Killian se sintió más confundido que nunca. Emma le hacía sentir cosas con una intensidad que nunca había sentido. Killian supo que a partir de esa noche, Emma se había ganado la confianza de todos los hombres en el barco. La manera en que valientemente arriesgo su vida para salvar a Henry demostraba exactamente el tipo de persona que era. Emma se había convertido en una pequeña luz de esperanza para todos ellos, esperanza de que el bien existía en el mundo. Killian tuvo que aguantarse las ganas de besarla cuando le curó su mano. No sabía de donde habían salido esas ganas, solo sabía que las había sentido. En ese momento le habría gustado besarla con pasión, para demostrarle lo mucho que le agradecía por salvar a Henry y lo mucho que la admiraba por siempre hacer frente a las cosas que no le gustaban. Debía haber sido la adrenalina del momento probablemente. Pero Killian tuvo que irse del camarote con la excusa de que ella se de un baño de agua caliente para no besarla.
A la mañana Emma no apareció en el desayuno, lo cual le resulto extraño. Ella solía ayudar a Jukes a prepararlo la mayoría de las veces. Killian tomó una bandeja y la llevó al camarote. Llamó a la puerta y al no recibir respuesta decidió entrar. Lo siguiente que vio le lleno el corazón de calidez y ternura. Emma y Henry estaban acostados en la cama, dormidos. Emma lo estaba abrazando, como queriendo protegerlo. Y Henry tenía su cabeza apoyada en el pecho de ella, usándola como almohada. Killian nunca pensó que iba a ver una escena que le haga sentir tanta paz y calma como esa.
- ¿Killian? ¿Qué haces acá? – Preguntó ella abriendo los ojos, confundida al verlo.
- Vine a traerles el desayuno. – Respondió acomodando la bandeja en la mesa.
- ¿Desayuno? – Preguntó Henry también abriendo los ojos y bostezando. – ¡Que bien, porque tengo hambre! – Dijo saliendo de la cama y dirigiéndose a la mesa.
- Hay té y tostadas con huevos. – Informó Killian sentándose en una silla.
- Gracias. – Agradeció Emma desde la cama, todavía no tenía fuerzas de levantarse.
- De nada. – Dijo Killian.
- Ésto está riquísimo, tenes que probar estos huevos Emma, ésta vez están hechos con panceta. – Dijo Henry comiendo un gran bocado.
- Eso suena tentador. – Dijo Emma jugando con la almohada.
- Deberías apurarte, sino Henry te va a dejar sin comida. – Dijo Killian divertido al ver como Henry comía.
- Más te vale que me dejes algo, sino nunca más te dejo dormir conmigo. – Amenazó Emma revoleándole la almohada a Henry, aunque más que una amenaza era una broma, una manera que ellos tenían de jugar.
- Mi culpa no es que seas una morsa y no quieras salir de la cama. – Bromeó Henry revoleando la almohada devuelta hacia Emma.
Emma finalmente se levantó de la cama, fue hacía Henry y lo atacó haciéndole cosquillas. Killian miró la situación conmovido, hacía tiempo que no veía a Henry tan feliz. Las risas de ambos eran como música para los oídos de Killian, transmitían paz y alegría. En ese momento Killian se dio cuenta que no escuchaba a Emma reír muy seguido, y como le gusto tanto el sonido de su risa se propuso a si mismo intentar hacerla reír más veces. Una vez que pararon las risas Emma se unió a la mesa y se volvieron a concentrar en el desayuno.
- ¿Puedo saber que hacías durmiendo acá? – Pidió saber Killian a Henry.
- No podía dormir, tenía pesadillas. – Respondió Henry con sinceridad.
- ¿Por eso decidiste venir a invadir a Emma? – Preguntó Killian, levantando las cejas curioso.
- No me molesta que me invada. – Dijo Emma antes que Henry pueda responder algo.
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The Lost Princess
FanfictionEmma vivió toda su vida en una isla hasta que fue rescatada por un barco. Lo que no se esperaba es que su salvación sea un barco pirata, o mejor dicho un misterioso y apuesto capitán. ¿Qué les deparará el destino? ¿Será el amor lo único que pueda sa...