Capítulo 34

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Killian sabía que Emma tenía muchas paredes, pero nunca la había visto tenerlas tan cerradas como con sus padres. Killian siempre había entendido las paredes de Emma, porque él también tenía sus propias paredes. Cuando uno sufre crea paredes alrededor suyo para protegerse. Killian siempre había valorado lo valiente que fue Emma en dejar caer sus paredes con él, y hacer que con las de ella también caigan las de él. Por eso verla de repente tan cerrada lo ponía mal, porque sabía que ella estaba sufriendo. Durante el camino al Jolly Roger no le soltó la mano ni por un instante, acariciándosela suavemente por momentos para contenerla. La primera vez que sonrió fue cuando llegaron al muelle. Killian la observó soltarse de su mano y correr hacia Robin.

- ¡Robin! – Exclamó Emma dándole un abrazo alegremente.

- Hola Emma. – La saludó Robin correspondiendo el abrazo.

- Te extrañaba. – Admitió Emma saliendo del abrazo para que él pueda saludar a los demás.

- Yo también los extrañaba. – Dijo Robin señalando a Killian.

- Hola amigo. – Lo saludó Killian con un abrazo.

- Hola. – Dijo Robin.

- ¿Qué haces acá? – Preguntó Emma curiosa.

- Yo le pedí que venga. – Respondió Killian.

- ¿Por qué? – Pidió saber mirando a los dos hombres algo sorprendida.

- Porque si vamos a enfrentar a Regina necesitamos toda la ayuda que podamos tener. – Contestó Killian con sinceridad.

- Y yo estoy dispuesto a ayudarlos, siempre. – Agregó Robin.

- Gracias. – Agradeció Emma con una pequeña sonrisa.

- Hola Robin. – Lo saludó Snow.

- Mi Reina, mi Rey. – Robin hizo una pequeña reverencia a modo de saludo. – Un placer verlos. – Dijo respetuosamente.

- Gracias por estar acá. – Agradeció David.

- Es un honor. – Dijo Robin.

- ¿Está Roland? – Preguntó Emma interrumpiendo la conversación porque le ponía incomoda la formalidad en la Robin se manejaba con sus padres.

- Si, está en el barco con Henry. – Respondió Robin.

- Genial. – Dijo Emma y salió corriendo hacia el barco.

Killian la miró correr con ese aire de libertad que siempre parecía caracterizarla y sonrió, esa es la Emma que tanto amaba. Iba a tener que esforzarse esos días para hacerla sentir bien. Sabía que la presencia de sus padres junto a ellos le iba a ser difícil a ella, pero sabía que ellos necesitaban recomponer la relación. Emma se merecía tener padres que la amen y él se iba a asegurar de que no vuelva a perder la oportunidad de tenerlos con ella. Los ayudó a subir al barco y luego se dirigió a sus hombres y a los de Robin para poner orden.

- Atención. – Exclamó Killian llamando la atención de sus hombres.

- Si, capitán. – Respondieron todos a la vez.

- Vamos a tener con nosotros por unos días a la Reina Snow y al Rey David con nosotros, y también a los bandidos de Robin Hood. – Informó Killian. – Les pido que los traten con respeto y actúen como se debe. Intenten no meterse en más líos de lo normal, ¿Quieren? – Dijo y todos asistieron, y algunos también rieron. – ¡Ahora saquemos éste hermoso barco de acá, quiero llegar cuanto antes al reino de Regina! – Ordenó moviéndose por la cubierta a paso firme.

Todos los hombres se movieron a la perfección, cada uno haciendo su trabajo, y el Jolly Roger partió del Bosque Encantado en menos de cinco minutos. Killian sonrió, había sido un tiempo record. Se mantuvo en el timón, porque quería dejar todo bien direccionado antes de ponerse a hacer otra cosa. Mientras hacia su tarea, pudo ver a los Reyes mirando intensamente a Emma. Su hermosa mujer estaba jugando con Henry y Roland. Corrían por la cubierta hasta atraparse en un abrazo y hacerse cosquillas. Killian la miró maravillado. Era imposible no quedar maravillado con Emma. Killian comprendió que la situación para los Reyes también debía ser difícil. Ver a su hija jugar tan libremente con esos niños, era como un recuerdo de lo que ellos no habían podido tener con ella. Al rato la vio desaparecer con Jukes hacia el interior del barco. Una vez que el barco estuvo perfectamente direccionado y posicionado, se fue en búsqueda de su mujer a la cocina. Allí estaba con Jukes, ambos cocinando juntos. Los observo por unos instantes apreciando la hermosa relación que había entre ellos hasta que estuvo satisfecho, y entró a interrumpirlos.

The Lost PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora