Capítulo 25

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    No sé puede deducir ni mucho menos saber si John realmente no entendía o no quería entender lo que Susan le había explicado, podía ser por dos razones, realmente le tomó un aprecio muy grande a Leopold o sinceramente no quería comprender.

—Eso no quiere decir que hayas usado a Leopold, es ilógico.

—. ¡Suficiente!—Susan se cansó—. Iré directamente al grano.

—Por favor...

—Bien—explico—. Lo que pasa es que tu adorada Cynthia me chantajeo emocionalmente para dejarte ir un día después de que me pediste matrimonio, yo accedí y hui de Liverpool con Julia para no molestarlos más. Regrese en 1969 para visitarlos, a decir verdad solo pase cerca de los estudios Abbey Road, pero me encontré a Yoko y supe que ahora era tu nueva esposa. Eso me puso extremadamente triste y sin la capacidad de soportarlo, por lo tanto envíe a mi hija a un internado porque estaba aprendiendo mucho de los Beatles y yo no quería ser retratada como "otra amante fugaz" de John Lennon, por lo tanto entré a ese orfanato para trabajar e intentar olvidar todo. Como lo dije, Linda abandonó a ese niño pero...

—. ¿Pero? ¡Dime la verdad por dios! ¡Ya no quiero más mentiras!—dijo John fastidiado, se jalaba los mechones de su cabello con fuerza, definitivamente su desesperación se notaba muy constantemente.

—No me creerás si te digo esto.

—Claro que sí, por favor hazlo.

—. ¡NO! Leopold si es tu hijo y es de Linda también, es lo único que debes saber.

—Sé que hay algo que escondes, puedo notar cuando mientes, Susan—se acercó muy presuntuoso—, así que es mejor que me digas todo de una vez.

—Ya te dije que no es nada—tragó en seco—. Yo la verdad pensé todo este tiempo que ese hijo era de Paul, invente que Linda había gritado que era tuya, pero deseche esa idea cuando vi que todos los hijos producto de ambos fueron legítimos, por lo tanto me hizo deducir que al pequeño Leopold era tuyo, di al blanco al azar.

—Sigo sin entender porque dices que utilizaste a Leopold para burlarte de mí—negó.

—Bien es que técnicamente—sus palabras se volvieron sombrías—. Nosotros en nuestra calidad de cuidadoras no podemos decirles a los niños donde están sus padres, pero contigo hice todo lo posible para dar en tu paradero.

—Wow, rompiste todos tus ideales solo para vengarte de mí—dijo seco—. Eres repugnante Susan, eres una Yoko menor y teñida de rubio.

—No digas eso, principalmente mi venganza era contra ella, en cierta parte lo logre, pero no creía que ella iba a enloquecer, perder el juicio y terminar en la cárcel. Además lo hice porque tuve un sueño horrible, una premonición.

—No digas tonteras Susan—él seguía visiblemente molesto—. ¿Cuáles?

—Era tan real—dijo con la mirada baja—, era el día que supuestamente mi hija regresaría a Bélgica, yo seguía con mi vida aburrida antes de permitirle a Leopold conocer a tus padres, entonces mi Julia entró y dijo... dijo que...

—, ¡QUÉ!

—. ¡Que el 8 de diciembre de 1980 moriste! ¡Alguien te disparará en ese día! Así que pensé que si no podía evitar tu cruel destino, por lo menos te iba a dejar estar tiempo con... tu tercer hijo.

John se levantó de la silla, camino lentamente por todo el departamento de Susan, con la mirada bien en frente y alto, suspiró prolongadamente.

——No creo en supersticiones, y no le tengo miedo a la muerte—detallo—, aunque fue algo brutal y horrendo lo que hiciste con tal de meter a Leopold en mi vida, en el fondo te lo agradezco.

El tercer hijo de John LennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora