CAPITULO 19

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Después del segundo round, esta vez en la ducha nos vestimos y bajamos a cenar. El comedor del Hotel está lleno, pero de momento nadie conocido, así que nos relajamos y disfrutamos de la cena que consiste en un buffet con distintos platos todos riquísimos. Es lo que tiene hacer tanto ejercicio, así que nos ponemos hasta arriba de comida.

Después de cenar hemos salido a dar un paseo por el puerto de Ibiza que es donde están los lugares de copas y se pasean turistas indescriptibles de casi todas las nacionalidades. Algo que nos llama la atención son los pasacalles con el nombre de los diferentes establecimientos, según nos enteramos lo hacen con la intención de atraer los turistas a las discotecas, pero ya ver este desfile es un espectáculo, Así como el baile de los gogós que también se pasean luciendo su particular vestuario; zancos, ropa de cuero, plataformas interminables, peinados imposibles y cuerpos de infarto. Ver todo esto es una experiencia única.

–Mira nena. –Observa Hugo una chica que va prácticamente desnuda y que solo se le ven las inmensas plataformas que lleva.

–Si yo tuviera que ponerme eso y caminar me muero, Pobres pies. –Formulo con cara de pena.

–Yo te estoy enseñando la falta de ropa, se va a resfriar. –Aclara riendo.

–No me digáis que mientras me compadezco de sus pies, tú está mirándole el culo. –Suelto indignada.

_ No, solo la falta de ropa, que son dos cosas diferente. –Aclara fingiendo consternación

–Estoy por llamarte Capullo. –Digo mirándolo

–Solo tu nena, recuerda, solo tú, mi amor perfecto. –Enuncia mientras me abraza pasando su pulgar por mis labios como hace siempre antes de besarme.

Y mis bragas están preguntándome si se bajan solas o esperan a que lleguemos al Hotel.

–Más te vale argentino. –Contesto burlona.

Estamos volviendo al hotel, es de madrugada, aquí nadie duerme creo, porque a esta hora el puerto de Ibiza sigue más lleno que cuando llegamos. Entramos a un antro y yo me tomé una copa que costo el importe por el que me tomo tres en Madrid, pero estamos en Ibiza. Hugo solo tomo agua.

Me quito los zapatos en cuanto entramos a la habitación, estoy muerta, Hugo me lleva al sofá y masajea mis pies, uff esto es el cielo.

–Sigue, sigue, no pares. –Pido con los ojos cerrados.

–Ya sé que está rico y que eres capaz de dormirte así, pero nos vamos a la cama, estamos cansados y ya es casi de día. –Pide mientras me coge como un saco de patatas.

–Hugo, que tengo pies. – digo

–Ya lo sé, acabo de masajearlos, pero quiero llevar a mi chica.

–Vale. –Digo encantada ¿para qué vamos a discutir?

–A dormir que mañana tenemos que visitar Dalt Vila. –Recuerda. Dalt Vila es la ciudad amurallada, recorrido obligatorio para los que visitan la isla, por sus calles empedradas, sus impresionantes murallas y la belleza y tranquilidad del lugar. Ya yo estuve cuando vine, pero quiero que Hugo lo conozca, además es uno de los sitios que nunca te cansas de ver.

–Vale, desayunamos y nos vamos. Ahora a dormir. –Digo cansada. Caigo en un profundo sueño y mi último pensamiento es para ese hombre de ojos azules, negros a veces, que me abraza desde atrás y dice que yo soy su amor perfecto, más feliz no me puedo sentir.

Despierto y miro a mi alrededor para recordar donde estoy, vale, Ibiza, Hotel, Hugo... ya me ubico y a propósito de Hugo ¿Dónde está? ¿Es que este hombre ni siquiera en vacaciones se despierta último que yo? ya lo sé, qué duermo mucho, pero... escucho el agua de la ducha, bueno eso es mejor a que se haya ido a conocer los alrededores sin mí.

INSACIABLE TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora