Me preparé, bueno, mejor dicho, Anna me preparó para la cita.
- Vamos, es hora de arreglarte, tienes que estar preciosa. Pero no puedes ir así. - Había dicho.
- ¿Así como? - Pregunté.
- Ese pelo es antiguo, ese pelo es de tu antigua yo, tu nueva yo no lleva ese pelo.
Me reí ante su comentario.
- ¿Y que pelo lleva mi nueva yo?
- Ven, vayamos a la peluquería.
Y después de un rato en la peluquería me vi. No me reconocía, no era yo, era otra chica con mi misma cara.
El pelo estaba muy corto, por la altura de los hombros, con corte cuadrado, con color marrón oscuro y algunas mechas rubias.No estaba fea, pero no era yo.
- ¡Te queda genial! - Había dicho Anna tocándome el pelo.
- No se yo...- Dije peinándome el pelo con los dedos.
- Ni caso, estas preciosa. Voy a pagar.
- ¿Qué? ¡No! No puedes pagar, esta vez pago yo. Dije llevándome la mano a los bolsillos.
- Cat, por favor, déjame hacerte este regalo. - Dijo haciendo un puchero.
- Vaaale, pero no voy a dejar que me pagues más cosas.
Después de salir de la peluquería me dijo sonriendo.
- ¿Sabes?
- ¿Qué?
- ¡Te he conseguido un trabajo!
- ¿En serio? ¿Dónde? Llevaba muchísimo tiempo buscando uno.
- En una boutique. Te pagaran genial. Conozco a la dueña y me dijo que te haría una prueba y que no hacia falta currículum, al ser mi amiga consigues muchas cosas eh - Dijo subiendo las cejas.
- ¡Te adoro! - La dije abrazándola.
- La prueba es el martes, te quedan tres días para prepararte y que te salga genial, pero hoy solamente preocúpate de tu cita, mira este vestido. - Me dijo dándome un vestido blanco y transparente con el cinturón y el cuello negro precioso.
Me lo probé y me encantó. Era tan yo.
Luego Anna me dio unos tacones negros.
El conjunto me encantaba. Me estaba mirando al espejo cuando unos golpes en la puerta me sobresaltaron.
Anna fue la que abrió.
Peter se hallaba fuera con un traje negro y una rosa en la mano.
- Hola, yo soy Anna, su hermana.
Su hermana... Me reí. Aunque no me importaba que ella hubiese dicho eso.
- Encantada Anna. - Le dio un beso en la mano.
Anna se sonrojó.
Yo me encaminé hacia la puerta y se me quedó mirando.
¡El pelo, no le gustaba el pelo! No debería haber hecho caso a Anna.
- Estas preciosa Catherine. - Dijo mientas me besaba la mano.
Era todo un caballero.
- Bueno ¿Nos vamos? - Preguntó.
- Claro. - Dije saliendo de casa.
Salimos y subí a su coche, él tenía diecinueve años y ya tenía carnet de conducir.
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Enamorando al hermano de mi mejor amiga © (PARA EDITAR)
Novela Juvenil- Estoy harto de que siempre tenga que irme, porque tú quieras invitar a tus estúpidas amigas a casa. - No es mi culpa que seas un antisocial. Y mis amigas no son estúpidas. - No soy un antisocial, pero prefiero hacer otras cosas a tener que veros j...