treinta/ final

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Me gustaría decir que la última semana del año fue la mejor desde que vivimos todas juntas, pero los conflictos volvieron al grupo junto con las ganas de quedarnos en el país.

Suspiré cansada al tiempo que cerraba la última valija llena de ropa y zapatos. A unos metros de mi, Ari y Anto hacían lo mismo mientras que Cande estaba duchandose. Todo en silencio, pues últimamente una sola palabra desataba discusiones que tratábamos de evitar.

-No puedo creer que nuestro último día juntas sea así.- murmuró Pau entrando a la habitación.

Detrás de esta, Florencia entró pisandole los talones.

-Es difícil cerrar etapas como esta, ni siquiera sé cual es el problema.- contesté.

Observé de reojo como Lourdes ponía los ojos en blanco antes de hablar.

- Nada de esto estaría pasando si no quisieran irse al exterior.

-Mira, Lou, si algo aprendí con éste grupo es a luchar por cumplir mis sueños, ahora que puedo no pienso parar.- inquirió Ari sin mirarla.

-¿Y vas a tirar todo lo que construimos estos años, por un trabajo?

-Nosotras las amamos, pero también tenemos una vida propia y un futuro. No vamos a pasar la vida trabajando en una academia para nenes, queremos algo más.- musitó Antonella con tranquilidad.

-No pienso que sea necesario abandonar el país para "ser algo más"

-Perdoname, pero no todas tenemos la suerte de ser novias de un futbolista que nos puede mantener el resto de nuestras vidas sin mover un dedo.

Y con eso se desencadenó el caos, los gritos y empujones.

Salí aturdida de la habitación y cerré la puerta para disminuir el ruido. Una vez abajo, me ubique en el living junto a Eve y Martin.

-No puedo creer que sigan discutiendo, -comenzó la mayor del grupo- como si gritar quitaría el hecho de que nos vamos a separar en dos días.

Miré al pequeño en sus brazos y sonreí con melancolía.

-No creo que estén enojadas una con la otra, mas bien están furiosas con la vida y con ellas mismas. Y las entiendo, es imposible no sentir miedo cuando se trata de esto.

-Son grandes, Luci. Hay que aceptar que el grupo no dudaría para siempre, tarde o temprano cada una tomaría caminos distintos y nada lo iba a evitar. Por el bien de todas nos conviene terminar de la mejor manera y esperar una oportunidad para volver a vernos.

Asenti mientras veía las puertas del ascensor abrirse, detrás de ellas aparecieron Cata y Bri con los prepartivos para la cena de año nuevo.

Habíamos acordado, de forma milagrosa, recibir el 2017 sólo nosotras; no fue difícil convencer a los chicos ya que ellos sabían que sería nuestra última noche juntas.

Luego de cenar entre conversaciones secas o murmullos nada agradables, salimos al balcón para esperar que sea media noche.

-No me quiero ir estando así con ustedes.- comencé con un susurro.

- No vamos a llegar a nada si a cada "Hola" nos estamos gritando.- soltó Ari con frustración.

-Pasamos por muchísimas cosas, la distancia nunca fue ni va a volver a ser un problema para nosotras.- hablé desde mi lugar.

Todas asintieron inseguras.

Cande G suspiró antes de hablar.-Todos creen que la distancia es olvido, pero nosotras más que nadie sabemos que por cada kilómetro que separa nuestros cuerpos, mas unidos permanecen nuestros corazones. No nos dejemos engañar, nos amamos, chicas.

-Yo simplemente no quiero olvidar las cosas que vivimos, no quiero dejar atrás estos años juntas.- murmuró Lou.

Vi a Flor sonreí melancólica antes de abrir la boca.- Es imposible olvidar cuando se quiere tanto.

-Están hablando como si no nos fuéramos a ver nunca mas, o como si no existieran los medios de comunicación.- rió Agus.

-Yo sé que los cambios dan miedo, pero si estamos juntas, a pesar de la estúpida distancia, ¿que va a salir mal?

Hubo un pequeño silencio donde sólo se escuchaba la cuenta regresiva en los demás edificios.

-Feliz año nuevo.- dijimos todas a la vez mientras nos fundiamos en un gran y sincero abrazo grupal.

-Me da tanto miedo comenzar desde cero lejos de ustedes.- confesé aún sin separarme.

-Todas tenemos miedos, pero vamos a seguir juntas pase lo que pase, juntas como el primer día en ese grupo de WhatsApp.- sonreí.- Todavía les voy a seguir rompiendo los huevos con Marvel.- musité tratando de reír entre tantas lágrimas.

Después de unas cuantas puteadas, volvimos adentro y buscamos nuestras copas para brindar; el último brindis de todas juntas.

-Sólo pido una cosa para éste año.- Anto se aclaró la garganta y prosiguió.-Que pase lo que pase con nosotras, todas van a ser felices y disfrutar de lo que la vida puso en nuestros caminos. Yo lo voy a intentar, y me quedo mucho más tranquila si sé que ustedes también.

Todas asentimos.

-No puedo creer cuanto las amo, y si alguna vez les hice mal les pido el más sincero de los perdones. Allá afuera nos espera una nueva vida y quiero que la disfrutemos al máximo, luego se verá si el destino vuelve a cruzarnos o no, mientras tanto encarguemonos de ser felices y no dejar morir los hermosos recuerdos que tenemos de nuestra amistad.

Y con eso di por finalizada la hermosa etapa que compartí con ellas, pero estaba segura de que a donde sea que vaya una gran parte de mi corazón pertenecerá al B0STETR0L4S, ese insignificante grupo lleno de personas que estuvieron conmigo cuando todo el mundo me dio la espalda. A las cuales amo con cada parte de mi alma, y por quienes daría mi vida sin pensarlo dos veces. Porque son más que mis amigas, porque son parte de mi y todo lo que eso implica.

Porque las elegí ayer y lo seguiría haciendo, hoy y siempre.

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2016 ⏰

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