Flashback

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Ya era tarde y la señora Tate quiso tomar un pequeño gran atajo. Éste consistía en atravesar una parte del enorme bosque de Beacon para llegar a casa cuanto antes. Malia y Melott estaban en los asientos de atrás, cansadas de un largo día en el parque de atracciones. Malia había discutido con su madre y se notaba la tensión en el ambiente.

Melott observaba el bosque nocturno que las rodeaba y no era consciente de su hermana, que se encontraba en un ataque de nervios. La luna llena brillaba en lo alto del cielo azul oscuro, pequeñas nubes flotaban con las estrellas. Melott se preguntaba por qué tanta prisa por llegar a casa, el coche temblaba de derecha a izquierda y arriba a abajo dado al rocoso suelo. Se oían las ramas crujir, pero ninguna de las tres hablaba.

Malia no aguantaría mucho más. Su primera luna llena fuera, no podría controlarse. Tenía miedo, temía lo que podría hacer. Muchas veces se había fijado en sus ojos, que mudaban de color marrón oscuro a azules brillante cuando ella se cabreaba. En estos nueve años de vida lo había superado, se intentaba controlar.

Mientras notaba sus dientes afilados, sedientos de carne fresca, mil dudas aparecían en su cabeza. Las anteriores lunas se había encerrado en el desván, sus padres no estaban mucho en casa y nunca le preguntaron la razón. Malia era adoptada, pero desde que era una bebé, por eso ya se preguntaba si sus padres no serían humanos.

No se creía capaz de matar a su hermana Melott y a la señora Tate, por eso pensaba en cosas que la calmaran. Fue imposible, sus facciones faciales mudaron de forma y sus afiladas garras se dispararon. Todo lo sucedido posteriormente fue muy rápido, Malia se lanzó sobre su madre y empezó a asesinarla. El coche se volcó y Melott gritaba horrorizada, estaba traumatizada y no era capaz de ver lo que su hermana estaba haciendo.

Malia se giró, dispuesta a ir por Melott. La niña coyote solo pensaba en sangre y no veía a por quienes iba. Melott lloraba y rogaba por su vida, Malia se puso en frente suyo y arañó su pierna izquierda, la llegó a morder en el brazo derecho pero rápidamente sus ojos se volvieron oscuros y la miró con horror. Salió del coche dejando a su madre muerta y a su hermana desangrándose. Se sentía libre, y después de eso nunca volvió a su casa.

Enterraron a Melott y a la señora Tate días después, cuando el sheriff Stilinski llevó a cabo una investigación para encontrar sus cuerpos. Ninguno daba señales de vida, Melott tenía arañazos profundos y su madre estaba decapitada. Si el sheriff estaba destrozado, el señor Tate nunca lo superó.

Los forenses dijeron que se trataba de un animal salvaje, un coyote las había asesinado. El señor Tate recreó un odio por los animales salvajes y se aisló de la sociedad. Había perdido a su mujer y a su hija de siete años, ya que a Malia no la habían encontrado.

Pero nadie se esperaba lo siguiente, la hermana muerta de Malia, Melott, sobrevivió. Un mes después de su supuesta muerte volvió a la vida. Este fue el error de Malia, morderla antes de irse. Las heridas de Melott se curaron con la fuerza de la siguiente luna llena y poco a poco revivió.

Melott era una niña lista, no podía salir del cementerio para ver a su padre, así que hizo como su hermana y huyó. Corrió lejos, hacia el sur. Pasó días enteros y semanas recorriendo paisajes, cuando se caía se curaba mágicamente, no entendía que es lo que pasaba dentro de ella. Ella era una mujer coyote, podía transformarse cuando ella quisiera.

Encontró una manada de coyotes en el sur, justo lo contrario que su hermana. La manada la acogió durante años, ocho para ser exactos. Melott se encontraba a salvo con su nueva manada pero nunca olvidaría esa noche. Cada noche se preguntaba por su hermana, por su padre y hablaba con su madre mirando al cielo.

En su manada la alimentaban y le enseñaban a vivir en familia, no como Malia, que vivía como una omega en algún bosque. Malia era una coyote solitaria que cazaba para ella misma.

Cuando Malia ya tenía diecisiete dos chicos la descubrieron. Un lobo alfa, Scott, y un chico humano, Stiles. Ellos la molestaron hasta que volvió con su padre, quien la daba por muerta. Pero el señor Tate la mandó a un manicomio para adolescentes.

Pasaron muchas cosas, el chico humano, Stiles se volvió un asesino por culpa de un espíritu loco. Tuvieron que salvarse juntos, Scott unió a Malia en su manada junto a Lydia la banshee, Kira la kitsune y Stiles. Ahora ella vivía tranquilamente con su padre; bueno, no del todo tranquila.

Cuando Melott tenía quince años llegaron a los oídos de su manada que unos asesinos en serie los buscaban. Para ellos la mejor opción era ir a Beacon, donde se encontrarían con el alfa que había sobrevivido a una lucha contra una manada entera de alfas. Melott sabía que si iban a Beacon su hermana la olería y ella no quería encontrársela.

Melott tuvo que obedecer al alfa de su manada e irse a Beacon Hills. Estaba nerviosa, esperaba ocultar su olor para que Malia no la descubriera. Al llegar se escondieron en un lugar secreto y su alfa corrió hacia a la ciudad. Melott y el resto de la manada esperaron por su alfa, quien nunca llegó. Días después los pocos coyotes que quedaban con Melott son atacados, pero como segundo milagro ella se queda viva.

Prólogo de una nueva historia, espero que os guste y todo eso

No soy buena con las notas de autora...

Una Tate |Teen wolf| #TWAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora