CAPITULO 23

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 La mañana siguiente aún estamos en la habitación del hotel, después de hacer el amor no sé cuántas veces más, es lo que tienen las reconciliaciones y en nosotros no es la excepción, estamos con esa necesidad de meternos manos en cada ocasión y este sitio es el paraíso perfecto, lástima que ya nos quede poquito, en un par de horas tenemos que abandonarla.

– ¡Hey! ¿En qué piensas? –Pregunta Hugo abrazándome

–En que pronto tenemos que abandonar este hotel, esta habitación, donde hemos pasado unas horas perfectas. –Digo un poco triste.

–Nena, ¿Aun nos has entendido que el lugar es lo de menos, que la magia la ponemos tú y yo? –Pregunta mirándome.

–Tienes razón, pero esta habitación ha sido testigo de esa magia.

–Sí, pero habrá ciudades, hoteles, habitaciones, que siempre serán simples espacios opacos, pero haremos que con la presencia de nuestro amor se conviertan en lugares mágicos y fascinantes, porque lo que los hace diferente somos nosotros, así que yo me voy, pero junto a la persona que ha hecho la magia en esta habitación y eso es lo que importa. –finaliza, mientras pasa su pulgar por mis labios y nos besamos, porque he entendido que lleva toda la razón del mundo, el lugar es lo de menos si estamos juntos, donde quiera que estemos estará la magia como ahora mismo mientras nos miramos y hacemos el amor dejando nuestra magia por última vez en una suite de un hotel en Madrid.

Hemos venido cada uno en nuestros coches, por lo que toca irnos igual, ahora voy camino a mi casa, mientras Hugo ha ido a por ropa a la suya, para después venir a la mía. Hoy es viernes y se nos acaban las vacaciones, que para nosotros han sido una mierda. El lunes hay que empezar a trabajar, por suerte solo es oficina, porque el programa no empezará hasta el miércoles después de reyes, así que hemos quedado que este fin de semana, lo pasaremos juntos en casa y yo no veo mejor plan que ese.

Enciendo la radio para que quitar el silencio del coche y efectivamente John Newman, ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­ con su canción Love Me Again me acompaña por las calles de Madrid un viernes frío del mes de enero

Know I've done wrong

Left your heart torn

Is that what devils do?

Took you so long

Where only fools go

I shook the angel in you...

Mientras escucho el final de la canción, me acuerdo de cierta Psicóloga de pacotilla que no me ha llamado, eso es que piensa que aún estoy con Hugo, porque de lo contrario ya tendría encima a la cotilla mayor, decido llamarla, lo sé, no tengo remedio, pero estoy feliz y quiero que mi amiga lo sepa, porque con todos sus defectos no la cambiaría por otra, esta no tiene devolución, es como las hermanas o las aceptas o te jorobas.

– ¿Dónde estás? –Pregunta al descolgar el teléfono, sin saludar, típico de ella.

– ¡Hola, amiga! Y no, no te he extrañado, he estado, digamos que ocupada intentando taparme el culo después que a alguien se le ocurrió la brillante idea de meterme en un embudo.

–Pero ¿Qué dices? Si ha sido la idea más genial que he tenido últimamente, tanto que estoy pensando enfadarme con Mateo para luego esperarlo vestida así. – «Esta chica está mal de la cabeza» pienso.

–Pues no compres ninguno, ya tienes ese que me trajiste y que no sé de qué tienda de lencería de veinte duros lo sacaste y para que lo sepas, me dio corte y me puse una bata. – Suelto de golpe.

INSACIABLE TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora