El tercer hijo de John Lennon

Capítulo 18

No olviden ver :D

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Obviamente la respuesta fue...

— ¡Sí!—gritó la mujer felizmente y empezó a besar muchas veces a Paul—. ¡Claro! ¿Por qué no? ¡Te tardaste amor!

—Gracias pero antes...—la separó bruscamente de su torso—. Tienes que prometerme que seré un caballero burgués.

—No claro que no Paul—esbozo una sonrisa pronunciada—. No serás un caballero, serás un rey... mi rey.

—Quiero ser—se apenó al decir esto—. Un tipo con clase, un hombre burgués altruista y aristocrático.

—Pertenecer a la clase más alta, te entiendo—tomó su mano—. Por supuesto que lo serás Paul, conmigo serás todo lo que quieras, yo te enseñaré a como ser un caballero.

—Gracias—se sentía inseguro al principio, pero estas palabras lo hacían sentir mejor.

—Y claro un caballero, tiene que pagar la comida—no dudo en relucir sus verdaderas intenciones.

—Cierto...—Paul tampoco.

Él pensaba si era lo correcto lo que había hecho, pero algo si estaba seguro, quería demostrarle a Jane que se equivocó totalmente respecto a él, a lo que en verdad valía como persona, nunca se esperó que aquella jovencita resultara ser tan prejuiciosa o mirará el nivel socioeconómico de los demás y juzgara por ello.

Esperaba no cometer más errores, aunque obviamente sabía que Francie era de lejos el amor de su vida, quien creyó que alguna vez lo fue, no lo era, ni lo será. El recuerdo de Linda desaparecería lentamente para él.

(...)

Los dias para John, Linda y Leopold se resumían a una felicidad completa, buenos desayunos en la mañana, diversión en el parque, comida nutritiva por las tardes, paseos en bicicleta, juegos de pelota, películas y series, platicas conmovedoras, ropa planchada y todas las cosas que una familia hogareña promedio de Londres podía darse el lujo de tener. Sabían que las cosas estaban mal, a Linda ya le habían afirmado que Paul volvería a tener a sus hijas en poco tiempo y el juicio por la paternidad de Sean se aproximaba muy rápido. Pero eso no era lo peor para John.

—Hola Jules—aprovecho un momento que encontró a su hijo en los columpios, solo, como siempre.

—Ah, hola John.

— ¿John? ¿Desde qué momento me dices así? Soy tu padre.

—Te digo así desde el momento en que mi padre/madre es Cynthia Powell.

—Jules...—tragó saliva—. ¿Cómo está tu madre?

—Mi padre/madre está bien, ella no ha ido a verlos por las amenazas...

—No quería que supieras eso.

—Lennon por favor—Jules lo miró con odio y desprecio—. Tengo 16 años, ya soy un adolescente que supo que la vida no sería fácil desde los 5 años, no me vengas con eso.

Dio la media vuelta, su padre estaba en otro columpio, pero lo sujeto del codo.

—Hijo... no quería que...

— ¡No! —se quitó bruscamente—. No tiene sentido, no quiero escucharte, tratas a Leopold mucho mejor que lo hiciste conmigo, no lo odio ni lo desprecio, lo envidio pero no tolero que trates a Linda Eastman como si fuera tu esposa, ya que ahí van los dos tomaditos de la mano, paseando en bicicleta, no le tocas un pelo y... ¿A mi madre qué? Apuesto a que nunca la consideraste tú esposa.