Capítulo 19

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Emma abrió los ojos y se sorprendió al ver que estaba en el Jolly Roger, en su camarote, o mejor dicho en el camarote de Killian. Todo lo que había pasado estaba mezclado en su cabeza y la hacía sentir confundida. Podía recordar perfectamente los hombres del ejército de Regina torturándola mientras estaba atada a un árbol en medio del bosque. Pero la llegada de Killian y los demás piratas para rescatarla parecía lejano. Ella había pensado que había sido un sueño, pero ahora al encontrarse acostada en la cama donde durmió todas las noches que estuvo en ese barco sabía que era real. Ellos la habían rescatado y la habían traído devuelta al barco. Pero, ¿Por qué?

Parpadeó varias veces, hasta que sus ojos se pudieron acostumbrar a la luz de la habitación. Killian estaba dormido en una silla al lado de la cama. Parecía agotado e incómodo. Las ojeras debajo de sus ojos decían que no había estado durmiendo bien. Emma lo miró varios minutos intentando descifrarlo. ¿Habría sido real el "te amo" que había salido de sus labios?

- Emma, estás despierta. – Dijo él abriendo los ojos y acomodándose en la silla.

- Lo estoy. – Asistió ella.

- Bien. – Dijo él suspirando, aliviado al verla despierta.

- ¿Cuánto tiempo? – Preguntó ella comprendiendo que la preocupación que podía leer en él se debía a que ella había estado inconsciente.

- Un día. – Respondió él.

- ¿Un día? Bueno, por lo menos es mejor que una semana. Al parecer voy mejorando. – Bromeó ella para quitar la tensión del momento, aunque probablemente recurrir a comentarios sobre su magia no era una buena idea.

- ¿Cómo te sentís? – Preguntó él, cambiando el tema.

- ¿Qué hago acá? – Preguntó ella volviendo hacia el tema que ella quería discutir.

- ¿No es obvio? – Preguntó él mirándola intensamente. – Estás acá porque te traje conmigo. – Comentó él señalando lo obvio.

- Si, eso lo sé. Pero, ¿Por qué? ¿Por qué me trajiste? ¿Por qué fuiste a buscarme? ¿Por qué me rescataste? – Pidió saber ella algo desesperada, porque cada cosa que él hacía la confundía.

- Porque era lo correcto... - Comenzó a decir él.

- ¿Lo correcto? – Lo interrumpió. – Killian no entiendo, yo no debería estar acá, vos me echaste. – Dijo ella frustrada, con la voz rota.

- Haberte echado fue el peor error que cometí en mi vida. – Confesó él. – Nunca me voy a perdonar por haber actuado tan impulsivamente y no haber pensado bien las cosas. Y lo peor de todo es que vos saliste lastimada en el proceso. – Dijo él con bronca hacía si mismo.

- ¿Y así como si nada decidiste rescatarme? – Preguntó ella rompiendo un gran silencio que se había formado entre ambos.

- Cuando escuché que los hombres de Regina te habían atrapado me dí cuenta de lo grave que había sido mi error. Tenía tanto miedo de perderte. Yo no puedo perderte Emma, yo no lo sobreviviría. – Admitió él sentándose en la cama al lado de ella y mirándola a los ojos para hacerle entender que hablaba en serio.

- ¿Cómo me encontraste? – Preguntó ella con la voz temblorosa, tratando de evitar que se note lo mucho que le afectaba que él le confiese semejantes cosas.

- Con ésto. – Dijo él sacando la brújula de su bolsillo y dándosela. – No tendrías que haberla dejado acá porque era un regalo, pero por suerte lo hiciste y ella me llevó hacía vos. – Explicó suavemente.

- ¿Funciona? – Preguntó ella agarrando la brújula con gran curiosidad.

- Eso parece. – Respondió él con una pequeña sonrisa.

The Lost PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora