seis

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El sábado por la mañana todos recibieron la noticia de que serian licenciados hasta el domingo a la noche; venía como anillo al dedo para los que querían dar el siguiente paso con las chicas.

Candela se vio obligada a contarles todo a sus amigas: su escapada con Nico, como robaron un auto del estacionamiento, el paseo por Puerto Madero, y como él había tomado tímidamente su mano durante todo el camino. Les contó las sonrisas que él le regalaba, como la envolvió en sus brazos cuando las lágrimas volvieron, les habló de como Nicolás se desesperaba cuando ella le tiraba algún palo. Les contó todo mientras el grupo la miraba con grandes sonrisas, las ponía felices que su amiga tenga a alguien como Nico, porque era todo lo que Cande necesitaba, alguien maduro y capaz de hacerla feliz.

Ari, Anto, Cande y Luci llegaron al campo unos minutos antes que los jugadores, junto a Eve, Flor y Valen, quienes habían convencido al plantel de dejar sus cuartos ordenados antes de entrenar; eran las cuatro de la tarde y el sol parecía quemar cualquier cosa que esté al aire libre, aún así, había que cumplir con el deber.

-Estoy podrida de estos conos de mierda.-Vociferó Anto con cansancio.

-¿Con esa boca decís "mamá"?-Preguntó Cubas llegando con Bentancur y Calleri.

-Que mierda te importa.-Contestó ella sin ganas de joder.

El jugador rió y se acerco para pasar su brazo alrededor de sus hombros.

-No me intentes comprar, Adrián.

-Andy, para vos.-Le guiñó un ojo, haciéndose el canchero.

Anto le apretó la mejilla con ternura.

-A mi no me convences con tus chamuyos, nene.

Los dos dejaron de romper los huevos cuando las voces de Roberti y Gayoso se escucharon a la par de los demás jugadores. Arruabarrena fue el último en llegar, inusual en él.

-Perdonen chicos, tuve un inconveniente con el auto. Al parecer anoche me lo afanaron, pero lo devolvieron.

Al instante, Lodeiro buscó a Candela con la mirada, y afortunadamente ella también lo estaba observando. Le dio un sonrisa cómplice mientras mordía su labio para no reír.

-¿Como que te lo devolvieron?-Preguntó Gago con confusión en su voz.

El DT alzó los hombros.-Si, que se yo.

Luego de eso, las chicas se pusieron a la ordenes del Profe Roberti, excepto Ari, que ayudaba a Arruabarrena con el análisis de los jugadores: fuerza, agilidad, posiciones, lesiones, etc.

Sentadas a un lado de la entrada, el resto del grupo planeaba a que boliche salir esa misma noche.

-Porto, así de one.-Rió Eve.

-Na, vivimos yendo a Porto. Vamos a Apple.

Todas asintieron, al fin de cuentas ese boliche tenia una sección VIP para que sus acompañantes se diviertan en paz.

Casi a las ocho y media de la noche, todos fueron licenciados hasta la misma hora del día siguiente. Con enormes sonrisas en sus rostros, subieron al micro que los llevaría hasta Casa Amarilla, donde descansaban sus autos.

-No seas boluda, Eve, dale.-Volvió a insistir Pichy desde el otro lado del auto.

Sin poner mayor objeción, Evelyn asintió y entró al vehículo, sentándose como copiloto.

-¿A donde vamos?-Le preguntó una vez fuera del complejo.

-No sé, ¿tenes hambre?

-Algo.-Ladeó su cabeza.

Thirteen «BOSTETROLAS»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora