El día lunes atacó tan repentinamente que ninguna tuvo tiempo para quejarse de volver a arrancar con la rutina; durante el desayuno nadie decía nada, todavía conservaban el mal humor producido por el super clásico de ayer.
-Si lo pensamos así, empatar no estuvo tan mal.- Flor rompió el silencio.
-Sí, pero el enojo es porque no se la puede echar la culpa al cuerpo técnico, como generalmente lo hacemos.- rió Ari terminando su comida.
Todas se encaminaron al trabajo luego de eso, sin muchas ganas pero con la responsabilidad presente.
-Estoy cansada de firmar y revisar papeles. Tremendo embole dejó el hermano de Candela.- se quejó Luci haciéndose un espacio entre tantas carpetas y fotocopias.
-Necesito un café urgente. ¿Queres uno?- preguntó Antonella poniéndose de pie.
-Dale. Y trae uno para Pau que ya viene.
En otra de las oficinas, Eve y Ari planeaban una "reunión" para celebrar el cumpleaños número 20 de la santafecina, obviamente ella no estaba enterada.
-Ésta noche vamos a cenar con Cristian a la casa de mis viejos, les debemos una explicación.- murmuró la mayor del grupo.
Arianna asintió.- Igual, conociendo a tus viejos, se lo van a tomar re bien. Más Gaby, no le molesta nada a ese hombre.
Las dos rieron.
-¿Y vos que onda? Te vi bajando de piso muchas noches.- musitó con diversión en su voz.
-Nah, con Gonza nos estamos conociendo.
-Garchando.- la interrumpió.
-Bue, cada uno se conoce a su manera.- se defendió con una sonrisa en el rostro.
-Yo sólo quiero que seas feliz, enana.
Ella asintió.-Y lo soy, sin compromisos y garchando cuando quiero a un pibe que me encanta.
-Vos si que no cambias más.- le dio un leve empujón antes de volver al trabajo.
El horario de salida era exactamente a las 5 pm, dándoles tiempo de pasar por el super y comprar todo para el día siguiente, mientras que otra parte del grupo se encargaba de preparar la merienda.
-Que día de mierda.- se quejó Cata tirándose al sofa.
-Re si. Me aburrí como las mejores.- siguió Cande G con una mueca de disgusto.
-Cambien el ánimo que mañana festejamos.- canturreó Anto.
La santafecina negó rápidamente.- No vamos a hacer nada especial, no.
Aro la miró mal.-20 no se cumplen todos los días.
-Ya hablamos de esto.
Claramente no harían caso.
-Quiero que me digas que está todo bien para irme a dormir tranquilo.- murmuró Rodrigo desde el otro lado de la línea.
-Está bien, Rodri. Andá tranquilo.- contestó Florencia cansada de hablar.
-No me lo digas para complacerme, decimelo porque lo sentís.
-Que histérico sos. Ya te dije que está todo bien, ahora andá a dormir.
Él rió.-Mañana estoy por ahí después de la práctica, te amo.
-Yo también. Chau.
Ella cortó la llamada y se recostó en la cama con la risa de Paula de fondo.