Empezando A Aceptarlo.

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Ya me encontraba en el autobús. Estaba a punto de ir a la casa de SeokJin y las manos me temblaban, como era horario de salida de escuela el bus iba en exceso lleno de alumnos lo cual siempre me molestaba, cosa a la que ahora no le estaba tomando importancia ya que iba hundido en el mensaje que me había enviado SeokJin...

Al final del texto que me envió venía adjunta la dirección de su casa, como vivíamos para el mismo rumbo (cosa que me parecía demasiaaaaaaaaaaaaaada casualidad) no me iba a ser para nada difícil llegar allí. En el camino me puse a pensar en la reacción de JiMin. Fue realmente extraña y fuera de lugar, digo es que ¿en verdad se iba a molestar tan solo porque no quise ir con él a comer pizza? Estábamos en horario de clases y era algo muy drámatico para mi gusto, bueno obviando el hecho de que muchas cosas (por no decir todas) me desagradaban y me parecían dramáticas; pero volviendo a JiMin, me sentía algo incomodo puesto que recién lo estaba considerando alguien en mi vida era algo inadecuado que peleara o tuviera mal entendidos con él a pesar de ser quien los estaba provocando.

Eish... por eso mismo me había mantenido aislado de la humanidad por más de diez años, pero bah...

Bajé en la respectiva parada caminando por donde se supone que él vivía. El vecindario era de lo más lindo y amplio, tranquilo y silencioso. A comparación de mi casa estas tenían hasta tres o cuatro pisos y eran lo triple (o más) de largas que una normal.

—No me digas que este también es rico...

Me detuve en frente de una casa blanca de tres pisos, de una entrada enorme y jardinera con dos árboles enormes que parecían ser frutales, puesto que pude divisar algo así como la forma de unas manzanas sobre estos. Que naturista.

Toqué un timbre que había junto a la rejilla, era algo así como un intercomunicador. Esperé un poco y una voz muy gruesa contestó.

—Residencia Kim, habla el Señor Kwon ¿quién es y que se le ofrece? —temblé de tan solo escucharle. Era una voz fuerte y grave.

—Esto... soy Min YoonGi y vengo buscando a Kim SeokJin, me pidió que viniera.

—¿Qué parentezco tiene con el Joven Kim?

¿Pero que putas...

—Ammm, somos compañeros de escuela -dudé unos instantes mirando hacia adentro de la residencia sintiendo como que había cámaras observando cada uno de mis movimientos.

—Esperé un segundo, por favor -apagó el aparato y me alejé frunciendo el ceño.

¿Qué se supone que había sido eso? ¿Acaso era el hijo del presidente para que tuviera que decir con saltos y señas quien era? Bueno, era rico eso era un hecho así que... de personas así ya no me sorprende nada.

"¡Bravo YoonGi!, no tienes amigos y cuando los consigues estos tienen que ser importantes y millonarios con autos de lujo y casas humillantes." Gracias por decordármelo, idiota. "Oye, yo solo digo la verdad ¿entonces ya aceptarás lo que sientes por él?" ¿Sentir qué por quien? ¡Desaparece! "Vale, niégalo tanto como quieras. Yo se la verdad."

—Puede pasar, el joven Kim lo espera en su habitación.

Las rejillas se abrieron de par en par dejándome ver mejor la residencia de SeokJin. Realmente era una casa muy grande, era blanca con acabados en tonos cremas y unos cuantos rosas. Una enorme jardinera con una pequeña fuente en medio de la entrada. Los árboles si eran frutales y como dije eran manzanos. Me perdí en el trayecto llegando a la gran puerta blanca de metal que se abrió en cuanto subí al pequeño escalón.

Un hombre viejo y delgado en un traje negro con moño me sonrió. Tal vez sería el tipo que me contestó pues su vos era igual de grave.

—Sígame —y le hice caso.

What Should I Do? [Suga x Jin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora