Mas Allá Del Destino (Yaoi/Gay)

Capitulo 27: La Falsedad Del Temerario

Welp. Esto lo habia escrito hace mucho. No dire que continuare la historia pero prefiero dejar esto porque nunca lo subi y basicamente no quiero que se quede en word asi sin mas. DISFRUTEN DE LA LECTURA.4

CAPITULO 27:

DECLAN

Mis pies se movían sigilosamente en medio de la penumbra en la que se encontraba sumida el lugar. Ocasionalmente los poderosos rayos generados por la tempestad que se desataba afuera iluminaban el pasillo durante una fracción de segundo. Las ventanas vibraban cada tanto y las gotas de lluvia escurrían como diminutos canales sobre el cristal.

Aún seguía sin creer como era que Thomas me había convencido de asistir a una reunión a la que solo los regentes que pertenecían a "Último aliento" asistirían. Quizá había aceptado para no sentirme tan inútil como mi padre y todos los demás eran. Para sentir que podía hacer algo por Jayden.

Sentí como algo se movía en la cercanía y me oculte en la obscuridad que la luz de la luna no podía mitigar. Permanecí inmóvil y de pronto aquello dejo de moverse, simplemente desapareció, o deje de sentir su movimiento para ser exactos.

De forma ilógica aquello pasaba una y otra vez pero no podía percibir el olor de su sangre. Era como si un cuerpo sin fluidos se moviera con normalidad.

A pesar de que no dejaba de sentirme observado, no le di más vueltas al asunto y seguí avanzando deslizándome entre las sombras. El suelo de madera rechinaba a cada paso pero la lluvia opacaba su sonido.

Según Thomas lo único que debía hacer era dirigirme a un balcón en las alturas, esconderme y disfrutar de la informativa reunión de los regentes sin peligro alguno. El plan se escuchaba tentador pero enormemente absurdo (aunque no lo suficiente como para que declinara).

Me replantee muchas veces la alianza que tenía con Thomas, pero en este punto ya no podía echarme atrás. Quizá nadie quería aceptarlo pero sino lo arriesgábamos todo no ganaríamos nada.

El resto del camino fue corto y di un suspiro de alivio cuando llegue al lugar que Thomas me había indicado. Más que un balcón la estancia parecía una habitación con algunas cajoneras viejas y una cama de estilo barroco en el centro. Todo en esta casa parecía viejo pero elegante, como si se tratara de algún antiguo castillo.

Me aproxime a la ventana frente a la cama y aparte un poco las cortinas color granate. Abajo estaban colocadas una serie de bancas de madera, y en frente a ellas estaba colocada una elegante silla con un gato negro sobre ella que solo se hacía notar por sus brillantes ojos azules.

Justo cuando sentí que me estaba mirando una gran puerta se abrió y el felino dejo de prestar atención. Dos chicas caminaban hacia la gran silla, parecían jóvenes, una tenía el cabello blanco y los ojos rojos y la otra el cabello negro y los ojos los azules.

El iris de ambas era brillante y vistoso, como un rubí y un zafiro.

La de cabello blanco reía corriendo mientras tomaba de la mano a la otra chica. La de cabellera azabache se sentó dónde estaba el gato y el felino se posó en su hombro. Sus facciones eran finas y su piel pálida, tenía un porte impecable.

-¡Lydia, cuanto tiempo!- Chillo la de cabello blanco y se lanzó contra otra chica que apenas entraba, sus cabellos también eran blancos y sus ojos profusamente grises.

-Hati dice que solo han pasado unos días.- Tenia un lobo de pelaje níveo a su lado, así que supuse que él era "Hati".

Otras tres personas entraron por la puerta, entre ellas estaba Thomas. Todos tomaron asiento ignorando a Lydia y a la otra chica que seguía abrazándola.