Capítulo 16

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Holi, les comparto mi nuevo vídeo :D

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Nadie podía creer que es lo que aquel policía sujetaba en sus manos, desde drogas alucinógenas hasta grandes cantidades de marihuana, John y Linda estaban a punto de sufrir un infarto, mientras Leopold estaba confundido, él no sabía que eran las cosas que habían sacado de su entonces hogar. Los guardias de seguridad miraron con astucia a la pareja mientras que Susan protegía a Leopold exclamando:

—Esto es imposible, ustedes son el colmo.

—Eso no es nuestro—gritó Linda, justo al momento en que los guardias se acercaban a John.

— ¿De quién es la casa? Suya... ¿Verdad? —el comisionado empezó a sacar sus esposas.

—Espere un m-momento p-por favor...

—John Lennon y Linda ehmm ¿McCartney? —dudó—. Quedan detenidos por consumo de drogas.

—Oh no, por dios no—susurro ella con miedo.

Susan le tapó los ojos a Leopold y una sonrisa de frivolidad se marcaba en sus labios, John seguía en shock, los policías fueron a detenerlo a él primero, Linda opuso resistencia y gritaba:

—No, no esperen... ¡NO! ¡Leopold! ¡No veas nada de esto! Arg... ¡Suéltenme!

—Señora Lennon/McCartney—el guardia se burló—. No es bueno que se oponga ante la autoridad.

—Es cierto—John dijo en voz baja y seria—. Arreglaremos esto Lin', no te preocupes.

—Es que...—los policías la hicieron caminar a la mala—. ¡Mi hijo! ¡Mi vida! ¡Ah!

Desalojaron todo el departamento mientras las personas contemplaban el escándalo del año, ellos estaban acostumbrados a todo tipo de espectáculos y más por parte de ellos, como se sabe, Julian y Cynthia vivian en el mismo hotel que ellos, así que el hijo mayor Lennon entraba justamente en cuando Linda y John salían con las manos por detrás.

—P-¿Papá? —cuestionó Jules con miedo.

—N-no veas esto...—cerró los ojos John—. ¡No veas esto! ¡No le digas a tu madre! ¡Perdón!

—No me sorprende—bebió su jugo de manzana y se dirigió a la entrada del edificio, como si nunca hubiera hablado con alguien.

Sin duda, en ese momento a John no le dolió más la fuerza con la que lo habían arrestado, lo que le partió el corazón era ver la indiferencia con la que su hijo lo había tratado.

En esa celda fría, húmeda y gris donde los habían encerrado, John no dejaba de pensar porque Julian le hablo de esa manera, siempre quiso ser un buen padre para él, pero a decir verdad, no tenía motivos para culparlo, tampoco para que lo perdonase, sus pensamientos fueron interrumpidos por las constantes quejas de Linda, que estaba en la celda de en frente.

— ¡Todo es tu culpa!—exclamaba la molesta mujer—. ¡De seguro esas drogas son tuyas!

—No son mías—dijo con indiferencia—. Deben ser tuyas, estoy dispuesto a hacerme un anti-dopping de ser necesario.

—No entiendo ¡NO!—sus manos chocaron contra los barrotes e intentaba estúpidamente quitarlos—. ¡Eso no es nuestro! ¡Revise mi cajón esta mañana! No le encuentro otra explicación más que...

El tercer hijo de John LennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora