ocho

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Los distintos vehículos arrancaron para volver a Cardales. Para la mayoría fue un gran día, destacando a los futbolistas que cumplieron con su propósito de acercarse a las chicas.

Después de una hora, el hotel nuevamente se veía ocupado por los jugadores y el personal.

Las chicas no tuvieron mejor idea que acostarse a dormir "un rato". Un rato que se convirtió en más de media hora.

Alguien comenzó a golpear incesantemente la puerta recibiendo mil y un puteadas. Obviamente, ninguna era capaz de levantarse y ver quien era el que rompía las bolas.

Lu, por obligación, despegó su cuerpo de la cama y divisó por la mirilla. Arruabarrena.

-Es el Vasco.-Les alertó antes de abrir el gran trozo de madera- ¿Sí?

-Chicas, ya está la cena. Las estamos esperando hace diez minutos.-Habló tranquilo el DT.

-Perdón, en cinco estamos allá.

El técnico asintió.

Lourdes comenzó a mover a cada una de sus amigas obteniendo buenos resultados. Como había dicho, en cinco minutos estuvieron atravesando las puertas del comedor.

Los rostros de cada una dejaban mucho que desear; una mueca de pocos amigos y grandes ojeras.

-Apa, hoy no es su día.-Se burló Chavez obteniendo malas miradas femeninas.

-Nos levantaron de la "siesta", ¿entendés?-Explicó Cande G haciendo comillas con sus dedos.

El delantero rió.

-¿Siesta a las nueve de la noche?-Pavón se unió a la conversación.- Lo veo complicado.

-No quisiera ser ustedes.-La voz de Cubas también se hizo presente.

-Yo tampoco.-Coincidió Cande.

Las chicas se sentaron en una mesa separada, como solían acostumbrar.

Rodrigo se acercó hacia ellas, o más bien hacia Flor, y susurró algo en su oído. En cuestión de segundos, ambos partieron hacia el centro del salón. Obviamente, todos los presentes fijaron sus ojos en ellos.

-Estos tienen algo, fija.-Comentó Brisa.

-Chicos, eh... Bueno, nosotros...

-¡Se te lengua la traba!-Le gritó Cristian a lo que el uruguayo rió para no llorar.

-Nosotros...

-Somos novios.-Se atrevió a completar Florencia, bancándose las cargadas que no tardarían en llegar.

-¡Buena, Flor! ¡Esta es la gente que quiero ver en televisión!-Evelyn citó las palabras de Ricardo Fort.

Después de varios minutos en los que la "nueva parejita feliz" fueron protagonistas principales, Flor volvió a la mesa donde anteriormente estaba.

-No nos dijiste nada antes, indignada estoy.-Le reprochó Lucila.

-Perdón chicas, pero quería que se enteraran con el resto y...

-Era joda, mogólica.-La tranquilizó Brisa.- Igual, sabíamos que algo tenían. Podremos tener cara de pelotudas pero no somos, eh.

-Vos tenés cara de pelotuda.-Contraatacó Candela.

La mesa estallaba en risas con cada comentario que alguna hacía. Así querían estar, alegres, disfrutando de cada momento que les permitían pasar juntas; como alguna vez soñaron en aquel grupo de WhatsApp.

Y con ese ambiente se fueron a dormir. La parte del día que más esperaron con ansias.

-Hasta mañana, chicas.-Habló Anto antes de apagar la única luz que iluminaba el cuarto.

Thirteen «BOSTETROLAS»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora