Capítulo 3

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Emma estaba frustrada. No entendía porque el Capitán Garfio, o mejor dicho Killian, actuaba con ella de esa manera tan fría. Todos los demás piratas la habían recibido bien, pero él no. Emma no podía entender porque él no quería dejarla ayudar. ¿Pensaba que por ser mujer no podía hacer trabajo duro? ¿Cómo creía que ella había sobrevivido todo ese tiempo sola en una isla? Emma no iba a dejar que nadie le de órdenes, sea o no sea el capitán del barco. Ella era una mujer libre y si quería ayudar, entonces iba a ayudar. Y ayudando, tal vez podría demostrarle a él que ella si era capaz de hacer tarea de barco.

- Hola Henry. – Saludó Emma.

- Hola Emma. – Devolvió Henry el saludo.

- ¿Quieres qué te ayude con eso? – Preguntó ella amablemente.

- ¿Sabes tejer y haces nudos? – Preguntó él con curiosidad.

- Por supuesto que sé. – Respondió ella sincera.

- Wow, hasta recién yo era el único que sabía hacerlo. – Dijo él sorprendido.

- ¿Te gustaría que te ayude entonces? – Preguntó ella con una sonrisa.

- Si, claro. – Contestó él y le dio una de las redes. – Por cierto, gracias. – Agradeció la ayuda.

- De nada. – Dijo ella y se sumergieron en un gran silencio mientras cada uno arreglaba y reforzaba su red. - ¿Puedo preguntarte algo que me tiene curiosa desde que te conocí? – Preguntó algo nerviosa.

- Si, obvio. – Asistió él.

- ¿Cómo es que un chico tan joven como vos es pirata? – Preguntó ella mirándolo a los ojos.

- Bueno, es complicado. No era mi intención ser un pirata si es lo que te preguntas. – Contestó él y dio un largo suspiro. – Yo estaba en una ciudad llamada "Puerto de palos", ¿La conoces? – Dijo.

- No. – Negó ella, el nombre de la ciudad ni siquiera le sonaba conocido de sus visiones.

- Bueno, yo estaba allí porque mis padres me abandonaron. En el hogar de niños me trataban mal, así que me escapé, y mi única manera de sobrevivir era robando. – Explicó él con cierta melancolía en su voz.

- Entiendo. – Dijo ella sintiendo empatía por el niño. – A mi también me abandonaron. – Expresó ella al ver la mirada preguntona de él sobre ella.

- Un día le robé al capitán, solo que yo no sabía que él era el famoso Capitán Garfio. – Confesó él sintiéndose un poco avergonzado al recordar el momento.

- ¿Y Killian se dio cuenta que le habías robado? – Preguntó ella imaginando la situación.

- Si, él me descubrió. Iba a entregarme a las autoridades, porque dijo que era muy chico como para retarme a un duelo. – Dijo él recordando el momento como si hubiera sido ayer.

- Pero estás acá, ¿O sea que no te entrego? – Dijo ella curiosa.

- No, yo le rogué que no lo haga. Entonces me dio a elegir si unirme a su tripulación o que me entregue a las autoridades. – Explicó él.

- Y vos elegiste ser un pirata. – Dijo ella acertando lo que había pasado.

- Si, creo que es la mejor elección que hice en mi vida. Acá me siento útil y querido. Somos como una familia. – Dijo él con una sonrisa.

- Si, se nota en el aire que hay algo especial entre ustedes. – Coincidió ella. Nunca había conocido una tripulación de piratas, pero por lo que había escuchado y visto en sus visiones, no imaginaba nada como con lo que se había encontrado en el Jolly Roger.

The Lost PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora