lo hiciese a través de un teléfono. Abrí los ojos con lentitud y me topé con los de Shiran.
-¿Qué te van a sacar, Cass?-preguntó.
-A vos.-susurré y ya no quería parpadear siquiera.- Voy a despertar y no vas a estar ahí. Tengo miedo de que no estés ahí nunca más.
-¿Te cuento un secreto? -preguntó él. Asentí.-No estás dormida, Cassie.-sonrió y apoyó su frente en la mía.-Estás despierta y estamos juntos. Ahora, ¿Vas a ir a cantar?-dudé.- Solo una más. Harry está esperándote. -había cierta complicidad en sus palabras, así que asentí.
-Su mano...-escuché decir a mamá, pero ya corría al camerino de Harry.
Abrí y lo abracé con fuerza.
-Cumpliste tu promesa.-sonreí.
-No tenía pensado que fuera de otro modo.-dijo él, acariciando mis labios con los suyos.- ¿Vas a cantar?-asentí.
-Quiero cantarte.-murmuré.
-¿A mi?-asentí.-Voy a estar ahí para escucharte. Ahora...¿Por qué hay sangre en el picaporte?
Abrí mi mano ante su confusión y vi los cuatro puntos. Él sacó un pañuelo de su bolsillo y limpió la sangre, con gesto de reproche.
-Cassandra.
-Estaba ahogandome.-me justifiqué.- No sentía lo que hacía.
Él me indicó que cerrara mi mano en torno al pañuelo y fue a buscar algo, trayendo una improvisada venda.
-Después nos encargamos bien de eso. Están prelarando el piano, Cass. Tenes que cambiarte.
-Voy a intentarlo.-dijo ella.-En esta, si.

Wake up, Cassandra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora