Capítulo 6

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Me levanté temprano como de costumbre y comencé mi rutina. Primero, mi jugo verde y después tomar las llaves e irme a la universidad. Obviamente, Liana iba conmigo incluso se apuró por tal de que le contara otra ves todo lo sucedido ayer en la tarde.

Íbamos caminando y entrando a la cafetería cuando de repente me dice "mira" y movió la cabeza hacia una mesa con varios chavos, "el es el Jos que yo conozco".

La primera vez que voltee no le di mucha importancia, pero la segunda vez los mire fijamente y el chavo dando la espalda me parecía familiar. Esa silueta, ese cabello negro era inolvidables. El me había salvado de una experiencia muy desagradable, traumática y dolorosa.

"Creo que sí es el. ¿Hay forma de que lo hagas venir?" Le dije dejando de mirar hacia la mesa.

"Si, deja le llamo" me dijo. Esperaba que lo llamara de forma discreta sin llamar la atención pero eso era imposible tratándose de Liana.

"¡Jos!" Grito desde donde estábamos paradas.
"Ven aquí y cuéntame ¿a dónde te fuiste ayer de fiesta y no me invitaste ?".

El chavo que había visto dando la espalda voltio y se rió. Era el, mi ángel de la guarda aquella noche. Pero se veía muy distinto, hoy sonreía en lugar de lucir preocupado. De inmediato el se paró y comenzó a caminar hacia nosotras. Al principio venía riéndose, después se quedó serio por unos momentos confusos y nuevamente volvió a reírse.

"Liana, no me fui de fiesta" le dijo parando de reír. "Tuve una entrevista que hacer y me tomo todo el día ir al lugar donde era".

"¿De cuándo acá eres importante?" Dijo Liana sarcásticamente.

"Yo fui a hacer la entrevista a alguien" se rió otra vez. "A un colaborador de la película de Star Wars, es para un proyecto sobre efectos especiales en cinematografía".

"A ya entiendo" dijo Liana riéndose. "Oh perdón, te presento a Regina. Jos, Regina; Regina, Jos".

"Mucho gusto" dije gentilmente extendiendo la mano.

"Un placer conocerte, Regina" me dijo sonriendo. Yo le sonríe también, eso era lo que tenía que hacer ¿no?

"¿No les molesta si los dejo solos un momento, verdad? Tengo que comprar algo de la máquina , ¿quieren algo?" Dijo Liana mientras comenzaba a caminar e irse.

"No, así estoy bien" le dije. Entendía lo que pretendía.

"No gracias" dijo Jos.

El tenía una estatura normal unos cuantos centímetros, unos cinco si acaso más alto que yo. Tenía el cabello negro y alborotado, una sonrisa muy encantadora y unos ojos oscuros, un café intenso. Ojalá fueran más claros, pensé.

"¿Así que te llamas Regina? ¿cómo estás?" Me dijo cuando Liana ya no estaba cerca.

"Si, estoy...bien supongo. Gracias a ti" le dije.

"¿Segura?" Me miró fijamente a los ojos. "Puedes confiar en mí, yo no he dicho nada, ni pienso decirlo nunca tranquila. Si es lo que me vienes a pedir que no diga nada, no te preocupes por favor".

"No, no, no es eso" le dije rápidamente. "Muchísimas gracias por la discreción, de verdad lo aprecio. Pero no esa la razón por la cual quería verte".

"De nada, no es nada. ¿Qué es lo que me quieres decir?" Me dijo recargándose en la pared de un lado para mirarme de frente.

"Quería darte las gracias" respire profundo. "Gracias por haber llegado, gracias por tener el valor de ayudarme, gracias por acompañarme a mi casa, gracias por TODO lo que hiciste por mí esa noche. De verdad, muchísimas gracias. No encuentro las palabras suficientes para decirte lo agradecida que estoy, te debo una. No una un millón, estoy en deuda contigo".

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