Era duro aceptar que la felicidad de quién se ama no siempre va ligada a la de uno mismo, era duro para ella, que por tantos años lo había adorado más allá de los parámetros "normales" de una fan; y si alguien la llamaba loca por eso, ella iba a responderse internamente... ¿Que le iban a hablar de locura? Si de un día a otro ese amor se le apareció, después de muerto, devolviéndole la goma de borrar que creyó perdida. ¿Qué le iban a hablar de locura? Si nadie había reído hasta el cansancio con alguien que ante los ojos del mundo... Era invisible...
¡¿Qué le iban a hablar de locura?! Si era ella la que iba a dar su vida por la de él... Y entonces se iba a corregir a sí misma, eso no es locura, eso es amor.
No se sabe cuánto tiempo estuvo con la cara pegada a la almohada ya empapada, ni cuánto tiempo Alan estuvo sentado a su lado acariciando su espalda en silencio, ni cuánto tiempo escucho el golpeteo de la puerta, siendo su padre quien buscaba su atención y ella más de una vez le gritaba que quería estar sola.
Había perdido la noción del tiempo y no era la única. Ahora su ídolo enterraba la nariz entre su hombro y su cuello, aspirando su aroma y beso la piel descubierta, Emma se estremeció.
-Ya no puedo verte así, han pasado horas y nada de que pares...
Se volteó encontrándose con su cuerpo a su lado y lo miro por primera vez después de horas, con sus ojos vidriosos por el llanto y mirada triste, aún agitada y sollozando, sus mejillas enrojecidas y las marcas de las lágrimas la hacían ver frágil y pequeña, él solo se acostó por completo a su lado y se dejó abrazar.
-Siento tanto todo lo que está pasando, me siento tan inútil, perdóname... Yo no sé cómo sigues aquí. – se notaba que le costaba hablar por los golpes de respiración acumulada que tenía.
-No digas tonterías.- Su pecho vibro en la cabeza de Emma al hablar, estaba apoyada en él.- Ni eres inútil ni debes sentirlo, y sabes que estoy aquí porque... Te quiero... Emma.
La muchacha se aferró más a su cuerpo, aún con las lágrimas que amenazaban con salir, era masoquista, y quería oírlo aunque sea una vez más, porque sabía que no disfrutaría de aquellas palabras por mucho tiempo.
-Repítelo...
El hombre de alguna manera quedo encima de ella sin apoyar el peso de su cuerpo y tomó su rostro con ambas manos, beso su frente, sus ojos, sus mejillas, su nariz, la miro. –Te quiero, Emma. Te quiero más de lo que puedas imaginarte.- Por último beso sus labios.
Fue un beso lento y decidido, lleno de amor y palabras que no podían gritar. Se sintió armado de valor para demostrarle que de verdad era importante, limpio sus lágrimas con besos y caricias, desnudo su alma con una sola mirada, una mirada que lo decía todo en silencio, los ojos claros se encontraron con los oscuros, formando un mundo de sensaciones, lejos del miedo, lejos de la oscuridad, al menos por ese momento.
-Perdóname...- Una lagrima volvió a salir y no pudo evitarlo, ella sabía que jamás entendería el motivo de su pedido, porque no era capaz de decirle las verdaderas intenciones que la llevaban a sentir esa culpa, no se atrevería jamás a decirle "tu vida depende de la mía"
-Te perdono todo, lo que sea, lo que hayas hecho y lo que vayas a hacer.- La miro con tristeza una vez más, secando sus lágrimas, cansado de verla así, no tenía nada que perdonar, pero si eso la dejaba tranquila entonces no importaba.- Pero ya no llores, no hay culpa alguna que tenga que ponerte así mi amor, no la hay.
Las palabras le habían salido con tanta sinceridad que Emma ya no supo qué hacer ni cómo actuar, se encontraba totalmente expuesta en los brazos de su amor, ese que iba a ser feliz después de todo. Volvió a besarlo y lo fundió en un abrazo invasor, a veces le asustaba saber que en su pecho podía caber tanto amor.
-Eres el mejor consuelo que podría tener.- Diablos, a veces era tan bipolar... Primero lo quería, después se enojaba, y lo volvía a querer. Bueno, lo cierto es que, jamás lo había dejado de querer.
Una risita leve se escuchó de los labios del actor, haciendo cosquillas en su cuello debido a que tenía la cara escondida ahí. Se volvió a estremecer.
-Puedo ser muchas cosas.- Hablo sin moverse de ahí, aunque una mano traviesa acariciaba una de sus costillas por debajo de la blusa.- Soy multifacético.
Rompieron en una carcajada no muy fuerte y él se pego más a su cuerpo.
-¿Así que te mudaras?- La miro sin sacar la mano de abajo de su blusa.
-Si... Ya sabes que la universidad me queda un poco lejos y en menos de dos semanas comienzo las clases nuevamente...-Contestó dejándose acariciar.- Esta casa no me da paz con mis padres yendo y viniendo.
-Si, quizá sea la mejor opción. A mí me parece bien que seas independiente...- Sonrío.
-¿Ya pensaste que harás cuando... Tengas cuerpo?- Lo abrazo más fuerte.
-Pensaba dar clases de actuación... Y quizá empezar de cero con mi carrera.- Dijo con su voz tan cargada de emoción que hizo sentir orgullosa a Emma.
-Me encanta esa idea, nadie mejor que tú para alentar a los jóvenes artistas, y nadie mejor que tú... Para demostrarles quién es el maestro.
El rubio rió.
-¿Así que me crees el maestro?
-¡Claro que si Alan!- Abrió los ojos sorprendida por aquella pregunta, le resultaba estúpido que no notará lo grande que era en ese aspecto y el orgullo que muchos cargaban en su espalda gracias a él.-Tu talento es único ¿Lo sabes? Incluso a veces me dan ganas de largar todo al diablo e ir a estudiar cinematografía.
Y es verdad, dos por tres le daban esos arranques donde creía que la mejor opción era estudiar cine y no periodismo, pero ahora ya estaba en el baile y había que bailar.
-¿Y porque no seguiste esa rama?
-Pues se me da bien lo que estudio.- Se encogió de hombros.- Y me gusta bastante.
-¿Entonces irás a mis conferencias de prensa cuando vuelva a mi carrera como un hombre nuevo?- Le sonrió.
Ella le devolvió la sonrisa por compromiso, pues ya no era necesario siquiera recordarse que no llegaría a ver cómo prosperaba, no a su lado, decidió seguirle el juego para no lastimarlo.
-Claro, tendré pase vip, solo para asegurarme que ninguna fan desesperada se te acerque.-Bromeo.- solo yo.
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¡Mi ídolo es un fantasma! /ARREGLANDO REDACCIÓN/
Novela JuvenilEmma Zonswan ha sufrido una terrible perdida, su ídolo y amor de su vida ha muerto tomándola por sorpresa a ella y al mundo entero. El dolor es tan grande que de solo nombrarlo la tristeza vuelve a desmoronar su corazón y en el momento más difícil a...