Cap 41 -La victoria de Hogwarts -

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Narración normal

Harry se había adentrado en el camino de enfrente, todo seguía oscuro, en silencio, lo único que se escuchaba eran las pisadas, nerviosas, del chico de los anteojos, y su respiración. Estaba nervioso, y mas aun cuando escucho el grito desgarrador que parecía provenir de Fleur, después de eso no se escucho mas nada.

Se detuvo en un cruce y miró buscando algún rastro de Fleur. Estaba seguro de que había sido ella la que había gritado. ¿Qué era lo que había encontrado? ¿Estaría bien? No había rastro de chispas rojas: ¿quería eso decir que había logrado salir del peligro, o que se hallaba en un apuro tan grande que ni siquiera podía utilizar la varita? Harry tomó el camino de la derecha con una sensación de creciente angustia... pero, al mismo tiempo, no podía evitar pensar: «una menos»

La copa tenía que estar cerca, y parecía que ya Fleur no competía. Él había llegado hasta allí... ¿Y si realmente conseguía ganar? Fugazmente, y por primera vez desde que se había visto convertido en campeón, se vio a sí mismo levantando la Copa de los tres magos ante el resto del colegio.

Pasaron otros diez minutos sin más encuentro que el de las calles sin salida. Dos veces torció por la misma calle equivocada. Finalmente dio con una ruta distinta, y comenzó a avanzar por ella, ya no tan aprisa. La varita se balanceaba en su mano haciendo oscilar su sombra en los setos. Luego doblo otra esquina y se encontró ante un escreguto de cola explosiva. Cedric tenía razón: era enorme. De unos tres metros de largo, era lo más parecido a un escorpión gigante: tenía el aguijón curvado sobre la espalda, y su grueso caparazón brillaba a la luz de la varita de Harry, con la que le apuntaba.

Harry: ¡Desmaius!

El encantamiento dio en el caparazón del escreguto y rebotó. Harry se agachó justo a tiempo, pero le llegó olor de pelo quemado: el encantamiento le había chamuscado la parte superior del cabello. El escreguto lanzó una ráfaga de fuego por la cola, y se lanzó raudo hacia él.

Harry: ¡Impedimenta! —gritó —

El embrujo dio de nuevo en el caparazón del escreguto y rebotó. Harry retrocedió algunos pasos tambaleándose antes de caer

Harry: ¡IMPEDIMENTA!

El escreguto se hallaba a unos centímetros de él en el momento en que quedó paralizado: había conseguido darle en la parte de abajo, que era carnosa y sin caparazón. Jadeando, Harry se apartó de él y corrió, con todas sus fuerzas, en la dirección opuesta: el embrujo obstaculizador no era permanente, y el escreguto recuperaría de un momento a otro la movilidad de las patas. Tomó un camino a la izquierda y resultó ser un callejón sin salida; otro a la derecha, y dio en otro. No tuvo más remedio que detenerse y volver a utilizar el encantamiento brújula. Desanduvo lo andado y escogió un camino que parecía ir al noroeste.

She Is For Me (Draco Malfoy)(EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora