Mas Allá Del Destino (Yaoi/Gay)

Capitulo 24: Mi luz

CAPITULO 24:

DECLAN

Probablemente jamás me acostumbraría a que Albert fuera mi profesor de algebra. Su forma de enseñar era mucho más retadora que la del maestro anterior, y la peor parte era que aprendías algo. No era como los otros educadores que se limitaban a ponerse detrás de un escritorio a orquestar al ritmo de la idiotez a sus estudiantes, solo para recibir un sueldo a cambio de su pésimo desempeño.

Mi medio hermano mayor salió del aula cuando termino su clase, y las chicas comenzaron a hablar entre ellas sobre lo atractivo que era, todas a excepción de Trystal, la cual presionaba su lápiz contra el papel de su libreta con vehemencia y los ojos entrecerrados. Hasta ahora tenía escrito lo siguiente:

DIA 32. "BITACORA DEL YAOI"

Los avances aun no son demasiado notables pero el futuro es un abanico de infinitas probabilidades.

El sujeto #9 al que llamaremos «Profesor Albert» se ha convertido en un posible activo en referencia a la posible relación del sujeto Jayden con los diversos hombres de su entorno.

La complexión del profesor Albert es bastante aceptable. Sus hombros y su espalda son anchos, sus rasgos faciales se clasifican como atractivos y el traje que usa se le ciñe al cuerpo de forma que hace evidente el hecho de que su contextura es la de un magno dios griego.

Estas entre otras características físicas, psicológicas y sociales, me hacen concluir que el profesor Albert es un seme frio y sin sentimientos que va a someter de forma rápida a Jayden, para despojarlo de todo atisbo de virginidad y...

Y hasta allí pude leer antes de hacer una mueca por el asco que me había producido un puñado de letras. No me sorprendía para nada que la castaña escribiera ese tipo de cosas.

El sonido de la campana que indicaba el fin de las labores escolares el día de hoy resonó de forma áspera por todo el instituto y sin esperar más, tome mi mochila y salí del salón de clases. La mayor parte de la clase se quedó en el aula conversando sobre cosas triviales y sin importancia alguna. Los grandes ventanales frente al aula reflejaron la luz de la tarde que aún era joven.

Saque un cigarrillo de mi bolsillo trasero y un encendedor de mi bolsillo delantero. Me puse el cigarrillo en una comisura de mis labios y active el mecanismo del encendedor produciendo una pequeña llama que temblaba a causa del viento. Por alguna razón que no comprendo, en lugar de encender el cigarrillo puse mi dedo sobre aquel patético fuego y ni siquiera sentí el calor que este emanaba.

Su débil calor no se comparaba ni siquiera un poco al de Jayden.

Aparte mi dedo y encendí el cigarrillo de una vez por todas. Ni siquiera me preocupe por mi dedo quemado porque en ese punto ya se había regenerado.

Sentí el nauseabundo humo compuesto de nicotina, monóxido de carbono y alquitrán introducirse en mis pulmones, corrompiéndolos y dañándolos para que después se regeneraran. Tome el cigarrillo entre mis dedos índice y corazón.

Sonreí al recordar que la última vez que había fumado, Jayden me había visto y mi cigarro había terminado bajo la suela de su zapato.

Seguí caminando a través del largo y casi completamente abandonado pasillo hasta que llegue a límite del mismo, desde allí había dos rutas más que llevaban, una a la salida y la otra a los casilleros. Di el primer paso en dirección a la salida pero recordé que me había olvidado de unos apuntes en mi casillero, pensé en ir a buscarlos otro día pero termine por girar mis talones en dirección a la derecha, decantándome por la opción de buscar una ridícula hoja con palabras y conocimientos en los que no tenía el menor interés.