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Harry se paró en la puerta del cuarto y me miró unos largos instantes.

-¿Estás despierta?-preguntó y asentí. Se aproximó a la cama.-Son las tres de la mañana y no viniste, quería ver si dormías.

-Es incómodo.-admití y él se acostó a mi lado.- No me gusta.

-Lo sé.-rió suavemente.- A nadie le gusta por lo que yo sé. ¿Preferís quedarte despierta toda la noche?-negué y me acurruqué a su lado.- Me preocupa.-dijo entonces.-Creo que fue la falta de comida. Liam dijo que esto tendría que haber pasado hace un tiempo. Quiero que vayamos al médico para que controles tu peso y tu salud.-dijo y suspiré. Jamás me había hecho un control.- Es solo para ver que estés bien. Y en una semana ya vas a conocer a Sophia.Te va a hacer bien eso. Creo que queres una influencia femenina para poder hablar.

Asentí y llevé mi mano a su dije. La rodeó y besó mi frente.

...

Desperté con horrible dolor por debajo de mi panza que me arrancó lágrimas. Vi a Louis sentado en el sofá y él se aproximó.

-Duele mucho.-susurré.

Y así pasaron mis siguientes tres días. Parecía una moribunda. A veces, el dolor no me dejaba pararme y solo sé que odio el período. Pero una mañana, ni bien despertar, ya no dolía ni había sangre, ni nada. Suspiré aliviada y escuché una pequeña risita.

-¿Ya está?-preguntó Louis. Asentí y él me acarició la mejilla.- Ya nos estabas asustando. Ahora vamos a hacer esos controles de los que Harry hablaba.

-¿Me va a doler?-pregunté con una mueca y él volvió a negar, riendo.

-Vamos. No te vas a asustar ahora, ¿Cierto?-asentí y me rodeó con sus brazos.-Liam y yo vamos a acompañarte. Sophia va a estar ahí.

Bajamos a desayunar y todos estaban ahí. Sonreí y tomé lugar. Lo cierto es que me sentía libre ahora que ya se me había ido el período, y no podía quedarme quieta. La mano de Harry me tomó y traté de parar mi emoción. Recosté mi cabeza en su hombro y suspiré.

-Ya era hora de que te levantaras de esa cama.-dijo.

-Es cómoda.-me defendí y todos rieron.

Esa misma tarde salimos rumbo al médico con Louis y Liam. No quería ir.

-Cass, ella es Sophia.-dijo Louis, señalando a la mujer. Era alta y tenía el pelo hermoso. Me sentí avergonzada ante ella. Era muy bonita.

-Hola.-dijo, con voz suave.-Vos debes ser la famosa Cassandra Baker.-asentí.- ¿Tímida?

-Sos muy bonita.-murmuré y ella rió.

-Gracias. Vos también.- se aproximó a Liam y lo besó.-Es encantadora.

-Te lo dije. Vamos, Cass. Creo que preferís entrar ahí con ella.-asentí y la mujer tomó mi mano.

La miré. ¿Así se sentiría tener una mamá?

...

-Tiene que subir de peso.-dijo ella, una vez que estuvimos en el auto.- Quince kilos. Su desarrollo se retrasó por la falta de alimento. En otros aspectos, no hay nada malo. Pero tiene que subir de peso.-acarició mi pelo y le sonreí con suavidad.- Estás lista para nuestra tarde de chicas, ¿Cierto?-asentí.- Cass y yo vamos a salir hoy. Voy a hablar con Harry para ver a qué hora la traigo al ensayo para la final.

-Compró el cartel.-reí bajito.-Me lo mostró ayer. Dijo que no va a dejarlos entrar. Dijo que sos la competencia, Louis.

-Le voy a robar a su campeona.-dijo él, mirándome de reojo.- Ya no puede acapararte. Podemos volver un poco loco a Harry. Cass, esta noche quiero que te acuestes con Sophia y Liam.

-Pero Harry...-susurré.

-Cassandra, vas a hacerlo.-dijo serio y supe que hacían esto para evitar que entre el hombre y yo pasara algo.- No quiero tener que retarte.

Miré por la ventana y me pregunté dónde demonios estaba mi hermano. Entré en la casa sin decir nada y me apresuré a tomar el teléfono de Harry y encerrarme en mi cuarto. Le marqué a Shiran y él atendió al instante.

-Hola.-dijo.

-Hola, Shiran.-murmuré.

-¿Por qué murmurás?-murmuró.

-Para que no nos escuchen los monstruos que se esconden abajo del colchón.-reí, como cuando era chiquita.

-Escondete.-dijo divertido y me metí bajo las sábanas.

-Señor, no pueden encontrarnos, señor.

-Lo sé, señorita. Ya se nos va a ocurrir un plan de batalla. ¿Estás escondida?

-Si, ¿Vos estás escondido?-pregunté en un susurro.

-Si. Creo que veo una mano de monstruo.-dijo y reí.

-Golpealo con todas tus fuerzas así se asusta.

Escuché un ruido y reí más. Shiran soltó una carcajada.

-Cass, otra vez vencimos a los monstruos.-dijo, triunfante.

-Si.-me paré en la cama.-Este reino es nuestro. Los monstruos ya no van a poder entrar. Somos unos supervivientes, Shiran.

La puerta se abrió y vi la sonrisa de Liam y de Sophia.

-Ya no hay monstruos.-dije, llevando mi mano a mi frente como un militar.-Mi hermano y yo los asustamos a todos.

-Es una buena noticia.-dijo Sophia.-Los monstruos me aterran.

-Salvaste a una damisela en apuros, Shiran.-dije y él soltó una carcajada.- Y una muy bonita. Hermano, sos un héroe.

-Que alagos, Cass.-rió él.

Liam me bajó de la cama para luego rodearme con sus brazos. Mi hermano se despidió y perdí contacto con él. Pero estaba feliz, porque la distancia no había logrados arrebatarnos eso.




Wake up, Cassandra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora