The Lost Princess

Capítulo 18

Cuando El Jolly Roger hizo anclas en Hogsmeade, Killian salió prácticamente corriendo del barco. Necesitaba tiempo, aire y espacio. Compró unas cuantas botellas de alcohol y se encerró en una habitación de un hotel. Ni siquiera tuvo fuerzas para quedarse en la taberna, no cuando estaba lleno de mujeres, y lo único que él podía hacer era pensar en Emma. Hace varios días que se había enterado que Emma tenía magia, mejor dicho la había visto, había sido testigo de su magia; y todavía seguía sin poder asimilarlo. La magia le había quitado todo lo que había amado en la vida, así que enterarse que Emma poseía magia fue todo un shock. Él sabía de lo que la magia era capaz y del mal que podía causar a las personas. Sintió un gran dolor en el pecho al pensar en cómo la había echado y en cómo probablemente nunca más la iba a ver en su vida. Pero eso era lo mejor, se los debía tanto a Liam como a Millah, ya que ellos habían perdido sus vidas por culpa de la magia.

Killian no pudo dormir bien en toda la noche. Así que no bien el sol se asomó por la ventana de su habitación decidió ir a la taberna a desayunar. Tenía un gran dolor de cabeza y cansancio por todo el alcohol que había tomado, así que se sentó en la barra para que nadie pueda molestarlo con la idea de conversar. Mientras tomaba su té su atención se vio llamada por un hombre vistiendo un ridículo sombrero púrpura. El hombre se sentó en la barra y en seguida tuvo al camarero Leroy atendiéndolo. Killian no sabía porqué, pero algo le llamaba la atención de ese hombre, así que escuchó la conversación que mantenía con Leroy.

- ¿Y? ¿Novedades? – Preguntó Leroy sirviéndole un té.

- La atraparon. – Respondió Jefferson.

- ¿Estás seguro? – Preguntó Leroy alcanzándole la taza.

- Si, uno de los guardianes del bosque vio todo. – Contestó Jefferson agarrando la taza.

- ¿Qué crees que van a hacer con ella? – Pidió saber Leroy después de dar un largo suspiro.

- Nada bueno, estamos hablando de los hombres de Regina. Lo más probable es que la maten. – Dijo Jefferson muy pensativo.

- No puedo creer que ésta historia termine así. – Comentó Leroy desilusionado.

- Es triste. – Coincidió Jefferson.

- Lo más triste es que nunca llegó a sus padres. Todo éste tiempo estuvo perdida, ¿Para qué? ¿Para qué la encuentren los hombres de Regina y la maten? – Dijo Leroy frustrado.

- No creo que haya estado tan perdida. ¿No te parece sospechoso que Regina no haya hecho nada de búsquedas en todos éstos años y de repente hace un par de meses empezó a mover cielo y tierra para encontrarla? – Razonó Jefferson y se llevó un gran sorbo de té a la boca.

- Tenes razón. – Dijo Leroy considerando lo que Jefferson le decía.

- Probablemente la tuvieron atrapada todo éste tiempo o estaba en algún lugar donde podían controlarla. – Dijo Jefferson.

- Y luego escapó. – Continuó Leroy, mientras limpiaba la barra con un trapo viejo.

- Solo para ser encontrada meses después. – Agregó Jefferson.

- Y morir en mano de esos hombres sin corazón. – Terminó Leroy.

Killian siguió la conversación atentamente. Al parecer los hombres de Regina habían atrapado a una mujer, la cual había estado perdida mucho tiempo, y la iban a matar. ¿Por qué esa mujer era tan importante como para que la quieran matar? Killian estaba intrigado con lo que conversaban y con la naturalidad con la que hablaban. La mujer estaba atrapada, y ellos en vez de pensar en ir a salvarla la daban por muerta directamente.