Viernes 23 de Diciembre / Quinta en las afueras de Capital Federal.
La voz del cantante de Marama se mezcló con los gritos de mis amigas que bailaban sobre el improvisado escenario. Sonreí desde mi lugar y dejé la copa que tenía en mis manos para ir a ver que todo marche de acuerdo a lo planeado.
La ceremonia en la iglesia había salido tal cual lo esperamos, y me alegraba que la fiesta de celebración esté yendo igual de bien; Candela y Nicolas se merecían mas que lo mejor.
Volví al salón principal y abracé a la novia por detrás en cuanto la vi sola por única vez en la noche.
-¿Feliz?- pregunte besandole la mejilla.
-Mas de lo que puedo explicar.- respondió asintiendo.
-Disfruta, te lo mereces.
Casi una hora después, Evelyn subió al escenario y pidió que todas la acompañemos, al parecer era hora de ponernos emotivas.
-Quiero decir que nunca pensé vivir para este momento, no imaginé que Cande iba a encontrar a alguien a su medida y luego casarse, pero cuando Nicolas apareció en su vida todo cambió para bien, y tanto yo como mis amigas estamos realmente felices de que se tengan el uno al otro para protegerse y amarse el resto de sus días.- soltó con un par de lagrimas amenazando con salir de sus ojos.
Ari tomo la palabra después de haberse liberado de Gonzalo.
-Candela fue una de las primeras amigas reales que tuve en mi adolescencia, y verla hoy vestida de blanco es mas fuerte de lo que todos ustedes creen. No sé como explicar lo mucho que amo a esa alborotadora, como ilumina mis días con sus locuras, y si, no voy a negar que me siento celosa de Nicolas por habérmela robado, pero sé que la dejo en buenas manos, así que no puedo hacer mas que desearles lo mejor siempre.
Y así fuimos hablando todas por casi treinta minutos, hasta que se hacia tarde para la siguiente banda y tuvimos que bajar; allí Cande y Nicolas nos dieron las gracias para volver a bailar con el resto de sus invitados.
-Bueno. Brindemos, porque este sea el primero de muchos.- sonreí alzando mi vaso.
-Y porque duren mas de dos semanas, como la mayoría de nuestros noviazgos.- completó Lourdes con una risa.
Todas bebimos el contenido de nuestras copas de un solo trago.
Vi como Gago se acercaba hasta nosotras hasta susurrar algo en el oído de Gaby, quien rió como idiota.
-No coman pan delante de los pobres.- reí tirandoles un juguete con luz que nos dieron en la entrada.
-Eso se puede arreglar.- musitó Anto llegando con Gio.
Observé al chico de arriba a abajo, terminando en la teoría de que se veía muchísimo mas lindo de traje.
-¿Ese de ahí es Guillermo? Vamos a saludar.- se apresuró a decir Ari antes de alejarse con todas.
Miré a Gio y le sonreí incomoda.-¿Todo bien?
-Aja, ¿Vos?- pregunto acercándose mas.
-Si, si.
No había entendido cuando nuestra linda amistad, o lo que parecía serlo, se volvió tan incomoda, pero si estaba segura de que sus aventuritas en los boliches locales habían tenido algo que ver en eso; tanto al grado de quitarme todo interés que algún día tuve por él.
Sali rápidamente de esa situación y me acerque a Arianna, quien miraba a Gonzalo hablar a unos metros con Nico y Yao.
-Sos una hija de puta.- insulté.
-Ja. Era hora de que aclaren las cosas.- respondió cruzada de brazos.
-Vamos a bailar.- pedí cuando vi a todo el grupo moviéndose en medio de la pista.
Las dos nos unimos al tren que habían formado segundos antes, riendo como unas estúpidas de nuestras propias actitudes.
Fuimos tan felices esa noche que quisiera inmortalizar el tiempo y vivir por siempre en esas horas, pero la mañana llego tarde o temprano.
-¡Hoy es navidad!- gritó Bri siendo la primera en abrir los ojos.
Y si, esa noche celebraríamos navidad y con el reloj marcando las seis de la tarde, todas seguíamos en la cama.
-Eve viene en media hora, hay que arreglar todo. En la cocina están los calmantes, Anto.- ordeno Ari moviéndose por todo el lugar sin dejar de dar ordenes.
Nos tomó poco tiempo ordenar el pent entre todas, lo difícil fue cuando teníamos que organizarnos para ver quien usaba la ducha primero.
-Voy a extrañar este tipo de peleas.- rió Gaby buscando el vestido que había comprado para esa noche.
-Yo no se que voy a hacer para no morir de hambre.- confesé todavía desde la cama.
-Todo se resolvería si se quedan en el país.- canturreo Lourdes dando vueltas por la habitación.
-Hay oportunidades que no podemos dejar pasar, lamentablemente.- murmuró Pau.
-Todas sabíamos que este momento iba a llegar.- solté.
-Si, pero no pensábamos que iba a ser tan difícil.- dijo Flor.
Eve nos sonrió con ternura y se acercó a nosotros.-Hey, que no decaiga. Hoy es noche buena y se tienen que poner lindas para sus chicos, ya vamos a tener tiempo para lloriquear.
-Tiene razón, chicas. De cualquier forma la distancia nunca pudo con nosotras, y no podrá.
-La cosa se va a hacer las llevadera cuando empecemos a tener nuestra propia plata y podamos viajar cuando se los cante el culo a vernos.
Todas asentimos a las palabras de Cata y nos dedicamos a arreglarnos para la noche. Casi a las 8 pm los chicos comenzaron a llegar.
-Parece increíble que ustedes hayan cocinado.- se burlo Erbes.
-No cocinamos, pedimos a un restaurante. ¿Que somos, amas de casa?
-Eso era de esperarse.- concordó Rodrigo.
Flor fue quien llenó las copas de sidra y champagne minutos antes de media noche, justo antes de que cada quien tomara una para brindar.
-Por lo que se viene.- propuso Lucia mirando especialmente a De Paul.
-Por lo que se viene.- repetimos todos mientras los fuegos artificiales comenzaban a hacer presencia en la oscura noche.
Se venían muchos cambios en nuestras vidas a partir de ahora, pero estaba segura de que el amor que sentíamos entre nosotras era mucho mas fuerte que la cantidad de kilómetros que nos separarían.