-¿Por qué no ocupas mi departamento en Nuñez? No hay nadie ahí y...Ari interrumpió a Matias, quien también se había enterado de todo gracias a otra integrante del grupo, y no dudó en comunicarse con su "ex" para ofrecerle su ayuda.
Los rumores sobre Arianna y el defensor de Boca habían llegado hasta los oídos de Matias, pero él no tenia derecho a quejarse cuando llevaba su novia en Madrid y tenía a una "amiga" a quien le prometió todo un cuento, en Argentina.
Su especie de relación finalizó a través de una conversación por WhatsApp, pero ella no se permitió llorar, después de todo había vivido cosas peores que una ruptura.
-No, Matias, ya encontramos donde ir. Quedate tranquilo.- respondió mientras agarraba su bolso y se adentraba al ascensor.
Ya no quedaba nadie dentro del lugar, ni las chicas y tampoco sus pertenencias.
Abajo, algunas esperaban en la camioneta de Candela con las valijas, mientras que otras ya estaban en camino junto a Andrés.
-Ari, yo sé que no terminamos en buenos términos, pero podes seguir contando conmigo.
Ella suspiró.-Y yo te lo agradezco Mati, me tengo que ir. Nos vemos.
El departamento de Cubas estaba en el tercer piso de un lindo edificio en Palermo, no era como el enorme Pent-house donde ellas vivían pero podría fácil albergar a doce personas.
-Se pueden ubicar en mi pieza, yo después veo donde duermo.- escucharon gritar desde la cocina.
-No, nosotras tiramos las bolsas de dormir en el living y estamos. No te preocupes.
Él se rindió, sabía que no aceptarían mas ayuda que la necesaria.
Al día siguiente, las once se levantaron una hora antes de lo planeado y prepararon el desayuno para Adrián; querían recompensarle su ayuda de alguna forma.
-¿Chicas?- preguntó el jugador bajando las escaleras.
-¡Acá!- gritó Anto saliendo de la cocina.
Se acercó a él y lo abrazó, escondiéndose en el hueco de su cuello.
-Buen día.- susurró Andy correspondiendo el abrazo.
-Bueeeno. Vamos a llegar tarde si no se apuran.- interrumpió Lucila con gracia.
-¿Como amanecieron?- les preguntó mientras se sentaba en una de las sillas altas que había libre.
-Tan bien como se puede después de dormir en el piso.- respondió Eve riendo.
Desayunaron todos entre risas y bromas antes de salir en dos autos hacia el complejo y enfrentar a un nuevo día de trabajo.
-Buenos días.- susurró Nicolás abriendo la puerta del auto que manejaba Candela.
Las chicas que venían atrás lo saludaron y se alejaron para dejarlos solos.
-¿Todo bien?- le preguntó ella.
-Eso decimelo vos.
-Dormí en el piso.- confesó soltando una risa.
Él también sonrió.
-Te diría que vengas a casa, pero seguro te negas.
-Obvio, no me gusta causar molestias.- musitó cerrando la puerta del auto y comenzando a caminar con él a su lado.
-Nunca serías molestia.- respondió a su comentario.
Una vez en el campo, las risas y buen humor había vuelto a todo el plantel, mientras que el CT seguía con sus semblantes serios.