"La regla es, no enamorarse Malfoy" #Dramioneawards

Capítulo 28 Nadie va apartarme de ti

Como todas las mañanas Daphne y Draco se encontraban tomando el desayuno en una de las terrazas que daba al jardín frontal de la Mansión, a pesar de que todavía no se casaban ya llevaban algunos meses de vivir como una pareja, esta situación no incomodaba a ninguno de los dos, si aún no estaban casados se debía a la vida ajetreada que ambos habían estado llevando, pero cuando Pansy les anuncio que se casaba Draco medito durante toda una noche y llego a la conclusión de que ya era momento de llevar al altar a Daphne, estaba completamente seguro de que jamás encontraría a una mujer más linda, tierna y amorosa como lo era ella, el sentía un inmenso cariño por ella, le debía seguir con vida y estaba seguro de que a su lado llegarían a ser muy felices ambos.

― ¿Por qué no intentas hablar con ella Draco? Deben poder llegar a un acuerdo ―El rubio ya le había comentado todo o casi todo respecto a su hija.

― No va haber ningún acuerdo, mi hija vivirá conmigo ― Draco seguía empecinado en que lo mejor para su hija era estar a su lado. ― Ya tuvo su oportunidad de llegar a un acuerdo y no lo acepto.

Daphne lo miro seriamente, sorbió un poco de café y se dejó caer sobre su respaldo ― Dudo mucho que hablaras con ella, más bien la has de haber amenazado, y ninguno de los dos debe ser egoísta, no se trata de lo que ustedes quieran, sino de lo que es mejor para la niña.

Ya desde un inicio Draco sabía que Daphne no estaría de acuerdo con su actuar, Daphne rompía muchos estereotipos de las mujeres de su entorno, no era fría y mucho menos calculadora, siempre estaba pensando en el bien de las personas, y sobre todo de los niños. ―Lo mejor para ella es estar conmigo.

― ¿Lo mejor para tu hija es estar sola la mayor parte del día en una inmensa Mansión? Porque dudo mucho que vayas a salirte de trabajar, insisto en que deben llegar a un arreglo, custodia compartida por ejemplo ―miro nuevamente a Draco y le sorprendió ver tristeza en sus ojos, Draco no era un hombre que mostrara debilidades.

― Daphne en verdad necesito que estés en esto conmigo ¿lo estás? ― extendió su mano sobre la mesa en dirección a ella invitándola a sujetarla.

La rubia suspiro quedamente, se puso de pie mientras tomaba su mano, él la jalo hacia él y recorrió su silla hacia atrás, Daphne se sentó sobre sus piernas y lo acuno en su pecho ―Claro que estoy contigo, solo no quiero que segado por el rencor cometas idioteces que puedan dañar a una pequeña inocente.

La estrecho fuertemente en sus brazos ―Por eso te necesito, para que no me permitas cometerlas.

―Vaya, vaya, espero no interrumpir a los amantes ― Astoria entro con paso elegante y tomo asiento en el lugar antes ocupado por Daphne.

―Buenos días Astoria ―Draco se puso de pie y coloco en su asiento a Daphne, camino hacia su cuñada y beso su mejilla. ― Que bien te trata la vida ­―le concedió un cumplido mirándola de arriba hacia abajo, y no era para menos, el rubio no conocía a mujer con mejor figura que ella, bueno a excepción de cierta castaña.

― No puedo quejarme, y claro tu tampoco ―le sonrió con picardía mientras se perdía en sus ojos ― ¿Cómo estas Daphne? ― se obligó a girar y ver a su hermana, no podía permitirse levantar sospechas.

Daphne forzó una sonrisa y le contesto, a veces el actuar de su hermana la desconcertaba ― ¿Gustas desayunar?

Una hora más tarde

El viaje de camino a la Mansión Malfoy estaba transcurriendo en un silencio sepulcral, Harry manejaba y de vez en cuando las miraba por el retrovisor, Ron en el asiento del copiloto no sabía que decir, así que prefería guardar silencio para no decir alguna imprudencia, seguía creyendo que lo mejor era que ellas escaparan, pero Harry le había dicho que sería peor para Hermione cuando las encontraran, por su parte Jane hacia lo imposible por no llorar y pensar en las cosas buenas que su papá Harry le había dicho, por fin conocería a su papá.