veinticinco

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-¡Embarazaste a mi amiga!- gritó Antonella con indignación.

-¡Tiene 23 años!- vociferó Arianna ésta vez.

Los gritos agudos e histéricos de las chicas eran ecos lejanos en la cabeza de Cristian, definitivamente no se lo esperaba.

Sería padre, su primer hijo con la mujer que la roba el aliento. Pero no sabía como sentirse, como actuar o que decir, estaba completamente sorprendido.

-Ella tiene un mes y aproximadamente cinco días de embarazo, pensé que estaban al tanto.- manifestó el doctor y se retiró para dejarlos discutir en paz.

-¿¡Un mes!?

Lucila trató de hacer memoria de alguna actitud sospechosa, pero no recordaba ninguna.-Boluda, ni siquiera tuvo síntomas.

-¿Por qué no nos dijeron nada?-consultó Flor todavía calmada.

-Estoy igual de sorprendido que ustedes.- murmuró Pichy tomándose la cabeza.

-Capaz no es tuyo.-bromeó Tobio con una risa.

-¿Y vos de donde saliste?- rió Cande.

Él la miró mal.-Estoy acá hace una hora.

-Evelyn nos debe una buena explicación.- sentenció Anto dándose vuelta para caminar hasta la sala donde ella estaba.

Fue Adrian quien la agarró del antebrazo para detenerla.-Me parece que Cristian merece más explicaciones, que entre él.

El jugador no terminó de cerrar la puerta de la sala que ya todos tenían la oreja pegada al pedazo de madera, tratando de escuchar algo de lo mencionado adentro.

Dentro de las cuatro paredes, Cristian observó a su novia con curiosidad.

-¿Tengo algo en la cara?- preguntó Eve desde la cama de hospital.

Él rió y se acercó para depositar un dulce beso en su frente, le volvió a sonreír y se situó en la incómoda silla de al lado.

-¿Cómo estás?

Ella lo miró obvia.- Como puedo después de que atropellaras una moto.

-Perdón por eso.- rió nerviosamente.

Un silencio se formó en los siguientes minutos, dándole a Erbes el tiempo necesario para pensar su siguiente oración.

-¿No tenes nada que contarme? No sé, algo importante que podría cambiar nuestras vidas, puede ser.- musitó después de aclararse la garganta.

Eve lo miró confundida.-No que yo sepa.

Él puso los ojos en blanco y suspiró.- No es necesario que me lo sigas ocultando, el doctor ya nos dijo la verdad.

-Cristián, ¿de que me estás hablando?

Fue entonces que el jugador entendió que ella tampoco estaba enterada de su propio embarazo.

-Eve...- murmuró dubitativo.- Mi amor, estás embarazada.

La máquina que controlaba las pulsaciones de la joven comenzó a sonar notablemente de un momento a otro, logrando alarmar a Cristian de sobremanera.

-Mi amor, calmate. Está todo bien, va a estar todo bien. Yo te amo.

Lo cierto era que, a estas alturas, ninguna de esas palabras eran consuelo para Evelyn, quien todavía no salía de su asombro.

-¿¡Cómo que estoy embarazada!?- vociferó con indignación.

-Tenes un mes y algunos días, saltó en los análisis.- explicó con una pequeña sonrisa.

Thirteen «BOSTETROLAS»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora