Capítulo 31

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Ver el mar desde esta altura me daba nauseas, y no era porque le tenía miedo a las alturas sino por el medicamento que tome. Apenas y llevábamos como medio camino del vuelo, y yo ya estaba angustiada por todo.

"Tranquilízate" me dijo Jos de una manera que no tranquiliza a nadie. "Todo estará bien".

"A ti no te dieron un tiro" le recordé. "Tu vida no corría peligro, no debiste haber venido".

"Ya no empieces con eso otra vez" me dijo. "Llegaremos, nos recibirá Sebastián, nos llevará al la casa donde nos quedaremos y ya".

"¿Y si nos encuentran?" Dije asustada. Me encontraron una vez, no me sorprendería una segunda vez.

"Tengo esto" Jos fue por un maletín y lo abrió.

Yo me quede con la boca abierta de lo sorprendida que estaba.

"¿Al menos sabes usarla?" Le dije aún sin creer lo que veía.

"Adrián me explico lo básico, así que supongo que en caso de emergencia sabré qué hacer" dijo Jos sujetando el arma del maletín.

"Vas a ser mi enfermero, mi guardaespaldas también, ¿qué más?" Le dije sarcásticamente.

"Hey, cumplí un récord. En cuestión de horas me gane un título en medicina y me volví parte del FBI" me dijo bromeando.

"Jos, la situación es seria" le dije.

"Lo sé, pero...intento alegrarte el día" me dijo genuinamente.

"Gracias" fue todo lo que le dije.

Al aterrizar en Puerto Rico, nos recibiría un amigo de Christopher y los demás chicos de CNCO, Sebastián Rivera. El vive en Puerto Rico y nos guiará a la casa de Zabdiel. También se mantendrá al tanto de cualquier cosa que necesitemos, siendo que nosotros no podremos salir para no arriesgar que nos reconozcan.

Pasó más tiempo y por fin llegamos. Aterrizamos en un campo solitario, supongo que para que nadie se diera cuenta. A unos cuantos metros se encontraba una camioneta roja, y junto a ella estaban dos personas. Uno vestía de uniforme azul marino, de policía; y el otro vestía casual. El chavo se veía de mi edad, cabello castaño y alborotado, ojos oscuros pero más claros que los míos, delgado y con una sonrisa amigable. Sebastián me imagine.

"¡Hola, bienvenidos!" Nos dijo Sebastián de manera amistosa. "Yo soy Sebastián" y nos dio la mano para presentarse.

"Jos" dijo Jos saludando.

"Regina" le dije desde la silla de ruedas. No me gustaba nadita estar aquí.

"La bella novia de Christopher, ¿cierto?" Me dijo de manera simpática.

"Si" le dije con una sonrisa. Christopher, ¿qué estará pasando?

"Es mejor que nos vayamos ya, antes de que oscurezca. El camino es algo largo" dijo el policía.

Le hicimos caso y nos fuimos. Sebastián se comportó de una manera muy amable, haciéndonos sentir cómodos. Mayor parte del camino se fue en conocernos los unos a los otros. Él era cantante también, y me dio pena decirle que no lo había escuchado. Entonces, me presto su celular y puso algunas canciones, no cantaba nada mal. Yo me quede escuchando sus canciones tratando de distraerme con la música, y el y Jos comenzaron a platicar. De pronto, se puso una canción que cantaba con Christopher, con Erick y con Joel. La canción era El Perdón, y era de hace años cuando los chicos estaban en el programa La Banda.

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