Ninguna esperaba que Dai, la hermana menor de Antonella, de uniera a ellas esa misma tarde. Pero así fue, la correntina apareció en el pent house con sus valijas y el grupo no tuvo más que aceptarla.
Ahora, junto a Lucia, eran 15 minas viviendo en el departamento. Pero se sentía bien, mejor de lo que acostumbraban.
Jueves.
Quizás el partido de la noche anterior haya sido el causante de las pocas energías con las que contaba el grupo ese ante último día laboral de la semana.
Aún así, temprano, casi a las 8 am, todas pisaron por primera vez la Juniors FC Academia.
-Y estas son las oficinas, la cocina esta ahí atrás y el baño allá.- indicó la ex secretaria de Diego, finalizando el recorrido.
-Bueno, ¿por donde empezamos?- preguntó Ari.
-Tendríamos que conocer a los nenes primero, ¿no crees?- rió Pau.
Las quince caminaron hasta la cancha más cercana que estaba detrás del edificio, ahí se encontraba entrenando un grupo de veinte o más nenes de, aproximadamente, ocho años.
-¿Quienes son ellos?- preguntó Cande al Gabriela, la coordinadora de actividades de la Academia.
Todas miraron al trío de profesores bien formados que daban indicaciones a los nenes.
-Kevin, Alejo y Federico; son los profesores a cargo de las categorías más chicas. Despues, Bruno, Hernan y Tiago se encargan de los mayores; pero ellos vienen a la tarde.- explicó.
-Ah.- musitó Cande son suficiencia.
Era de esperar que a todos les sorprendiera el cambio de dueños, pero todas fueron bien recibidas por todo el staff.
-¿Nos van a echar?- preguntó el tal Kevin con una sonrisa ladeada.
Eve tomó la palabra.-No, con las chicas decidimos mantener el mismo equipo para evitar disgusto en los nenes que están acostumbrados a ciertas personas.
El edificio era lo bastante grande, tanto que ocupaba dos pisos entre oficinas, vestuarios y cocina. Afuera, a lo largo y ancho de un gran terreno, dos canchas casi iguales eran las utilizadas para entrenar o llevar a cabo partidos del campeonato.
A la tarde, cuando llegó el turno de los mayores, todos los chicos se sorprendieron al ver a medio plantel xeneize bajar de sus autos, camino al interior de la Academia.
-¡Rodri!- gritó Flor antes de abrazarlo.
-¿Como estás, mi amor?- preguntó después de besarle la frente.
-Bien. ¿Y vos?
Él ladeo la cabeza y después asintió.- Tan bien como de puede después de anoche.
-Todo va a mejorar, boludo.- interrumpió Cande mientras caminaba hasta Nicolás.
-¿Todo bien?- él le sonrió sin mostrar los dientes.
-No tenes que fingir conmigo, Uru.- murmuró despeinandolo.
-No me quiero poner mal, ya va a pasar. Y mas si te tengo a vos.- musitó con sinceridad.
Ellos se dieron un tierno beso mientras Eve y Pichy conversaban junto a Tobio y Ari sobre el partido de anoche.
-¿Tan mal?- rió Lucila, logrando que Adrián también carcajee.
-Nos cagaron a puteadas, pero ya está.- alzó los hombros en señal de resignación.- ¿Nos vamos?
-Dale. Esperá que busco mis bosas.