Capítulo 11

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L0s ojos de Paul destellaron con una emoción ciega e incomprendida, no podía creerlo. Aquella amante de 1968 y parte de 1967 estaba frente suyo, de todas las amantes que siempre había tenido, Francie era una de las principales y mejores reconocidas por eso, ella lo miró, no dijeron nada por unos segundos, hasta que ella finalmente se armó de valor.

—Hola...— dijo intimidada. — No esperaba encontrarte aquí, Paul.

—Que tal, Francis. — él bajo su mirada inclinadamente, sin verla a los ojos.

—Escuche gritos y me preocupe. — poco a poco entró en confianza. — Supuse que era aquí, digo me entere de lo que paso, lo siento Paul.

—Ah...— Paul suspiró triste. — No te preocupes, no es nada grave.

— ¿Cómo de que no? — ella se indignó. — Paul, prácticamente te tomaron por los cuernos, Linda resultó ser una perra.

—No le digas así. — sonó algo hipócrita. — Soy un caballero y jamás la ofendería, ella es la madre de mis hijos.

—Bueno...— Francie era una mujer mala por naturaleza. — Quien sabe si serán tuyos o de John.

Paul tomó a mal este comentario, le lanzó una mirada de desprecio, le dio la espalda y empezó a retroceder poco a poco, pero Francie no lo perdería de nuevo, así que tomó su codo antes de que se fuese.

—Lo siento si te incomodo mi comentario. — dijo dulcemente.

—No. — negó enojado. — Ellos en verdad son mis hijos, odie tu comentario.

—Perdón Paul pero es que...— suspiró débil. — Me tiene tan molesta que alguien te haya hecho esto, quiero decir, eres un hombre bastante perfecto como para que una cualquiera te haga daño. Y discúlpame si me expresó así, pero no hay otras palabras para definirlo. Linda es una perra.

—Tal vez. — bufó conformista mientras tocaba su cabello. — Pero no voy a hablar mal de ella, yo soy un verdadero hombre, jamás hablaría mal de una mujer.

—Por eso. — Francie se acercó tentativamente a su pecho. — Eres fantástico.

—Gracias. — esbozó una sonrisa ante este cumplido. — No me siento muy bien.

—Vamos por un café. — Francie tomó la mano de Paul y los dos salieron del edificio, pareciéndose a una pareja algo comprometida o llegadora.

(...)

A dias después, la situación y la gente en el edificio donde John, Linda y Leopold estaban quedándose a vivir había disminuido drásticamente, eso sí, vecinos y personas ajenas siempre solían aprovechar cualquier situación como para ofender a Linda, los medios la habían destrozado por completo, John y ella optaron para no decir nada, Susan recomendó que no era necesario que dijeran la verdad, puesto que se iban a enojar mucho peor e inclusive alguien podría quitarle la custodia –no solo de Leopold—sino también de los otros hijos McCartney. Por lo tanto no tenían otra alternativa más que quedarse sin hacer nada, intentando darle al pequeño Lennon una familia que siempre había carecido. Pero Linda ya no se sentía tan sola, Cynthia Powell se había convertido en una de sus mejores aliadas y compañeras, ella y Julian habían rentado un departamento muy cerca de ellos con tal de que Leopold pudiera tener un verdadero calor familiar, además Cynthia ya comprendía la situación real y de cómo Yoko podía ser capaz de hacer las cosas más despiadadas y poco viriles.

Cuando le preguntaron la razón por la que apoyaba a Linda (quien ya tenía una mala reputación en todo el país) ella respondió "La gente la juzga porque no sabe la verdad, sin embargo cuando todo sale a la luz las cosas son tan diferentes"

El tercer hijo de John LennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora