Capítulo 34 Byakuya Kuchiki

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En cuestiones del amor, las cosas nunca pueden ser claras como una quisiera, si me preguntan a mí, personalmente creo que así como puede hacernos vivir el mejor paraíso, también puede hacernos sentir en el mismísimo infierno, y como si no fuera poco, puedes sentir ambas emociones al mismo tiempo, si, es jodidamente increíble, pero bueno, hasta ahí todavía es una situación de cierta forma controlable, las cosas se empeoran cuando uno siento ambas emociones por dos personas, ahí si amigos, nos cargó el payaso...

Nueve horas antes de la desaparición de Hermione

Theo Nott se caracteriza por ser un hombre maduro y responsable, y sobre todas las cosas, un hombre de palabra. No es del tipo que se complica la vida, es práctico y decidido, jamás ha entendido porque las personas se complican la existencia solas. Su razonamiento es muy sencillo, si quieres algo y es posible conseguirlo, adelante, tomalo, pero si es algo fuera de tus posibilidades, date la vuelta y marchate, así de fácil.

Lo que Theo no sabe, es que al amor no le interesaba en lo más mínimo su estilo de vida, él había llegado a su vida y no le importaba si con su presencia le había jodido la existencia, Theo se había dado la palabra así mismo, de que no se acercaría jamás a Daphne Greengrass, por el simple hecho de ser la mujer de su amigo, había optado por mirar hacia otro lado, y había sido una suerte que en ese lugar, a donde el miraba se hubiera aparecido Ginny Weasley, y digo que había sido una suerte porque si había alguna mujer que pueda ser totalmente diferente a Daphne, esa era Ginny.

Mientras Daphne era frágil, bondadosa, tierna, sencilla, amable, y conciliadora, Ginny era fuerte, envidiosa, dura, le gustaba vestir bien y solía ser muy brusca. En Daphne sabía que tendría un hogar armonioso y tranquilo, pero con Ginny su vida estaría llena de adrenalina, pero no suponía una decisión difícil de tomar, ya que Daphne jamás seriá una opción para él. Pero eso no suponía que la tuviera fácil con Ginny, no, no, no, esa chica era la más difícil que él había conocido, y eso, solo había hecho que creciera más su interés por ella.

Ha eso se debía que eran pasado de las 11 pm y que él apenas fuera llegando a su penthouse, y solo estaba ahí porque Pansy estaba fuera del país, y no le gustaba quedarse solo en el departamento de ella.

Dio unos cuantos pasos en la oscuridad, se quitó su capa y la aventó a donde él creía que estaba un sillón, una brisa le hizo entumecer, giro en busca del origen, por instinto saco su varita y caminó lentamente hacia su terraza, las cortinas verdes parecían danzar, la luz tenue de la luna iluminaba un poco el lugar. Avanza despacio, con precaución, la varita lista para atacar.

Como se va acercando visualiza una sombra pequeña sin forma alguna, algo dorado hace compañía a la danza de las cortinas, da unos pasos más y se coloca a un costado de la entrada, revisa todo el perímetro hasta que encuentra a quien no debería estar ahí. Si no fuera porque está seguro que la conoce tal vez mejor que nadie, juraría que no es ella la persona que está ahí.

Entra por completo a la terraza y la miraba expectante, ella estaba sentada sobre el piso, con su espalda recargada a la pared, abrazando sus piernas, su cabello ondeaba por todos lados, tenía la mirada perdida sobre el Londres nocturno. Él se percató que su rostro estaba pálido, sus ojos y nariz rojizos, "ha llorado" pensó mientras se colocaba en cuclillas a un lado de ella.

―Daphne... ― le susurro su nombre.

― Tienes una hermosa vista de Londres ― la voz de ella sonaba lejana, vacía.

― ¿Qué pasa? ―estaba preocupado, jamás la había visto así, esa alegría que la caracterizaba tanto, parecía haberse esfumado como si jamás hubiera estado ahí.

"La regla es, no enamorarse Malfoy" #DramioneawardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora