IV

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El sonido del timbre me despertó de mi profundo sueño. No quería levantarme a abrir la puerta ya que eso implicaba dejar al amor de mi vida, mi cama, pero sea quién sea la persona que estaba del otro lado, no se daba por vencido. Esa persona estaba colgado del timbre hace mas de veinte minutos y estaba acabando mi paciencia. El chillido agudo del timbre daba vueltas y vueltas por mi cabeza. Me era imposible dormir de esta manera.
Con toda la flojera del mundo quité las sabanas de mi suave y acogedora cama para así sentarme en ella. Con el ruido del timbre de fondo, me coloqué mis pantuflas y me levante de la cama. Mientras caminaba por el pasillo con mi moño mal echo y mi short de hombre que usaba de piyama el cual no sabía de dónde lo había obtenido, pensaba en una serie de insultos para el pobre bastardo que esté del otro lado de la puerta. Tenía tanto malhumor que podría comerme a alguien vivo.
Recogí las llaves de la mesita y busqué en el llavero la de la puerta de entrada. Le di tres vueltas a la llave y giré el mango de la puerta.

-A ver hijo de tu put*isima madre- Dije sin ver al infeliz que me había despertado- Quien mier*da piensas que eres para despert...- Abrí mis ojos y miré a quien tenía al frente.
Con una campera con estampado militar, unos jeans claros, unas vans blancas, un gorro que se le veía hermoso y una sonrisa entre dientes estaba Justin parado al frente mío. Tenía los ojos abiertos como platos.
Fue tal mi vergüenza que le cerré la puerta de entrada en la cara con todas mis fuerzas y sin pensarlo. Me tomé unos cinco segundos para respirar hondo, acomodarme mis alborotados cabellos y esperar a que el color rojo fuerte de mis mejillas se disminuyera.
Ya con calma, giré el mango de la puerta para encontrarme cara a cara con el chico que tan alterada me tenía últimamente. Los dos nos quedamos congelados mirándonos incomodos. Era notorio Justin se le quería escapar una sonrisa.

-Creo que yo soy ese tal hijo de put*a que se atrevió a despertar a la fiera- Levantó una mano y comenzó a reír. Yo solté una risa nerviosa. Podía sentir como la sangre subía a mis mejillas haciéndome sonrojar

-Yo...- Me sentía tan avergonzada- Lo siento, no sabía que eras tu- Acomodé un mechón de cabello que me incomodaba detrás de mi oreja

-No te preocupes- Sonrío y, esquivando mi cuerpo, entró a mi departamento con toda la confianza- No sabía que ibas a estar durmiendo- Él observaba mis fotografías- Había olvidado eso de ti- Me buscó con la mirada hasta que nuestros ojos se encontraron y sonrío intimidante. Yo sólo pude desviar la vista a otro lado antes de sonrojarme como por tercera vez.

-Como supiste que vivía aquí?- Escupí sin vergüenza

-Tu lo dijiste, soy Justin Bieber- Comenzó a reír sin despegar su vista de mis fotografías. Solté una risita nerviosa y crucé mis brazos

-Y viniste porque...?- Esperé unos segundos sus respuestas pero él estaba bastante ocupado examinando cada parte de mi pequeño departamento. Veía hasta el pequeño clavo que había en un rincón- Justin!- Grité llamando su atención. Él seguía siendo el mismo disperso de siempre

-Lo siento- Mordió su labio de la manera mas sexy que alguien podría hacerlo- Que decías?

Golpeé mi frente. Justin sabia como hacerme perder mi paciencia. Desde despertarme con el sonido del timbre hasta ignorarme cuando hablo.

-Dije que por qué estabas aquí- Caminé hasta el sofá rojo y me senté en él con las piernas cruzadas

-Ah, si- Dejó de mirar mis cosas y dirigió su mirada hacia mí- Venía a traerte esto- Metió sus manos en el bolsillo de la campera que traía puesto me estiró un sobre blanco doblado en dos

-Y esto?- Dije confundida mientras estiraba mi brazo para alcanzar el sobre.

-Ábrelo- Sonrío mirándome fijo.

Tomé el sobre y rompí en zic zac su punta izquierda. Metí mi pulgar por el agujero que había echo y saqué el papel de textura suave que había adentro. Dejé el sobre a un lado y leí el papel que venía adentro. Era una entrada en primera fila para verlo hoy en el Madison Square Garden.

-Y esto?- Dije refiriéndome a la entrada

-Quiero que vallas ______- Clavó sus ojos color miel en los míos color popo.

-Justin, yo...

-Te estoy pidiendo que vallas a mi concierto, no que te cases conmigo- Me quedé pensando mientras él sacaba su iphone del bolsillo de su jean ajustado. No quería admitirlo pero él tenía razón, estaba siendo demasiado infantil con todo esto- Debo irme, sólo venía de pasada a dejarte eso- Sonrío con los labios pegados y caminó hacia la puerta principal por dónde había entrado hace unos minutos.
Me levanté del sofá y caminé hacia él, quedando a su lado, pudiendo determinar exactamente cuantas cabezas de altura me sacaba. Eran dos. Realmente soy un enano.

-_______, quiero que sepas que si no te veo en la primera fila antes del show, cancelaré todo- Arqueé mi ceja y lo miré fijo. Su estupidez estaba al grado máximo hoy.

-Estas diciendo que vas plantar a miles de fans que pagaron para verte si yo no voy?- Estaba totalmente confundida.

-Exacto, no podrías haberlo dicho mejor- Sonrío pícaro y besó la parte superior de mi cabeza mientras abría la puerta principal. Estaba a punto de cerrar la puerta hasta que asomó su cabeza por ella- Por cierto duende, olvidé recordarte lo linda que te ves esta mañana, y que- Río- Ese short deportivo era mío.

Miré hacia mi short y pude recordarlo. Antes de que pudiera decir algo, él se había ido por esa puerta, dejándome con las palabras en la boca.
Suspiré hondo y dejé caer mi cuerpo en el sofá mientras veía la entrada que Justin me había dejado.
No tenía alternativa, debía ir al show.

Nothing like us || Justin Bieber y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora