Emma necesitaba proteger a sus padres y por eso los separó. Ella no sabía como eran sus padres en una pelea, y por más que todos se referían a ellos como héroes, ella no quería poner a prueba esa teoría. Ella iba a proteger a David y Killian a Snow. De esa manera ella podía estar tranquila.
Emma y David entraron por la puerta del costado del castillo. Camino a la torre se cruzaron con un par de guardias, a los cuales esquivaron o Emma se encargó de hacer que se vayan para el lado contrario distrayéndolos con su magia. Cuando llegaron a las escaleras había dos guardias vigilando. Luego de intercambiar un par de señas con su padre, cada uno atacó a un guardia dejándolos inconscientes. Para no levantar sospechas en caso de que alguien los vea, los sentaron en unas sillas haciéndolos parecer que solo estaban durmiendo una siesta. Al llegar a la torre se encontraron con Snow y Killian, quienes ya estaban allí, habían venido por las otras escaleras.
- ¿Y? – Preguntó Emma impaciente.
- Ninguna funciona. – Informó Snow, luego de probar cada una de las llaves que había robado con Killian.
- Proba éstas. – Dijo David alcanzándole las llaves que él y Emma habían robado.
- Tampoco. – Negó Snow después de intentar abrir la puerta con cada una de las llaves.
- Déjenme, intentaré falsear la cerradura. – Propuso Killian dirigiéndose a la puerta.
- No hay tiempo para eso. – Dijo Emma tomándolo del brazo para detenerlo.
- Pero... - Comenzó a decir Killian.
- Sin peros, no hay tiempo. – Lo interrumpió Emma. – Mi magia tendrá que funcionar. – Dijo decidida enfrentando la puerta.
Emma cerró los ojos e intentó concentrarse en su magia, trató de focalizar toda su energía en sus manos. Sintió como la magia recorría su cuerpo intensamente, y cuando finalmente la sintió en sus manos la dirigió hacia la cerradura. Una luz blanca salió de sus manos y abrió la cerradura. Emma abrió la puerta y entró a la pequeña sala de la torre, seguida por sus padres y Killian. Emma no estaba segura de lo que había esperado encontrar, pero encontrarse con un hombre definitivamente no era lo que había esperaba o imaginado.
- Bealfire. – Dijo Killian sorprendido dirigiéndose al hombre y ayudándolo a pararse.
- Garfio. – Dijo Bealfire igual de sorprendido, aceptando su ayuda para pararse. – Estás igual. – Comentó observándolo detenidamente. Cuando se habían conocido Bealfire era solo un niño, pero ahora ambos parecían de la misma edad.
- Me quede en Neverland un tiempo más. – Explicó Killian algo nervioso.
- ¿Qué haces acá y quiénes son ellos? – Preguntó Bealfire, con la curiosidad invadiéndolo.
- Vinimos a salvarte. – Respondió Emma. – Soy Emma, la Princesa Perdida del Bosque Encantado. – Se presentó.
- ¿Qué haces acá? ¡Regina quiere matarte! – Dijo Bealfire, reconociéndola ya que había escuchado muchas historias sobre ella.
- En cuanto a eso, será mejor que nos vayamos. – Dijo David.
- Si, después va a haber tiempo para explicaciones. – Coincidió Killian.
Salieron del castillo lo más rápido que pudieron y sin llamar mucho la atención, solamente habían tenido que enfrentarse a tres guardias. Fueron al bosque y se refugiaron en un pequeño claro. De repente Emma empezó a sentirse nerviosa. Ahora solo quedaba llamar a Rumpelstiltskin y conseguir el amuleto para deshacerse de Regina para siempre.
- Hora de la explicación. – Dijo Bealfire mirando a Killian.
- Tu padre nos pidió que vengamos por vos. – Dijo Killian con sinceridad.
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The Lost Princess
FanfictionEmma vivió toda su vida en una isla hasta que fue rescatada por un barco. Lo que no se esperaba es que su salvación sea un barco pirata, o mejor dicho un misterioso y apuesto capitán. ¿Qué les deparará el destino? ¿Será el amor lo único que pueda sa...