Capítulo 45

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REGINA

Todo estaba oscuro, no podía ver ni sentir nada porque aún me tenían drogada. Estaba perdida entre las tinieblas de mi mente confundida cuando alguien entró y prendió una luz. Tenía el cabello estilo californiano, los ojos delineados y con sombras oscuras. Cuando logre abrir bien los ojos note que tenía los labios morado fuerte y vestía una falda negra, una blusa beige con una chamarra negra de piel encima, con unos botines negros. Era la caprichosa de Berenice que traía una porqueria de comida para mí. ¿Qué era? No lo sé, parecía una mezcla de comida para gato o comida de bebe. Cuando la probé me fui por pensar que era comida para gato. Como instinto la escupí.

"Más vale que te la tragues princesa"me dijo y me la dio por la fuerza hasta que me la comiera toda. Después me dio un trago de agua.

"¿Para qué me das de comer?" Le pregunte. "Tú me dijiste que tu propósito era matarme y que me ibas hacer el favor de hacerlo rápido sin torturarme. Y esa comida, si al menos se le puede llamar así, es una tortura".

"Deberías estarme dando las gracias ...o mejor dicho a mi papá" me dijo. "El dio las órdenes de mantenerte viva, yo ya te hubiese matado y mandado en una caja como regalo a tus papitos".

"Con mis padres no te metas, a mí hazme lo que quieras, a ellos los dejas fuera de esto" le dije de la manera más fuerte que pude.

Ella solo se rió. "Me parece tan chistosa la manera en la que intentas intimidarme mientras estas muriéndote de miedo".

"No te tengo miedo" le dije segura.

"Deberías" se acercó a mí y me lo dijo en mi cara.

"Pues no te tengo miedo, y no te lo tendré. Se necesita más que una chava dolida y obsesiva como tú para tener miedo" le dije.

"Yo no estaría tan segura"  dijo y comenzó a caminar por detrás de la silla en la que me tenía amarrada.

Pasaron algunos segundos y solo se escuchaban nuestras respiraciones. Cuando menos me lo espere, sentí un golpe en la parte de atrás de mi cabeza. Me dolió aún más que los golpes que me di en el accidente, me había dado con algo de metal. Su arma de seguro. El impacto del golpe fue tan fuerte que me caí con todo y la silla en un lado. Bruscamente, ella tomó la silla y la paro como si no tuviese una persona atada a ella.

"¿Sigues pensando lo mismo?" Me dijo y sonaba bastante enojada.

Me imaginé que era de las personas que estaba acostumbrada a tener poder sobre el resto con miedo, que le gustaba tener a las personas a sus pies. Eso lo conseguía a través del terror que transmitía pero conmigo le falló.

"¿Realmente quieres que te conteste? La respuesta seguirá siendo la misma, hagas lo que hagas" le conteste.

Después me llegó otro golpe pero por el otro lado. Al menos esta vez no fue en la cabeza solo fue en mi hombro.

"Al rato vengo a preguntarte si sigues pensando lo mismo. Te dejo en la compañía de las ratas y cucarachas que hay aquí" me junto y se fue.

Apago la luz cuando salió y yo solo solté algunas lágrimas del dolor que sentía en mi cabeza. También sentí la sangre que escupía por la boca del golpe. Cuando había luz en el cuarto pude notar que había muchas cajas y bolsa negras. Por desgracia anoche escuche sonidos de ratas y sentí algo caminar por mis pies pero lo patee y se fue. Esto era un infierno y no sé cuánto tiempo llevaba, un día o un par de días tal vez. No sé si es o no suerte que no me haya matado ya.

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