Difícil pero sencillo [kryber] [Hard but easy: traducción]

Capítulo 41

Amber POV

Han pasado dos días después de la boda de mi hermano. Ayer él se mudó a un departamento con su nueva novia, Jessica Nuna, sí, ellos por fin son esposos y los clanes Liu y Jung se convirtieron en una familia. Mis padres seguramente están felices por esa razón.

Mi casa ahora parece vacía sin mis hermanos. Jjong hyung está en América y ahora Hae Hyung está casado y se mudó ayer. Honestamente, me siento muy sola.

Ayer cuando nos despedimos de Hae Hyung y Jessica Nuna, Krystal no pudo dejar de llorar y Jessica Nuna le fue difícil dejar su casa.

Me pregunto cómo estará Krystal ahora, ella debe estar más solitaria que yo. Debería ir a verla, de cualquier forma, estoy muy sola aquí.

Me levanté de la cama. Iré a ver a mi princesa. Hablando de princesa, recordé cuando Krystal y yo fuimos la compañía de los novios. En ese momento no pude dejar de verla, ella parecía una princesa real, se veía hermosa y elegante. Ni siquiera puedo describir lo que sentí en ese momento.

Ahora estoy en la casa de Krystal, toqué la puerta y unos minutos después, la tía Jung abrió la puerta.

–Hola, Amber – me sonrió dulcemente.

–Tía, ¿Krystal está bien? – pregunté directamente

Ella suspiró.

–Deberías ir a verla, cariño.

–Okay, tía. – Asentí.

Inmediatamente subí al cuarto de Krystal y abrí la puerta lentamente. Vi una figura cubierta con el edredón y reí, eso es tan Krystal.

–¡Sal de donde quiera que estés! –dije mientras me acercaba a ella.
Ella se quitó el edredón y me mostró un puchero.

–Josephine – su voz sonó muy débil.

–¿Cuánto tiempo has estado ahí? – apunté el edredón.

–.....no lo sé.

–¿Cenaste anoche?

Ella sacudió la cabeza.

–¿Te sientes triste?

Ella asintió.

–Sola – murmuró.

–Bueno...yo también me siento así. Espera aquí, princesa. – me levanté.

–¿A dónde vas?

–Haré mi deber como sirviente – sonreí antes de salir de su cuarto.

Fui a la cocina por algo de comida para ella, afortunadamente la tía Jung está aquí.

–Hola, tía. – la saludé dulcemente mientras me sentaba en una silla y recargué mis mejillas en mis manos. –Tía, necesito comida. –.

–¿Ah? Bien, espera un segundo, querida.

Un par de minutos después la tía Jung terminó de preparar la comida.