No puedo determinar el tiempo que pasé mirándolo de pies a cabeza mientras él sonreía como un niño chico al hacer una travesura, era vergonzoso, pero debía preguntarlo, así que solo tomé aire y empecé con mi interrogatorio, no sin antes haber preparado la merienda de la tarde, que consistía en tostadas, mantequilla, mermelada y café. No tenía idea si él podía comer, era una de las preguntas que tenía preparadas, así que llevé dos tazas y la jarra con café adentro; Alan se sentó en el sofá que había en mi habitación, yo en el piso porque me resultaba más cómodo. La mesa ratona me quedaba a mejor altura en esa posición.
— Necesito que me saques algunas dudas.
Solté las palabras con nerviosismo. El mayor sonrío como era de esperarse, observó todo lo que traje y me devolvió la mirada.
— Claro.
— ¿Sientes hambre o sed? ¿Puedes comer?
Una carcajada alegre salió de sus labios, por lo que me sonrojé y me reí a la par de él.
— Creo que morir me ha dado el don de tener más hambre. De hecho, en el camino me robé dos manzanas de la frutería y me las comí.
Al oírlo arquee mi ceja empezando a servir el café. Con una sonrisa que dejaba ver mis dientes de esquina a esquina, me dirigí a su taza.
—Si, siento hambre, sed, y puedo comer, como también beber.
Terminó de explicar antes de beber su café.
— Cuidado...
Lo miré sorprendida al ver como absorbió un buen trago sin quemarse.
—... que está caliente...— Bueno, tengo bastante frío. Mejor para mí.
Enseguida me levanté y me dirigí al armario donde guardaba la ropa de cama. Saqué una frazada bastante gruesa alcanzándosela, él la colocó sobre sus hombros y susurró: mucho mejor. Una mueca simpática se instaló en mis labios y volví a mi lugar.
— ¿Tienes necesidades?
— Como todo hombre...
— No me refería a esas necesidades...
Expliqué sumamente roja agarrando una tostada para disimular."Pero te encantó la respuesta"
— Oh, bueno.
Respondió como si nada, lo que me hizo sospechar que lo había dicho apropósito.
— Si, tengo necesidades.— Entonces no eres un fantasma común.
Unté mantequilla y le ofrecí la tostada.— Parece que no.
Volvió a responder dándole un mordisco a la misma y quedamos en silencio por un par de segundos en los que aproveché para darle un sorbo a mi taza. Le hice muchas otras preguntas y sus respuestas me sorprendían cada vez más. Me explicó que en realidad su alma, como muchas otras, pasaron a otra dimensión dónde todo era igual, aunque no pudieran verse entre sí; como si existieran dos mundos divididos por un espejo que solo les muestra su propia cara y nada más.
— Muchas otras almas están en la misma situación que yo, no eres la única que ve fantasmas. El que realmente desea hacerlo y tiene la necesidad puede lograrlo. En nuestro caso creo que ambos nos buscamos.
— ¿Sí?
Fruncí el ceño.— Sí.
Asintió con su cabeza.
— Cuando pasé al mundo paralelo alguien me recibió con los brazos abiertos, una sonrisa inmensa, y me aclaró: no importa cuánto tiempo pases aquí, de alguna manera u otra volverás a tu mundo si te necesitan o pasarás a ser parte de los desamparados. Yo no sabía quiénes eran los desamparados, pero no quería estar ahí, no quería lamentarme por toda la eternidad. Se lo dije y respondió: solo aquel que desee verte y necesite te buscará. Solo si tú deseas irte, le encontrarás.— Wow.
Me quedé viendo un punto fijo mientras procesaba toda la información.— Como premio a la voluntad de ambos me regresaron mi cuerpo. Bueno, una réplica bastante idéntica. Es por eso que tengo todo tipo de necesidades, pero algunas de ellas, con más potencia. Por ejemplo, necesito calor y debo estar más abrigado que los vivos, pero no siempre, porque el frío viene de a ratos.
"¿Se puede comprobar lo de la réplica?"
"Inténtalo"
"Me lo pensaré."
— ¿Y al momento de desnudarte?
Estúpida conciencia ¿En serio debía hacer esa pregunta? ¿Cómo no se me ocurrió coserme los labios?
— Es decir, cuando debes bañarte y eso, ya sabes.— Creo que eres bastante curiosa.
Entre risas no le tembló la voz al responder.
— El agua caliente me brinda más calor que esto.
Señaló su frazada.
— Incluso el calor humano me hace mejor."Que bien le sienta decir caliente. ¿Cierto?"
"..."
"Deberías darle calor, humana"
"Estúpida conciencia."
— ¿En serio?
"¿Alguien me explica por qué me salió esa voz tan melosa?"
"Será porque eres una sucia"
"¡Cállate!"
— Sí.
Bebió lo que le quedaba de café sin quitarme los ojos de arriba, se lo veía curioso y divertido. Yo no entendí el motivo.— Tengo una última pregunta y algunas sugerencias a raíz de la respuesta que me des.
— Adelante.
El ruido de algo chocando contra la mesa se escuchó; era la taza que dejó con cuidado para abrazarse a sí mismo.— ¿Estarás aquí todo el tiempo, o irás y vendrás de a ratos? ¿Será una convivencia o visitas ocasionales?
— Si te refieres a si iré de este mundo al paralelo, lo dudo. De hacerlo sería en muy pocas ocasiones, pues no hay nada que hacer allí. Si estás de acuerdo podría ser una convivencia libre.
— ¿Libre?
— Serás independiente como siempre y yo también. Te daré espacio, pero no me ausentaré por días, no sin avisarte. Me verás aquí siempre... al menos para dormir o darte los buenos días.
Sonreí al escuchar eso último. ¿Qué mejor que recibir sus buenos días?
— Entonces viviremos juntos, como amigos.
El me divisó risueño como confirmación.
— Bien, entonces tengo algunas reglas.
— Te escucho.
— No volverás a cualquier hora de la madrugada sin avisar, no tocarás mi carpeta de dibujos ni mis fotos ni mi computadora sin consentimiento, mucho menos tocarás mi libreta de anotaciones. No harás ruidos sospechosos, no quiero que mis padres oigan cosas raras, y si estarás a mi lado en presencia de otras personas, serás como una pared. ¿De acuerdo?
—¿Necesitas que firme mi condena de paso?
Preguntó sarcástico y sin una pizca de gracia en su cara."Eso fue tan sexy"
"Joder, cállate."
"Admítelo"
"CÁLLATE."
— Esas son mis reglas, las tomas o las dejas.
— Las tomo porque tu café sabe bien.
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¡Mi ídolo es un fantasma! /ARREGLANDO REDACCIÓN/
Roman pour AdolescentsEmma Zonswan ha sufrido una terrible perdida, su ídolo y amor de su vida ha muerto tomándola por sorpresa a ella y al mundo entero. El dolor es tan grande que de solo nombrarlo la tristeza vuelve a desmoronar su corazón y en el momento más difícil a...