INSACIABLE TU

CAPITULO 25

El fin de semana lo pasamos sin salir de casa, mirando pelis antiguas que hemos descubierto que a ambos nos encanta y entre peli y peli, polvos alucinantes, así que se nos ha pasado y no nos hemos enterado, es lo que tiene estar juntos y follar como conejos. Dentro de poco llega Andrea con Mateo, pediremos pizza y veremos alguna otra peli el plan no pinta mal pienso, mientras suena el timbre y Hugo se acerca a abrirle la puerta a mi amigacha con su novio, que a propósito aun no quiere reconocer que es su novio, prefiere llamarlo polvo, rollete, amigo con derecho, pero yo ni caso, ya caerás y... pensando en la susodicha...

–Ava te has perdido bien el fin de semana. –Dice mientras nos saludamos con dos besos –. ¿Es que no se cansan? –Pregunta ahora dirigiéndose a Hugo, mientras los dos negamos con la cabeza y Hugo intenta saludar a Mateo.

–Cómo has corrompido a mi amiga Hugo. –Señala Andrea mientras nos mira sin dar crédito.

– ¿Yooo? –Pregunta Hugo con cara de asombro

–Tu no, el vecino de al lado ¡No te jode! –Profiere muy tranquila. –. Si aquí la pervertida siempre he sido yo, quiero que me devuelvas a mi amiga la santurrona, quien tiene que pervertirla soy yo. –expone mientras se cruza de brazo y yo pienso «La mato o la envío al manicomio»

–Oye chata. –Contesto –. Que estáis hablando de mí y que sepas que quien ha pervertido a Hugo he sido yo, así que tú tranquila que he tenido buena maestra, ¿Mateo tú que dices? –Pregunto porque está muy callado.

–Yo no digo nada, en conversaciones vuestra no me meto, porque siempre salgo perdiendo. –Afirma Mateo con mucha razón.

–Buen punto Mateo. –Dice Hugo más pragmático –. Dejemos que se saquen los colores y se reconcilien de nuevo, mientras nosotros nos vamos al salón y te traigo algo de tomar ¿Qué quieres?

–Una cerveza. –Responde Mateo, mientras se alejan camino al salón.

–Yo voy a por ella. –Digo mientras Andrea y yo nos dirigimos a la cocina.

– ¿Todos cerveza? –Pregunto

–Yo un refresco. –Contesta Hugo.

Ya en la cocina mientras saco las cervezas y para Hugo su refresco, Andrea vuelve a la carga.

–Ava, ¿Estáis dando mandinga desde el jueves? Te vas a quedar seca. –Pero bueno esta chica está mal de cabeza; bueno eso hace tiempo que lo sé, solamente estoy ratificándolo.

–Vamos a ver Andreita de mi vida, ¿Acaso yo me meto o te pregunto lo que haces con Mateo y el tiempo que le dedica a como tú dices dar mandinga? –Pregunto enfadada.

–No, pero yo siempre he querido decirte, tu eres la no quieres escucharme. –Contesta ufana.

–Touché, no quiero saber y para que lo sepas, en vista que estás muy interesada, hemos dado mandinga y mucha, pero también hemos hablado, hemos dormido, hemos ido de tiendas, recuerda, los reyes mañana. –Explico mientras paso las manos por mi cabeza.

–Me habrás comprado algo ¿No? –Pregunta mientras agarro la bandeja para llevarla al salón, la ignoro, porque si no lo hago a mí me va a dar algo.

Y lo bueno pasa rápido, aquí estoy en mi cubículo que hace de oficina tratando de adaptarme de nuevo después de los días libres que he tenido, que, dicho sea, los primeros una mierda por lo de Ibiza, pero cuando nos reconciliamos después de año nuevo, todo ha sido un puto sueño. Hugo no ha dejado de hacerme sentir querida y amada ni un segundo. El lunes fuimos a dejar los reyes a mi sobrina que cuando vio lo que era se puso loca y sobra decir que nos llenó la cara de besos mojados, bueno a mi más que a Hugo, también le llevamos una bufanda para mi hermano y un bolso para mi cuñada.