El lunes se volvió al trabajo, y también al entrenamiento.
Las buenas vibras se sentían en el aire esa mañana; es que en pocos días comenzaba la copa, la ilusión de la mitad del país. Todos tenían fe a que este seria su año, hasta el hincha mas pesimista tenía una mínima esperanza, nadie podía negarlo.
Por lo tanto, el trabajo se hizo mas liviano con el buen humor de todos; tanto que el DT dejó libre al grupo media hora antes de finalizar.
Arianna, Lucila y Candela caminaron hacia el despacho de Eve y Paula, que es donde esperaba el resto del grupo.
-¿Estas mejor, Mile?- preguntó Flor a la nueva y reciente integrante del grupo.
Milena había decidido dejar su ciudad para buscar nuevos aires en Capital, sin tener a donde ir, recurrió a las chicas y esta claro que ellas no la dejarían en la calle.
Hoy temprano, sin la intencion de dejarla sola en el pent house, Florencia insistió en llevarla al complejo mientras que ellas cumplían con el dia laboral; lo cierto era que, para Mile, era un sueño estar tan cerca de los jugadores del club que es hincha, y no desaprovechó la oportunidad de sacarse fotos con todos los que veia.
-Si, chicas. Muchas gracias por todo.
-No hay por qué.- le sonrió Ari ésta vez.
Las trece se dirigieron al estacionamiento con la intensión de partir hacia el edificio y dormir una buena siesta, hasta que Erbes y Tobio se interpusieron en su camino.
-¿Ya se enteraron?- preguntó el defensor.
-¿De?
-Carlitos se dejó con la mujer.- susurró Pichy como si estuviera confiando la clave de su cuenta bancaria.
El grupo rió.
-Chicos, lo sabemos desde hace dos semanas. Son los últimos en enterarse.- se burló Cande.
-¿Como? ¿Y lo de la porrista también saben?
-Aja. ¿Por qué crees que Cande y Cata estuvieron hablando con ellas últimamente? Queríamos saber los detalles.- informó Lou pasando por su lado y adentrándose en el auto de Agus.
Ari y Eve fueron las únicas en permanecer charlando unos minutos mas con ellos, hasta que por fin se decidieron a que lugar ir a cenar los cuatro.
-Pasamos por ustedes a las nueve, nos vemos.
Ambas asintieron con grandes sonrisas y observaron como los dos se retiraban entre risas y empujones.
-Ay enana, si no fuera porque lo estoy viviendo, creería que estoy loca.- suspiró la mayor ganándose una mirada confundida de su amiga.
Una vez en el departamento, Lucia las esperaba afuera con unas bolsas y cajas en sus brazos.
-¿Que es todo eso?- preguntó Luci ayudándola a dejar todo sobre la mesa del comedor.
-Son cosas que mi primo me mandó a tirar pero me parecieron muy lindas, así que las traje.
Ellas la miraron confundidas y abrieron las cajas para ver de que se trataba.
-¡Me vuelvo loca! Que lindo.- gritó Lourdes al ver las camisetas pequeñas y los muñecos de súper héroes.
-¿Tu primo guardó todo es veintiún años?- rió Cata.
-Si, que les digo, es un boludo.- también carcajeó.
-¿Vivis con él?- preguntó Cande G jugando con uno de los muñecos.
-No, pero si en el mismo edificio así que nos vemos seguido.
-¿De que laburas, Lu?- preguntó Flor ésta vez.