Emma se sorprendió al despertarse y encontrarse en el camarote. Ella no recordaba haberse acostado en la cama. Lo último que recordaba era estar acostada en la cubierta escuchando las historias de las estrellas que Killian contaba. Ella se debió haber quedado dormida y él la trajo hasta allí. Se imaginó a Killian llevándola en sus brazos y se sonrojó sintiéndose avergonzada con la situación. Sintió una gran ternura hacia el gesto, nunca nadie la había cuidado de esa manera. Repitió en su cabeza el momento vivido con Killian la noche anterior y se alegró de que hayan podido compartir un momento sin pelearse. Era la primera vez que Killian se había mostrado sincero y respetuoso con ella, dejando atrás la rudeza y malos tratos.
Emma se colocó sus botas, se lavó la cara y se peinó el cabello. Luego salió a cubierta a enfrentar el día con una sonrisa, hace tiempo que no se sentía con tan buena energía.
- ¿Practicando? – Preguntó ella a Henry que estaba muy entretenido haciendo distintos movimientos con su espada.
- Si, algo así. – Respondió él.
- Tenes que pararte más derecho y agarrar la espada con todos tus dedos para poder tener más fuerzas, úsala siempre cubriendo tu cara y tu pecho para poder defenderte mejor. – Aconsejó ella mientras lo observaba.
- ¿Qué sabes vos sobre espadas? – Preguntó él dudando que una mujer fuera capaz de usar una espada.
- ¿Cómo crees que me defendía en la isla? – Preguntó ella.
- ¿Con una espada? – Preguntó él curioso.
- Si, y con flechas también. – Respondió ella.
- Increíble. – Dijo él mirándola con admiración. - ¿Podes enseñarme a disparar flechas, aquí no hay nadie que sepa? – Pidió con entusiasmo.
- Claro, un día si queres podemos hacer flechas y arcos, y te enseño. – Ofreció ella con una sonrisa.
- Si, sería genial. – Aceptó el niño. – Pero por ahora, ya que tenemos espadas, ¿Queres practicar conmigo? – Sugirió él alcanzándole una espada.
- Será un placer. – Contestó ella agarrando la espada.
Ambos se pusieron a practicar con las espadas. Peleaban entre ellos hasta que uno de los dos bloqueaba al otro. Henry no podía ganarle así que escuchó los consejos que ella le daba atentamente.
- ¿Practicando sin mi permiso? – Preguntó Killian metiéndose en medio de la pelea.
- Yo le pedí que practique conmigo porque lo hace muy bien. – Respondió Henry.
- ¿Qué tan bien? – Preguntó Killian curioso.
- No pude ganarle ni una vez. – Respondió Henry.
- ¿Ni siquiera lo dejaste ganar con la excusa de que es un niño? – Preguntó Killian mirando a Emma como si fuera el mapa más difícil de descifrar.
- Que lo deje ganar no lo ayudaría a pelear bien en batalla. – Respondió ella con convicción.
- Bien, veamos que tan buena sos entonces. – Dijo Killian enfrentándola con su espada.
Emma aceptó pelear contra Killian sin mostrar la más mínima señal de miedo. Si había aprendido algo en su vida era que el miedo solo le servía a los demás para usarlo en contra de uno. Así que Emma se olvidó de el hecho de que Killian era un pirata, un capitán y probablemente un especialista con la espada; para poder pelear bien. Él era fuerte y ágil, pero ella era veloz y habilidosa. La pelea era justa. Ambos se movieron bien pudiendo detener los ataques del otro. En un momento ella pensó que estaba ganando la pelea, pero él se volvió con todas las fuerzas hacia ella, y ella tuvo que usar la pierna para ayudarse a detenerlo. Aprovechando la posición incómoda de ella, él la hizo soltar la espada haciéndola caer al piso.
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The Lost Princess
FanfictionEmma vivió toda su vida en una isla hasta que fue rescatada por un barco. Lo que no se esperaba es que su salvación sea un barco pirata, o mejor dicho un misterioso y apuesto capitán. ¿Qué les deparará el destino? ¿Será el amor lo único que pueda sa...