once

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-¿Por qué no ocupas mi departamento en Nuñez? No hay nadie ahí y...

Ari interrumpió a Matias, quien también se había enterado de todo gracias a otra integrante del grupo, y no dudó en comunicarse con su "ex" para ofrecerle su ayuda.

Los rumores sobre Arianna y el defensor de Boca habían llegado hasta los oídos de Matias, pero él no tenia derecho a quejarse cuando llevaba su novia en Madrid y tenía a una "amiga" a quien le prometió todo un cuento, en Argentina.

Su especie de relación finalizó a través de una conversación por WhatsApp, pero ella no se permitió llorar, después de todo había vivido cosas peores que una ruptura.

-No, Matias, ya encontramos donde ir. Quedate tranquilo.- respondió mientras agarraba su bolso y se adentraba al ascensor.

Ya no quedaba nadie dentro del lugar, ni las chicas y tampoco sus pertenencias.

Abajo, algunas esperaban en la camioneta de Candela con las valijas, mientras que otras ya estaban en camino junto a Andrés.

-Ari, yo sé que no terminamos en buenos términos, pero podes seguir contando conmigo.

Ella suspiró.-Y yo te lo agradezco Mati, me tengo que ir. Nos vemos.

El departamento de Cubas estaba en el tercer piso de un lindo edificio en Palermo, no era como el enorme Pent-house donde ellas vivían pero podría fácil albergar a doce personas.

-Se pueden ubicar en mi pieza, yo después veo donde duermo.- escucharon gritar desde la cocina.

-No, nosotras tiramos las bolsas de dormir en el living y estamos. No te preocupes.

Él se rindió, sabía que no aceptarían mas ayuda que la necesaria.

Al día siguiente, las once se levantaron una hora antes de lo planeado y prepararon el desayuno para Adrián; querían recompensarle su ayuda de alguna forma.

-¿Chicas?- preguntó el jugador bajando las escaleras.

-¡Acá!- gritó Anto saliendo de la cocina.

Se acercó a él y lo abrazó, escondiéndose en el hueco de su cuello.

-Buen día.- susurró Andy correspondiendo el abrazo.

-Bueeeno. Vamos a llegar tarde si no se apuran.- interrumpió Lucila con gracia.

-¿Como amanecieron?- les preguntó mientras se sentaba en una de las sillas altas que había libre.

-Tan bien como se puede después de dormir en el piso.- respondió Eve riendo.

Desayunaron todos entre risas y bromas antes de salir en dos autos hacia el complejo y enfrentar a un nuevo día de trabajo.

-Buenos días.- susurró Nicolás abriendo la puerta del auto que manejaba Candela.

Las chicas que venían atrás lo saludaron y se alejaron para dejarlos solos.

-¿Todo bien?- le preguntó ella.

-Eso decimelo vos.

-Dormí en el piso.- confesó soltando una risa.

Él también sonrió.

-Te diría que vengas a casa, pero seguro te negas.

-Obvio, no me gusta causar molestias.- musitó cerrando la puerta del auto y comenzando a caminar con él a su lado.

-Nunca serías molestia.- respondió a su comentario.

Una vez en el campo, las risas y buen humor había vuelto a todo el plantel, mientras que el CT seguía con sus semblantes serios.

Thirteen «BOSTETROLAS»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora