Capítulo 29

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Emma se despertó cuando los rayos de sol comenzaron a asomarse por el horizonte. La pequeña y calida luz molestándole a los ojos, haciéndola finalmente despertar. Emma sonrió al ver donde estaba. Estaba en el medio del bosque con Killian a su lado, ambos desnudos y tapados solamente con el abrigo de él. Después de que Killian le había propuesto matrimonio y ella había aceptado, habían pasado toda la noche uniendo sus cuerpos en uno solo. Emma miró su anillo maravillada y sonrió de felicidad.

- ¿Te gusta el anillo? – Preguntó él mirándola detalladamente.

- Me encanta. – Respondió ella con una sonrisa.

- ¿Segura? – Preguntó él luego de dar un pequeño bostezo. – Si no te gusta, te puedo comprar otro en algún pueblo al que vayamos. – Ofreció él.

- Éste anillo es perfecto Killian. – Aseguró ella.

- Me alegra que te guste. – Dijo él agarrando la mano de ella y le dio un beso.

- Siento que hay algo especial en el. – Comentó ella mirando con adoración como él besaba su mano.

- Porque lo es, es muy especial para mí. – Asistió él.

- ¿Queres contarme? – Propuso ella, aforrándose a la mano de él con más fuerzas para darle cierta contención.

- Era de mi mamá. – Respondió él, y se quedo callado por unos segundos demasiado perdido en sus recuerdos. – Ella se lo dio a Liam, le dijo que era para que use con la mujer indicada, con la mujer que merezca su amor. – Explicó tranquilamente.

- Es tu recuerdo de ellos. – Dijo ella comprendiendo el gran significado sentimental que tenía el anillo para él.

- Lo es. – Asistió él. – El anillo no era para mí, pero una vez que Liam murió decidí quedármelo. Siempre lo lleve conmigo, porque era mi manera de hacer que estén siempre presentes. – Dijo con la voz llena de emoción.

- Killian éste anillo es muy importante, entiendo si queres quedártelo y darme otro. – Sugirió ella secándole las lágrimas que caían silenciosamente de sus ojos.

- Emma yo quiero que tengas éste anillo porque vos sos la mujer indicada. – Dijo él mirándola intensamente.

- Es un honor que quieras que lo tenga, te prometo que lo voy a cuidar con mi vida. – Dijo ella cerrando los ojos por unos instantes, sonriendo ante la calma que le generaba que él le diga cosas como "sos la mujer indicada".

- Te amo. – Dijo él.

- Y yo te amo a vos. – Dijo ella.

Emma cerró el mínimo espacio que los separaba y unió sus labios con los de él en un beso lleno de ternura y pasión. Cuando volvieron a unir sus cuerpos Emma supo que nunca se iba a sentir tan feliz, ni completa, como cuando estaba con él. Killian era su hombre indicado y ella era su mujer indicada. Había algo que se sentía muy bien en corresponderse el uno al otro. Amor correspondido era todo lo que le había hecho falta en su vida, y ahora finalmente lo tenía. Ese maravilloso hombre quería casarse con ella y no había nada que pudiera hacerla tan feliz.

- ¿Deberíamos ir volviendo a la aldea? – Preguntó ella pensando en que los piratas se iban a preocupar al no encontrarlos por ningún lado.

- No te preocupes, cuando vean que nosotros dos somos los que faltamos van a sacar sus conclusiones de que estamos juntos. – Respondió él besándole el cuello.

- Killian, ¿Puedo pedirte algo sobre nuestro casamiento? – Pidió ella.

- Lo que quieras. – Dijo él mirándola con curiosidad.

The Lost PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora