Mas Allá Del Destino (Yaoi/Gay)

Capitulo 19: Culpa (1/2)

Tenemos en la multimedia otra foto de Jommun ewe, se ve un poco mas joven pero aun asi me recuerda a el, DISFRUTEN LA LECTURA :D

CAPITULO 19:

Era tan satisfactorio. Lo sentía como una cálida sensación que lo recorría cada vez que el aire llenaba sus pulmones al inhalar y que lo abandonaba como un sentimiento efímero cuando su naturaleza le obligaba a exhalar. Aquel vaivén natural lo molestaba una y otra vez, estaba completamente seguro de que el mundo conspiraba en su contra al expulsar hacia el exterior el oxígeno dentro de él, haciendo que se viera en una desesperada necesidad de respirar aceleradamente en busca de que dicha experiencia no cesara. Pero se detuvo, justo cuando la mitad de su cuerpo se encontraba fuera de la ventana se percató de la enferma adicción a la que se estaba sometiendo. ¿Pero quién podía culparlo? El hecho de saber que estaba respirando ráfagas de viento que venían del parque del que habían muerto varias personas le resultaba una sensación demasiado tentadora como para poder rechazarla. Pero tampoco quería suicidarse, no era una idea que le atrajese con algún tipo de peculiaridad por lo que termino retrayendo todo su cuerpo hasta que se encontró de nuevo con los pies en el suelo de su habitación. Inhalo una última vez el aire que se filtraba por la ventana hasta que termino cortando la corriente de viento cuando bloqueo la abertura con el cristal. Camino hacia atrás hasta que sus pantorrillas chocaron contra su cama y lo hicieron caer bruscamente contra el colchón.

Estaba seguro de que jamás lo diría en voz alta y mucho menos se lo contaría a alguien, pero a veces se lamentaba profundamente de no haber matado a su padre también. Clyde siempre había tenido una vida llena de lujos, desde el momento en el que había nacido estaba destinado a una vida en el que el dinero no era un problema. La familia Drummond era un importante icono en el mercado comercial de la distribución de combustibles, el padre de Clyde se había hecho de una gran fortuna en poco tiempo, con algo de inteligencia, buenas decisiones y algunas ocasionales acciones poco éticas. Pero al final de todos los medios, solo importaba algo, el resultado obtenido, en este caso una grandísima cantidad de bienes materiales y con ello una consecuente cadena de avaricia pasando por su padre; una gran lujuria al recordar a su madre; y una gran sentimiento de superioridad en su caso. Clyde no lo negaba, lo reconocía y se enorgullecía de ello. Él era, sin lugar a dudas, superior a todos esos subalternos que se hacían llamar humanos, todos llenos de inseguridades y sentimientos innecesarios. El jamás se había sentido inseguro, en sus 16 años de vida la inseguridad no era una característica que se atribuyera a sí mismo. Lo más cercano que había llegado a sentir a ello lo experimentaba cuando estaba cerca de Jayden Tenno, ese chico era una clara excepción a todo lo que conocía. Le desagradaba, le desagradaba tanto que cuando lo veía a los ojos o siquiera lo tenía cerca se sintiera inferior. Jayden, Jayden en definitiva tenía algo. Quizá nadie podía percibirlo, o quizá nadie quería hacerlo, pero estaba seguro de que ese chico de particulares ojos tenía algo más de lo que ya conocía. El simple hecho de estar cerca de él era una sensación aplastante y estrujante que le hacía sentir aquella horrible sensación incomoda y desconocida, pero no podía negarlo, también era interesante, era como una pieza en el juego de ajedrez que jamás había visto, un movimiento obvio pero al mismo tiempo errático que acaba con toda su perspicacia.

Si, así era Jayden. Un dios predecible y errático al mismo tiempo.

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JAYDEN

Mis ojos estaban observando hacia el vacío puesto que de esa forma dejaba de pensar en lo que había sucedido apenas unas horas atrás. Aun recordaba como esos hombres habían comenzado a llegar con diversas armas, algunos con cuchillos, otros con pistolas, pero todos ocultando sus rostros bajo una capucha negra y distintas mascaras. Podía observar con claridad como Margaret y el abuelo se interponían entre los atacantes y yo, solo para recibir las balas y cuchillos que sabía de sobra, iban dirigidos hacia mí. ¿Por qué lo habían hecho? ¿Por qué se habían sacrificado por mí?