Capitulo 27: Hyoga y Zafiro

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ZAFIRO

Ya había pasado una  semana desde la batalla con los Caballeros de Diamante y estaba feliz porque dentro de unos meses yo seria la Guardiana de la casa de Cáncer, ademas estaba emocionada porque Hyoga vendría por mi para ir a la playa, esperaba que nada nos detuviera, era la mañana empaque algunas cosas para la playa, me cambie y me peine, esperaba ansiosamente a Hyoga y mi papá entro por la puerta de mi cuarto.

-¿Que quieres papá?- pregunte.

-Solo quería decirte que Hyoga ya llego - contesto papa.

-¡Ah!, gracias papa- dije, le dí un besito en la mejilla y  me salí de mi cuarto con la mochila con cosas.

-No llegues tarde- dijo mi papa.

-No prometo nada, adiós- dije y me fui a la entrada de la casa.

-Hyoga, ya llegaste- dije muy contenta.

-Obviamente no te iba abandonar- dijo Hyoga.

-Esta bien- dije.

-Bueno hay que irnos- dijo Hyoga.

-Si- dije.

En el camino estaba muy ansiosa, ya quería llegar a la playa, por que ahí estaría sola con Hyoga, ahora sin tener ningún problema de los Caballeros de Diamante, pasaron unos minutos y llegamos a la playa.

-¿Que quieres hacer?- pregunto Hyoga.

-No lo se- conteste.

-¿Quieres comer primero?- pregunto Hyoga.

-Mejor hay que nadar , porque si primero comemos, nos puede doler el estomago en el agua- conteste.

-Bueno si quieres- dijo Hyoga.

-Esta bien- dije.

Me quite mi ropa y ya tenia puesto mi bikini, Hyoga tenia su traje de baño, el fue el primero en entrar al mar, pero hasta lo profundo.

-Ven Zafiro el agua esta caliente- dijo Hyoga.

-Ya voy- dije.

Cuando puse mis pies en el agua, un escalofrió me recorrió la columna, el océano me daba miedo y me quede quieta.

-¿Porque no vienes?- pregunto Hyoga.

-Ya voy espera- conteste, pero cada paso que daba, mas miedo me provocaba.

-¿Zafiro estas bien?- pregunto Hyoga.

-Claro, solo que... mejor me quedo aquí- conteste.

-¿Pero porque?, si en donde estas el agua solo te cubre hasta las rodillas- dijo Hyoga.

-Pero aquí esta bien- dije.

-Ya se que tienes- dijo Hyoga.

-¿Que?- pregunte.

-Te da miedo el agua- contesto Hyoga.

-Yo se nadar pero solo en albercas, porque los océanos me dan miedo- dije.  

-¿Y porque no me lo dijiste cuando te invite a venir?- preugnto Hyoga.

-Porque estaba tan ansiosa de venir aquí contigo, que se me olvido ese temor- conteste.

-Mira no tienes nada que temer, es como si fuera una alberca enorme, ademas estoy a qui para protegerte- dijo Hyoga.

-Esta bien, confió en ti- dije y me metí a lo mas profundo con Hyoga.

-Vez no hay nada que temer- dijo Hyoga.

-Es cierto- dije.

Después le tire a Hyoga agua en la cara y me sumergí un poco en el agua.

-¿Donde estas Zafiro?- pregunto Hyoga en modo juego.

Me estaba escondiendo para que no me viera, me puse detrás de el, puse juntas mis manos para recoger un poco de agua y se la tire en el cabello, luego volví a sumergirme.

-¿Donde estas?- pregunto Hyoga y comencé a nadar pero sentí que alguien me tomó el pie. Hyoga me puso en frente de el.

-Te encontré- dijo Hyoga contento.

-Esta vez me ganaste, creó te mereces un premio. 

-Ah si, ¿de qué se trata?- dijo abrazándome por la cintura. 

-De esto- le rodeé el cuello con mis brazos, lo acerque a mi y lo besé, sus labios eran suaves, era el mejor momento que había compartido por el y no lo cambiaría por nada del mundo. Cuando nos separamos lo mire a los ojos, esos radiantes ojos azules que tanto me gustaban. 

-Ahora tienes que atraparme- me solté de el y comencé a nadar rápidamente. 

-Bueno, aquí tienes- dijo Hyoga y me dio manzanas picadas con miel.

-Ah, con que así quieres jugar ¿he? Te voy a atrapar- dijo y comenzó a perseguirme. 

Todo ese tiempo estuvimos jugando en el agua. Mas tarde salimos y nos recostamos en la arena, comenzamos a comer fruta con picante, estaba deliciosa.

-Mmmm, que rico- dije, mientras Hyoga comía lo mismo que yo.

-Es cierto están sabrosas- dijo Hyoga, paso un rato y nos acabamos la comida que trajimos. 

Estaba sentada en la arena a lado de Hyoga, disfrutando el atardecer, Hyoga volteo hacia mi, yo hacia el, me acerque a el,  nuestros labios volvieron a  chocar uno con el otro. Era un beso hermoso, sentía un calor que abrazaba todo mi cuerpo, pero lo que abrazaba mas era mi corazon y finalmente el Sol se sumergió en el agua, dejándonos ver las estrellas. 

-Creo que es hora de irnos- dijo Hyoga.

-No quisiera irme- dije.

-Hay que hacerlo, si no tu padre me matara- dijo Hyoga.

-Buen punto, ademas el si es capas de hacer eso- dije riendo. 

-Bueno hay que irnos- dijo Hyoga con una sonrisa.

-Esta bien- dije.

Agarramos nuestras cosas y nos fuimos, en el camino Hyoga y yo veníamos tomados de la mano, fue el mejor día de mi vida, estaba tan feliz, llegamos a mi casa.

-Me divertí mucho- dije.

-Esa era mi intención, entonces ¿lo logré?- se despidió Hyoga.

-Claro que si-  lo abrase y le di dos besos rápidos, uno en la mejilla y otro en la boca.

-Adios, linda- dijo.

-Adios, ridículo- dije riendo, y con una sonrisa el se fue.

Estaba en mi cuarto, me puse mi ropa de dormir, estaba tan feliz, no me imaginaba la vida sin Hyoga, por todo lo que ha hecho, lo amo, en pocas palabras lo amo y nunca dejare de hacerlo, hasta que mi cuerpo desaparezca para siempre de este universo. Me dí cuenta conocí a Hyoga desde que me  habían dado mi armadura, y también lo conocí por los Caballeros de Diamante, se que los Caballeros de Diamante querían destruir nuestro modo de vida, pero por ellos conocí a Hyoga y por eso les debo las gracias.

Me dormí pensando en eso y me quede pensando como seria el futuro, me lo imaginaba estando a lado de Hyoga con un anillo en mi dedo y susurrándole: " eres lo mejor que me a pasado en la vida", todo eso nadaba en mi cabeza.              

           

            






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