Capítulo 4

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Yoko miro con escepticismo como el pequeño Leopold abrazaba a su marido y este parecía encantado por su actitud, ella era una dominante por naturaleza, así que lo alejo de él bruscamente y después dijo:

—Pequeñito, debes de estar en un grave error ¿Dónde están tus verdaderos padres?

—Su padre está frente suyo. — dijo una voz de mujer decidida. — Señora Ono es un placer conocerla.

— ¿Quién es usted?

—Soy Susan Bevans. — estrecharon las manos y ella toco la espalda del niño. — Trabajo en el orfanato "Happy Kids"

— ¿Susan Bevans? — John cuestionó sorprendido. — ¿No nos conocíamos antes?

—Lo dudo señor Lennon.

—Bueno señorita Bevans. — a Yoko no le gustaban los rodeos. — ¿Por qué ha traído a esta criatura aquí? Esto es una estupidez, llévese a su hijo e intente sacarle dinero a otro famoso.

—Esto es verdad, el señor John Lennon es su hijo.

—Hay un fallo en lo que usted está diciendo, porque por mi parte yo jamás di a luz otra vez, el único hijo de John es Sean y... ese menospreciado de Julian.

—Sabes que amo a Julian. — John siempre defendía a sus familiares y personas que amaba.

—Como sea, el punto es que este niño no es mío y por ende de John tampoco.

—De eso no me queda ninguna duda señora Ono. — Susan habló con astucia. — Este hijo no es suyo pero si es de John y si mis deducciones no se equivocan, este hijo es de Linda Eastman o ¿Debería decirle Linda McCartney?

John se quedó atónito, mudo por instantes, pensaba que Yoko sacaría su navaja y los acuchillaría a todos, iniciando por él, observo como se quedó boquiabierta después de lo que la señorita Bevans había dicho, cerró los ojos esperando lo peor, pero realmente se impresiono cuando escucho unas fuertes y voluptuosas risas.

—Jajajaja ¿Qué se fumó? Por favor, eso es tan estúpido ¿Cómo usted puede creer que mi marido y Linda tuvieron un hijo? ¡Eso es patético! Ella ama a Paul y John me ama a mí.

—Supongo que no me cree señora Ono. — Susan dio un suspiro profundo. — Pero está bien, estoy dispuesta a que le hagan pruebas de paternidad a Leopold.

— ¿Leopold? — John preguntó con ternura y se agachó para mirar al niño de 11 años. — ¿Ese es tu nombre?

—Sí. Y he venido porque quería conocer a mis papás.

—Pues esta trampa no te va a funcionar. — Yoko reacciono violenta ante está inocente respuesta. — Señorita Bevans, no sé lo que usted pretenda, pero déjeme decirle que si lo que quiere es dinero o fama no la va a conseguir. ¡Mire que incluir a Linda en esto! Ella no sería capaz.

— ¿Ah sí? Mañana mismo, quiero que se haga la prueba de paternidad y sería mucho más cómodo que los señores McCartney se encontraran aquí

—Muy buena idea. — Yoko tomo el teléfono, y así le marco a la residencia lejana de los McCartney que estaba en Londres.

Se tardó un poco de tiempo para que la llamada de larga distancia fuera lograda con éxito, Paul y Linda arreglaban los últimos detalles para su gira de exactamente mañana, los países de Europa que no habían conocido, como Alemania, Suiza e Italia, cada vez estaban más emocionados porque durante esos días su matrimonio había crecido y mucho mejor, sus hijos eran felices, su música era buena, quien diría que su felicidad se vería arruinada de esa manera.

El tercer hijo de John LennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora