REGINA
"¡Suélteme!" Era lo único que podía decir.
Es cierto como el mundo es redondo, como todo se repite, como todo en la vida te sucede más de una vez...especialmente tus peores pesadillas. En estos momentos me estaba transportando hacia atrás, aquel día en la fiesta en la playa cuando aquel hombre borracho me había tirado a la arena. Aunque esto era mil veces peor, mil veces más asqueroso, esta vez realmente ya no me quedaban ganas de vivir.
"Silencio pequeña, te estoy haciendo un favor. Esto no lo podrás obtener con Vélez" me susurró el hijo de puta de Héctor Acosta.
Fue tan poco hombre de amarrarme mi pie derecho y mi mano izquierda. Así que no me dejaba tanta movilidad. Por suerte aún tenía mi ropa puesta, pero no se estaba tardando mucho en quitármela. Esta vez no habría Jos o Christopher que me salvara. Me acariciaba y lo único que me daba era coraje y rabia, ganas de tomarlo del cuello y ahorcarlo hasta que dejara de respirar. Me besaba en mi cuello y mi pecho y lo único que quería era arrancarle hueso por hueso y descuartizarlo. Me tocaba y era un dolor, un verdadero martirio, peor que el mismo infierno. Lo quería matar, lo quería matar. Ya no sabía si seguir gritando, porque no me servía de nada. Las lágrimas ya no las podía sostener, pero no quería darle el gusto de verme quebrada ante el de esta forma.
"¡Qué me dejes maldito puto de mierda!" Le grite con todas las fuerzas que pude.
El se paralizó por unos segundos y se puso de pie poniéndose sus pantalones de regreso.
"Está bien, si ya no quieres más sexo podemos encontrar otra forma de divertirnos" me dijo mientras desataba las sogas de mi mano y mi pie.
Fue un alivio sentir como corría la sangre de nuevo pero me daba terror lo que venía.
Me tomó de mi cabello y me levanto de la cama tal y como estaba casi desnuda y me tiro al suelo con toda la fuerza que tubo. Rodé y me golpee con la esquina de una caja grande de madera en la espalda.
"Esto es lo que preferías" me dijo mientras venía hacia a mi.
Volvió a tomarme del cabello y esta vez me aventó y me arrastro en mis rodillas para después darme una bofetada. Después otra por el lado contrario. No tenía ni tiempo de reaccionar de lo rápido que hacía todo. Y por no comer estaba débil y sin fuerza, también estaba sucia. A estas alturas estaba tosiendo y escupiendo sangre en el piso. La sangre brillaba y resaltaba perfectamente en el piso gris de cemento. De pronto, se abrió la puerta.
"Papá, ¿qué hay del pedido de riñones para México?" Entro Berenice.
Se congeló al verme en el suelo. Seguro se sorprendió de verme en el estado en que estaba, semi desnuda y tirada en el suelo a los pies del animal que tenía como padre. Su expresión de pronto cambio de sorpresa a enojo.
"Tratando de salvar tu vida acostándote con mi papá" me dijo. "Eres una cualquiera arrastrada".
Y de esa manera me toco otra ronda por el suelo.
Berenice se puso encima mío y comenzó a jalarme el cabello por todos lados dándome de golpes. Tratando de defenderme, en cuanto tuve oportunidad la golpe con la rodilla en el abdomen y logre quitármela de encima. Me puse de pie rápido y corrí hacia la puerta pero ella me alcanzó fácilmente y me tumbo de nuevo. Cuando finalmente se canso me llevo arrastrando hasta mi colchón y ambos me dejaron solos. Seguramente me quedaba sin comer de nuevo. Comencé a ponerme mi ropa de nuevo y me acosté en el colchón y abrace mis rodillas. Finalmente, todas las lágrimas que había estado deteniendo dentro de mi salieron al instante.
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Plan De Escape
RomanceYa era momento de comenzar a pensar en un plan de escape..... Mi vida era perfecta, bueno casi perfecta, bueno no era perfecta pero era bastante tranquila. El tiempo se había pasado volando y ya estaba a medio camino de mi carrera, tenía un trabajo...