Capítulo 23

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Emma sintió la mano de Rumpelstiltskin intentar sacar su corazón de su pecho y pensó que era el fin. Una sensación de pánico la invadió, no por la idea de morir, sino por Killian. Ella no quería dejarlo y sabía que a él le causaría dolor verla morir de la misma manera que a Milah. Ella no quería que sufra y tenía miedo de que él vuelva a perderse en la venganza. Mientras todos esos pensamientos pasaban por su cabeza pudo sentir su magia resurgir de su interior y notó que Rumpelstiltskin no podía remover su corazón. Al ver la confusión de Rumpelstiltskin en su cara la confianza volvió a ella y dijo algo que siempre había pensado y necesitaba sacar afuera: "El amor es fuerza". Magia blanca y brillante salió de su pecho haciendo que Rumpelstiltskin salga despedido y caiga en un rincón de la biblioteca, lejos de ella. El shock de lo que acaba de pasar se apoderó de ella y sus piernas empezaron a temblar. Como si Killian lo sabría todo sobre ella, fue corriendo a su lado y la agarró en sus brazos. Killian le confesó que la amaba, la besó con pasión y ella se derritió en el beso. Ella sabía que él la amaba desde hace un tiempo, lo demostraba con todo lo que hacía por ella. Pero escucharlo era otra historia, era hacerlo real y su corazón saltó de alegría porque era la primera vez que alguien la amaba.

- No se te ocurra acercarte, vas a tener que pasar sobre mi cadáver antes de volver a intentar tocar a Emma. – Amenazó Killian a Rumpelstiltskin apuntándolo con su espada.

- ¿Todavía no aprendiste que una simple espada no puede matarme pirata? – Preguntó Rumpelstiltskin quedándose quieto en su lugar, pero con una sonrisa que decía que ya tenía nuevos planes de cómo atacar.

- No me importa, yo por ella soy capaz de cualquier cosa. – Se justificó Killian.

- ¿Incluso de dejar tu venganza? – Preguntó Rumpelstiltskin.

- Si, incluso eso. – Asistió Killian.

- Que lastima que no te diste cuenta de eso antes. – Comentó Rumpelstiltskin jugando con los dedos de sus manos.

- Como sea, no podes sacar mi corazón y sabes que mi magia es capaz de proteger a Killian. – Le recordó Emma.

- Si, eso fue inesperado. – Aceptó Rumpelstiltskin. – Pero eso no quiere decir que no pueda hacer otras cosas al respecto. – Dijo con una sonrisa.

- ¿Qué se supone que significa eso? – Preguntó Killian agarrando su espada con fuerzas.

- Que siempre tengo un plan b. – Contestó Rumpelstiltskin.

Antes que alguien pueda preguntar cuál era el "plan b" de Rumpelstiltskin, él hizo sonar sus dedos y Emma se vio envuelta de una luz verde. Emma sintió como si estuviera siendo removida del mundo, todo a su alrededor giraba y la hacía marearse. Cuando la luz verde que la envolvía desapareció, Emma cayó en el césped. Abrió los ojos y comprendió lo que había pasado, Rumpelstiltskin la había teletransportado hacía otro lugar. ¿Qué era ese lugar? Emma miró hacía sus alrededores y pudo ver que estaba en una prisión, o mejor dicho una especie de jaula gigante, en medio de un bosque. Antes que pueda darse cuenta de algún detalle importante, una mujer extendió la mano hacia a ella y la ayudó a pararse. Al parecer no estaba sola en esa prisión. La mujer tenía largo cabello con rulos color marrón oscuro y ojos verdes brillantes.

- ¿Cómo es que pasó eso? ¿Qué haces acá? – Preguntó la mujer mirándola muy sorprendida.

- No tengo la menor idea. – Respondió Emma con sinceridad. - ¿Qué es este lugar? ¿Dónde estoy? – Pidió saber Emma.

- En el Bosque de Las Trampas, ésta es una prisión de la Reina Regina. – Respondió la mujer.

- ¿De la Reina Regina? – Preguntó Emma sintiendo un gran escalofríos al recordar cada una de sus visiones con esa mujer, más que Killian le había dicho que ella quería matar a la princesa perdida, la cual supuestamente era ella. – Entonces será mejor que nos vayamos cuanto antes de acá. – Dijo con convicción.

The Lost PrincessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora