CAPÍTULO 25: Descubro a la mayor idiota de los dos mundos

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Una segundo, tiempo muerto; ¿de verdad estaba ella ahí? ¿o era todo una alucinación inducida por la verdadera Sombras? Lo que tenía ante mis ojos era lo más inverosímil y surrealista que me había pasado en las últimas semanas, contando resucitar dos veces, hablar con fantasmas, que mi amiga imaginaria esté viva y el gustarle a dos chicos (eso es increíble para mí; hace unas semanas era prácticamente invisible, los cabezas huecas de los populares me insultaban y los "intelectuales" hablaban como en castellano mandarín, no les entendía ni aunque hablaran en mi idioma. Lo sé, era una completa antisocial).

Y es que, sentada en el centro de aquella sala de obsidiana plagada de columnas de mármol gris tallado (el contenido de las tallas está censurado; aún me provoca pesadillas), sentada en un trono de telarañas plateadas, estaba una chica que conocía y que, seguramente, es la única capaz de seguirme a otro universo con tal de molestarme.

Porque, debajo de toda esa laca y ese vestido gris piedra del siglo XIX, estaba la chica de ojos color veneno que había aprendido a odiar con el tiempo.

Mi martirizadora. La hermana mayor de mi mejor amiga. La Reina Devora (nunca mejor dicho).

Parpadeé varias veces para ver si su figura se difuminaba (era un truco de Rita para reconocer a las alucinaciones). Nada; era de carne y hueso, además de seguir teniendo esa idiota sonrisa de superioridad que parecía cosida a su cara.

Desde la otra punta de la sala, Devora Sombras (he decidido decirlo así para poder asimilarlo poco a poco. A ver, ¿cómo te tragas que la mayor abusona de tu instituto sea la Reina de las fuerzas oscuras de otra dimensión?) me miró fijamente y, como la imbécil petarda que es, soltó un falso estornudo. Seguidamente dijo:

-Lo siento, tengo alergia a los pardillos y a cinco justo delante.

"¿Es en serio?", grité mentalmente (tuve que contenerme para no decirlo en voz alta), "Estamos en otra dimensión, ¿y sigues con la misma bromita estúpida?". Me hervía la sangre; temía romper el cetro de tan fuerte que lo apretaba.

Poppy me puso la mano en el hombro (lo intentó, ya que no me puede tocar, pero la intención es lo que cuenta), avisándome de que mantuviera la calma. Necesitamos una líder, susurró en mi mente, te necesitamos. No te derrumbes.

"¡No me iba a derrumbar!", espeté.

Eso no funciona conmigo, ¿recuerdas? Veo lo que piensas. La ira acumulada te iba a cegar de nuevo, e ibas a perder el control sobre tus poderes.

"¿Es qué acaso también ves el futuro? No recuerdo haber pensado eso", dije mentalmente, aunque en el fondo sabía que era verdad. Sobre todo, las palabras de nuevo resonaron en mi cabeza; es verdad que perdí el control aquel día en el campo, cuando acampaba con Daphne y Devora. Por aquel entonces no tenía poderes; ahora, un enfado de esas proporciones podría hacer explotar aquel edificio.

Sólo son conjeturas; pero son acertadas, por lo que veo. Ahora, calmate; mírala a los ojos y demuéstrale que no le tienes miedo a esa idiota.

Levanté la mirada y clavé mis ojos caleidoscopicos en los suyos, de un verde empozoñado. Aquello parecía haberla sorprendido. Supongo que esperaba o un temblor asustado o una rabieta; no pensaba en la posibilidad de una Annabeth confiada, segura de si misma (no la culpo; yo tampoco hubiera contemplado esa posibilidad semanas antes, cuando llegué).

-Hola, Devora-saludé, escupiendo su nombre como si me hubiesen dado para probar un caramelo que ha resultado ser amargo.

Devora Sombras seguía asombrada de que no gritase ni me hiciese un ovillo en un rincón; por lo que continuaba quieta, observando mis reacciones en silencio. Aunque, para reacciones que merecían ser observadas, estaban las de Drake, Aiden y Ocaso; sus caras de estupefacción no tenían precio. Y comenzó la ronda de preguntas:

-¿Quién es esa?-preguntó Drake.

-¿De qué la conoces?-dijo Aiden un segundo después.

-Un segundo...¿esa Devora? ¿La matona de tres al cuarto que no se merece tener una hermana como la que tiene? ¿La imbécil que consiguió que todo el instituto escribiera su nombre con "v" en vez que con "b" por que, según ella, quedaba mejor? ¿La repetidora popular que se cree la reina del mundo? ¿La...?-me interrogó Ocaso, dejándome de piedra; sé que me quejo mucho, pero no recuerdo haber hablado tanto de ella (lo de las letras del nombre, por ejemplo, no recuerdo haberlo mencionado; aunque es cierto, Devora en realidad se escribe Debora, pero ella lo escribió con "v" para el cartel de su campaña para ser delegada de clase que puso en el pasillo y, sin comerlo ni beberlo, lo puso de moda).

-Frena un poco, hadita-la interrumpí, añadiendo el nombrecito para obligarla a prestarme atención-, ¿cómo sabes tanto?

-Hablas en sueños-se explicó la pelirroja, sonrojándose levemente-. Decías ese tipo de cosas los primeros días; yo sólo tomé nota mental.

En ese momento, Devora Sombras se puso pie. Al parecer, había acabado el análisis.

-Bueno...la verdad es que esperaba más del ejército que va a salvar el mundo; es decir, ¿un hada, un híbrido, un elfo, una fantasma...

-Se dice imani-interrumpió Poppy, ofendida. Devora ni se inmutó.

-...y una pardilla integral? Sois patéticos. Eso sí-añadió, para después batir exageradamente las pestañas. Ay madre, sabía lo que iba a hacer; la cabeza hueca por excelencia hacía lo mismo siempre que veía a un chico más o menos guapo (lo sé; una asquerosa con el pack completo)-, los buenorros pueden unirse al bando vencedor.

-Primero, estás chiflada si crees que vas a ganar. Segundo, estás chiflada si crees que nos vamos a acercar más a tu cara con cinco kilos de maquillaje de más si no es para clavarte la daga en el ojo-respondió Drake.

-Has intentado volver loca a mí madre, ¿y quieres que te mire a la cara sin querer hacerte perder la cabeza a ti también, pero literalmente?-dijo Aiden, con cara de "¿en serio piensas que soy tan idiota como tú?".

-Vale; vosotros lo habéis querido. Si me hubierais hecho caso, tendríais más posibilidades de salir vivos de aquí; podríamos haber sido buenos aliados...y quizá algo más-se pasó la lengua (me sorprende que no sea bífida, como la de las serpientes)por sus labios pintados de negro, en un intento fallido de parecer seductora, aunque parecer alguien de hace dos siglos no ayudaba (no tenía ni la menor idea de porque se había vestido de forma tan ridícula)-. ¡Ahora probaréis lo que de verdad puedo hacer!

Volutas de humo, tan negro como la tinta de calamar en la medianoche de una noche de luna nueva, surgieron de sus zapatos de tacón. Probé a mantenerlo alejado con un hechizo de viento, pero no hubo suerte. Al poco rato, todos tosíamos (Ocaso y yo más, ya que éramos asmáticas). El humo se metía en mis pulmones y los oprimía como si de una boa constriptor se tratase.

Me desmayé (ni idea de que tengo yo con los desmayos, pero suceden demasiado a menudo para mi gusto) y, antes de cerrar los ojos, vi una mano fantasmagórica tendida hacía mí. Como acto reflejo, agarré esa mano bronceada.

Hola, ¿qué tal? Yo bien, esperando haberos alegrado el día/la noche. Y es que, por más que quiera, no puedo ser la escritora mala (dije que publicaría esta semana, pero no especifiqué el día; vosotros asumisteis que sería el sábado).

Bueno, ¿que les pareció? ¿os habíais imaginado a Devora como la Reina de las Sombras? Yo di pistas, pequeños indicios bien escondidos (ejemplo: la voz "familiar" que oyó Poppy al final del capítulo 21).

PD.: Si resulta que llegamos a los 1000 esta semana, este capítulo cuenta como parte del maratón. No es nada personal, sólo que no me veo capaz de escribir dos capítulos más de aquí al sábado.

Chao,

Mireia

El Ocaso de la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora